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La próxima expedición al Ártico, clave para saber cuánto subirán los océanos

La próxima expedición al Ártico, clave para saber cuánto subirán los océanos

EFE

Madrid —

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Una nueva expedición científica a Groenlandia para perforar y muestrear el “balance de hielo” será la próxima aventura que emprenderá el explorador Ramón Hernando de Larramendi, quien ha explicado a EFE que esta información es clave para saber cuánto podrían subir los océanos en los próximos años.

La nueva expedición prevista para 2017 tiene un “contenido científico, es más sofisticada”, ha manifestado Larramendi, quien señala que entre la tripulación viajará un climatógolo estadounidense e investigadores que se centrarán en la recogida de muestras de hielo con perforaciones de 25 metros de profundidad y que se realizará en un espacio de 2.000 kilómetros.

Esta experiencia será posible gracias al trineo de viento, su invento -único en el mundo-, que ha sido perfeccionado tecnológicamente tras la última expedición a la Antártida, llamada Cumbre de Hielo Groenlandia 2016, de la que Larramendi y su equipo hablarán el próximo día 23 en la sede del Instituto Geográfico en Madrid.

Este madrileño, que se define como “un niño totalmente urbano” y cuya curiosidad por el Ártico nació tras la lectura de una enciclopedia, ha manifestado que en el nuevo trineo se han perfeccionado la estructura y los materiales, de ahí que ahora tiene interés en demostrar al mundo de la ciencia que este puede ser un medio para explorar y estudiar las zonas heladas del planeta.

No hace falta preguntarle demasiado para que desvele su pasión por el Ártico, su segundo hogar, y de la estrecha relación con sus habitantes: los inuit.

Reconoce que sin los conocimientos inuit y la convivencia que tuvo con ellos durante tres años, su trineo eólico no sería posible porque el mismo es el cúmulo de la sabiduría sobre “lo simple y lo práctico” que debe ser cualquier elemento en el Ártico, donde lo más fácil se convierte en “imposible”.

El trineo de Larramendi recoge esos conceptos, unidos a la versatilidad, logrados gracias al trabajo conjunto con su amigo y constructor de kayaks de Aranda del Duero (Burgos), Javier del Puente, “quien lleva desde el principio en la construcción de trineos en su taller”.

La fábrica de Juan Lupión, en Madrid, y otros fabricantes de Valencia y Zaragoza elaboran las cometas, elementos -que junto a los kayaks- dan el sentido de sostenibilidad al trineo, ya que con ello no hace falta la utilización de ningún tipo de combustible y que su huella ecológica sea prácticamente cero.

Este explorador nacido en el siglo pasado, ha manifestado su sorpresa de que nadie en el mundo trabaje en el concepto de este tipo de transporte y reconoce que para ello ha sido fundamental comprender la “filosofía de los inuit”, abocados a adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales, más aún tras la prohibición de la caza de focas “que son parte de su naturaleza”.

Ha explicado que la prohibición de la caza de focas ha llevado a muchos inuit a crisis personales profundas ya que para ellos “los animales y el respeto a la naturaleza son la esencia pura de lo que son, es como su religión”.

Esa situación ha llevado actualmente a que los inuit tengan “la tasa más alta de suicidios en el mundo con diferencia”. “Entre ellos muchos jóvenes que yo he conocido”, subraya.

Actualmente, la explotación minera es la actividad que les da los fondos necesarios para vivir en el Ártico, una zona del planeta donde se encuentran grandes reservas de petróleo, gas, plomo, diamante, y que, obviamente, tiene su coste medio ambiental.

Sobre el calentamiento global, Larramendi ha dicho que es un trabajo de todos intentar reducirlo porque donde más se siente es en el Ártico, en zonas donde estuvo en trineos con perros hace treinta años, “hoy hay que ir en botes neumáticos”, concluye.

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