El curioso origen de la expresión ‘Ni chicha, ni limoná’: cuando los españoles se obsesionaron por “la bebida de los dioses”
Cuando algo no nos ha acabado de encantar, pero tampoco nos disgusta, en muchas ocasiones utilizamos una expresión con la que queremos decir que no nos aporta emociones ni para bien ni para mal y usamos eso de “ni chicha ni limoná”.
A pesar de que es una frase que todavía podemos escuchar y usamos, no muchos pueden conocer exactamente su significado literal ni saben el origen que tiene, pues a menudo se podría pensar que “chicha” se refiere a una coloquial manera de dirigirse a la carne.
Sin embargo, está lejos de eso, y aquí la chicha es una bebida alcohólica tradicional indígena que fue uno de los iconos de las ciudades coloniales y de la que los españoles cayeron rendidos, tanto que dio lugar a una prohibición de la que podría derivar esta expresión.
La historia de la chicha: la bebida de los dioses que volvió “locos” a los españoles en América
La chicha es una bebida fermentada y no destilada que se elabora a base de maíz, de origen prehispánico y de fuerte sabor, que se considera tiene sus primeros resquicios en el año 300 a.C, por lo que se ha aceptado que su origen fuera anterior al del imperio inca, que en sus comienzos estaba destinada a las clases altas.
La bebida era considerada una herencia de los dioses que lo convirtió en un elixir para escapar de la rutina, también con un dulce sabor al añadir endulzantes al agua, los cereales o los tubérculos, así como saborizantes.
La bebida, en muchas ocasiones a base de yuca, era elaborada por las mujeres tradicionalmente, pasó a ser consumida en gran medida por todas las clases también desde que en la época colonial se hicieron conocidas las chicherías, establecimientos especializados en ella y que fueron un lugar problemático que dio base a la expresión que conocemos de “ni chicha ni limoná”.
La prohibición y control de la chicha
El alto consumo de la chicha se extendió durante la época colonial y las chicherías fueron en muchas ocasiones establecimientos que propiciaban el desorden público, por lo que se llevó a controlarlo a través de la prohibición de servirla a ciertas horas o durante todo el momento.
Así, la expresión “ni chicha ni limoná” saldría de esos lugares que no servían la bebida alcohólica, pero tampoco otro tipo de refrigerios dulces como la limonada, y que por tanto no eran las chicherías, que fueron perseguidas por la salud pública y moral desde el siglo XVIII con más ímpetu.
De hecho, la chicha se prohibió también en su consumo y venta en Colombia en 1949 para erradicarla debido al ‘Bogotazo de 1948’ que fueron unas protestas violentas y explosión de violencia que siguieron al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, jurista y ex ministro de Educación, líder del Partido Liberal. Actualmente es una bebida legal.
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