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Temporal
“La probabilidad de tener otra Filomena es de un 1%”, según los meteorólogos

La calle Fuencarral de Madrid tras el paso de la borrasca Filomena.

Cristina Armunia Berges

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Esta semana va a nevar en diferentes puntos de la Península, pero es muy improbable que la situación llegue a asemejarse a la que se produjo con el temporal Filomena. Sin embargo, después de lo que sucedió el pasado mes de enero a la vuelta de las Navidades, parece imposible no comparar aquella borrasca con las próximas nieves que se avecinan. Los expertos aseguran que es normal comparar lo que ya se conoce con lo que está por llegar, pero consideran que la magnitud, de momento, no es equiparable.

¿Se podría dar en el mes de noviembre un temporal al estilo Filomena? Sí, dicen los científicos, pero no sería lo usual. “Depende de las condiciones que se den, pero en este caso, viendo cómo se está formando y la cantidad de precipitación que se prevé, no es lo más probable”, comenta Daniel Santos, meteorólogo del Centro Meteorológico de Dinamarca e investigador de la Universidad Complutense de Madrid.

“Después de hacer estudios climáticos se ha visto que, más o menos, el periodo de retorno [frecuencia con la que se presenta un evento] es de 100 años, con lo cual, la probabilidad de tener una nueva Filomena es de un 1%. ¿Puede pasar? Sí, pero la probabilidad es muy baja”, calcula Santos desde la Sierra de Madrid, donde los primeros copos de nieve empezaron a caer este lunes. Que sea noviembre todavía no es lo importante, lo que hay que tener en cuenta es “la configuración atmosférica”.

Según las últimas informaciones de AEMET, la cota de nieve ha descendido este lunes hasta los 800 y 1.000 metros en el noroeste de la Península Ibérica. Las zonas más afectadas serán la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central y el Sistema Ibérico. Para el martes y el miércoles se espera que la borrasca se desplace hacia el Este, por lo que las nevadas afectarán también a los Pirineos y a algunas zonas de montaña del sureste peninsular. No se descarta que pueda nevar en algunos puntos de la Meseta, pero alternándose con episodios de lluvia.

“Nunca es descartable la aparición de una nueva borrasca como Filomena”, indica por su parte Jacob Petrus, geógrafo, climatólogo y divulgador científico. Petrus recuerda también que la gran nevada del pasado mes de enero tuvo un carácter “extraordinario, así como la ola de frío que la acompañó”, que hizo que el hielo perdurase en las calles de muchas ciudades semanas enteras. “De momento, es una irrupción de aire frío de origen polar, de las que ocurren cada cierto tiempo, quizás un poco temprana para la época”, reconoce.

¿Se pueden producir DANAs sobre la Península todo el año?

Sí, pero sus consecuencias dependen de diversos elementos. No siempre que se configura una DANA hay después precipitaciones, ya sean en forma de agua o de nieve. “Una DANA es una depresión aislada en niveles altos, es decir, que queda definida por un embolsamiento de aire frío en las capas altas de la atmósfera. Es síntoma de mucha inestabilidad, aunque necesita de otros ingredientes [humedad por ejemplo] para que en superficie se produzcan precipitaciones”, define Petrus.

Las nevadas se pueden producir por una DANA, pero lo que sucedió con Filomena fue una entrada de “aire muy frío del norte que contrastó con una masa más cálida que vino del sur y empezó a generar precipitación”, recuerda Santos. “Nevó más en zonas de sur de Madrid que en zonas del norte. En la sierra nevó menos que en el centro y en el sur”, añade.

Aunque una DANA puede producirse durante todo el año, lo común es que se produzca cuando hay un contraste de temperatura entre el norte y el sur porque se producen más ondulaciones en la corriente del chorro y una DANA es precisamente el aislamiento de una de esas ondulaciones. “No tienen una fecha. Aunque son más habituales en los momentos en los que hay más ondulación”, puntualiza Santos.

¿Estaríamos preparados para otra Filomena?

Por un lado está la población y por otro las autoridades, diferencian los expertos. La gente ahora sabe que si cae una nevada copiosa, lo mejor es quitar la nieve cuanto antes tanto de las aceras como de los balcones y terrazas. Hay una lección aprendida. “Yo creo que la población en general tiene un mayor nivel de preparación y yo espero que los políticos y los gestores hayan aprendido a confiar, con cierto tiempo de antelación, en las predicciones y que tomen medidas antes”, puntualiza Santos. Petrus, en un tono similar, defiende el trabajo de los meteorólogos: “A nivel de previsión meteorológica, el año pasado ya se demostró que la ciencia está más que preparada para prever situaciones de este tipo. Otra cosa es confirmar si los planes de actuación han cambiado desde el año pasado, y no albergo mucha esperanza de que hayamos aprendido”.

Buscar como referente a Filomena en cada nevada sería un error. “El problema es que cuando cuentas cosas de meteorología la gente busca referentes”, comenta Santos. “Referentes en tiempos cercanos que se puedan comparar. Con la nieve, lo más inmediato es hablar de Filomena. Saber si va a ser más o menos que Filomena. Son comparaciones relativas con situaciones vividas”.

Mejor ser prudentes...

Los expertos recomiendan ser prudentes, pero sobre todo, seguir una buena información lo más actualizada posible. “Que todo el mundo confíe cuando un grupo de especialistas, como es la AEMET, emite avisos. Con su margen de error porque la atmósfera tiene un comportamiento caótico y no se puede acertar al 100%”, pide Santos. “Hay veces que es mejor tomar una reacción un pelín sobredimensionada y paliar el efecto que luego estar quejándose y decir 'pero si se sabía y no se hizo nada'”.

“Después de Filomena, estamos súper sensibilizados con la nieve, así que se nota muchísimo”, asume Petrus. Es normal, provocó muchos daños materiales y muchas preocupaciones. Siempre es mejor ser prudentes, más en nuestro país, donde se han producido fenómenos meteorológicos adversos, y con el cambio climático no dejan de aumentar“, zanja.

Las comparaciones con Filomena son inevitables. La gran tormenta de nieve paralizó durante días la capital, una de las zonas más afectadas: colapsó carreteras, quebró miles de árboles, paralizó Barajas e incluso tuvieron que suspenderse las clases en algunos centros educativos. Madrid tardó semanas en retirar toda la nieve y el hielo, y volver a la normalidad.

Por su parte, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha activado un dispositivo de 991 máquinas quitanieves y 173.195 toneladas de fundentes para hacer frente a las nevadas en Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y Madrid. Además, hace un llamamiento a la prudencia y a extremar la precaución al circular por carretera, así como a consultar con antelación el estado de las vías.  

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