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La tecnología pone en aprietos a Wimbledon y alienta las quejas de los jugadores: “Me habéis robado el juego”

Anastasia Pavlyuchenkova de Rusia celebra tras ganar el partido de octavos de final femenino contra Sonay Kartal

Raquel Sáez

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A Wimbledon se le considera el templo de la tradición. Se puede comprobar en cada edición: el vigente campeón es el encargado de estrenar la pista central, el postre estrella son las fresas con nata y todos los tenistas tienen que competir de inmaculado blanco. Pero el torneo londinense también está dejando atrás otras costumbres. Este año ha decidido prescindir de los jueces de línea y sustituirlos por una tecnología que ha fallado más de lo deseado y que ha alentado las quejas de algunos jugadores.

El error más grosero vino durante el partido de octavos de final del pasado domingo, que enfrentaba a Anastasia Pavlyuchenkova y Sonay Kartal. La rusa estaba a un punto de ganar un juego con 4-4 en el primer set cuando su rival lanzó un golpe que pareció largo, pero no hubo señal y esta detuvo el juego, esperando la respuesta del juez de silla Nico Helwerth.

El árbitro pidió consejo a los organizadores por teléfono cuando las repeticiones por televisión mostraron que el golpe de Kartal había sido malo, pero el sistema ELC (Electronic Line Calling), que funciona con más de 450 cámaras repartidas por las 18 pistas en uso, no lo había detectado. Su decisión, repetir el punto.

Pavlyuchenkova entró en cólera. “No sé si ha sido dentro o fuera, pero tú no puedes probarlo. Como ella es local podéis decir lo que queráis. Me habéis robado el juego. Me habéis robado un juego”, dijo la jugadora en la pista. La rusa acabó perdiendo el juego, pero logró ganar finalmente el partido ante la tenista británica.

La tenista rusa ahondó en sus críticas en rueda de prensa y reclamó una mayor valentía del juez de silla en ese tipo de situaciones. “Me dijo que lo haría, pero no lo hizo, simplemente mandó repetir el punto. No sé si tiene que ver con que Kartal sea británica. Creo que era difícil para él también, probablemente tenía miedo de tomar una decisión tan importante”, señaló.

No ha sido la única que ha cuestionado la fiabilidad del nuevo sistema. “No creo que sea 100 % precisa”, explicó Jack Draper tras perder en segunda ronda contra el croata Marin Cilic. “Un par de bolas dejaron marcas en la pista. Si hubiera sido mala no habría habido cal en ellas. Supongo que no puede ser 100 % efectivo, porque a veces es cuestión de milímetros”, añadió. Tampoco quedó conforme Emma Raducanu: “Estoy segura de que hubo una pelota que dieron por buena y que fue mala”.

La tecnología falla en Wimbledon

No ha sido el mejor debut para la tecnología ELC. De hecho, la organización ha reconocido que se “desactivó por error” durante varios puntos de ese juego. Sin embargo, se reafirmó en su decisión de prescindir de los jueces de línea, como ya han hecho la mayoría de Grand Slams, a excepción de Roland Garros.

El torneo ha prescindido por primera vez de los jueces de línea, que han sido sustituidos por tecnología

“Nos disculpamos con las jugadoras. Tenemos confianza total en la efectividad de esta tecnología. En este caso, fue un error humano y como consecuencia de ello hemos revisado completamente el proceso y hecho los cambios apropiados”, expresó un portavoz del All England Club tras la polémica suscitada.

Arbitraje electrónico en el tenis

El ELC funciona con más de 450 cámaras repartidas en las 18 pistas, poniendo fin al rol del juez de línea después de 147 años. Funciona rastreando las pelotas mediante 12 cámaras instaladas discretamente alrededor de la cancha, con cubiertas hechas a medida en el tono muy específico de verde del All England Club Wimbledon, según informa el torneo.

Las cámaras capturan el movimiento de la pelota mientras que un ordenador interpreta la ubicación en tiempo real, produciendo una representación tridimensional precisa de la cancha y la trayectoria de la pelota, para determinar si es dentro o fuera. Incluso es capaz de gritar como si fuera un juez de línea en décimas de segundo, aunque en su debut no haya tenido la mejor de las actuaciones.

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