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Crisis energética y yuan digital: qué hay tras el veto de China a las criptomonedas

China prohíbe todas las operaciones con criptomonedas

Carlos del Castillo

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China ha sido la primera gran potencia que ha prohibido todas las operaciones con criptomonedas. Mientras EEUU y Europa estudian como controlar un sector descentralizado por definición, el gigante asiático ha decidido cerrarles todo el espacio: ni pagos en criptomonedas, ni transferencias, ni minado, ni emisiones de acciones en forma de criptoactivo ni ninguna otra operación están permitidos para sus ciudadanos. A partir de ahora, son “todas actividades financieras ilegales y están estrictamente prohibidas” en China.

El Banco Central Chino ha justificado su decisión en los numerosos delitos que rodean las actividades con criptomonedas. “En los últimos años, la especulación con el bitcoin y otras transacciones con monedas virtuales se ha convertido en algo habitual, lo que ha perturbado el orden económico y financiero, ha propiciado el blanqueo de dinero, la captación ilegal de fondos, el fraude, las estafas piramidales y otras actividades ilegales y delictivas”, expone el organismo.

No obstante, hay otras razones que han motivado el bloqueo completo de las criptomonedas por parte de China además de la persecución del crimen. La primera es un eco de un problema al que también se enfrenta España: la grave crisis energética.

Desenchufar las granjas de minado

Las criptomonedas son un sistema diseñado para operar sin ningún regulador central que controle la evolución de la divisa. Se basan en redes blockchain (cadenas de bloques) que funcionan como un libro de contabilidad abierto a todo el que quiera consultarlo. Escribir transacciones es añadir un bloque más a la cadena y se ha convertido en un negocio en sí mismo, puesto que los encargados de certificar los movimientos reciben un premio en la divisa en la que estén trabajando. Se les conoce como mineros de criptomonedas.

Para lograr ser el que escriba el nuevo bloque y ganar el premio, los competidores se baten en una competición matemática. El primero que resuelva el puzle criptográfico presentado para cada bloque se lleva las criptomonedas. Esos acertijos se hacen más complicados a lo largo del tiempo. Al principio un ordenador común podía resolverlos, pero actualmente en la carrera participan instalaciones que agrupan cientos o miles de equipos conectados en serie haciendo operaciones matemáticas y que consumen enormes cantidades de energía.

Esas factorías reciben el nombre de granjas de minado y hasta ahora la mayoría han estado en China.



Aunque China había sido una de las grandes potencias más beligerantes contra las criptomonedas, hasta ahora había mirado hacia otro lado con respecto al minado. La gran crisis energética que atraviesa el país ha cambiado diametralmente la situación. “Lo que parece claro es que a partir de ahora el minado en China se ha acabado”, expone Claudio Feijo, codirector del campus Sino-Hispánico de la Universidad de Tongji (Shangái).

El Gobierno chino ha establecido duras medidas para reducir el consumo de electricidad. En las últimas semanas ha realizado cortes de suministro que han dejado a oscuras a barrios residenciales y zonas industriales para bajarlo por la fuerza. Esta semana 23 personas tuvieron que ser hospitalizadas tras envenenarse con gas tóxico después de que uno de esos apagones dejara inactivo el sistema de ventilación de la fundición en la que trabajaban, recoge la agencia AP.

No hay datos oficiales sobre el consumo energético de las redes blockchain. No obstante, los cálculos apuntan que solo el minado de Bitcoin, la criptomoneda más popular, consume más energía que toda Colombia, toda Bélgica o toda Finlandia, según el Índice de Consumo Eléctrico de Bitcoin elaborado por la Universidad de Cambridge. Son casi 100 TWh al año, a los que hay que sumar los de otras criptomonedas como Ethereum, cuyo gasto estimado son otros 78 TWh, según Digiconomist. Aproximadamente la mitad de esa electricidad se consumía en China y el partido comunista ha decidido que ya es hora de cortar el grifo.



“En China la energía está muy subvencionada para los ciudadanos. Es una herencia del sistema comunista más puro. Las empresas sí la pagan mucho más alta, hay una subvención cruzada”, detalla Feijo. “Muchos mineros se estaban aprovechando de esa subvención, lo que se ha unido a que China tiene un problema serio con la energía ahora mismo, con el equilibrio entre los costes, su compromiso para reducir la contaminación y desconectar las centrales de carbón... han decidido que se acabó el minado”.

El veto chino al minado no lo hará desaparecer, pero la amenaza de persecución lo sacará de sus fronteras. “Los emprendedores chinos ya están hablando de la posibilidad de mover las operaciones de minado a Laos, Camboya y otros países de la esfera de influencia china”, revela el experto.

Una moneda digital controlada

No puede decirse que la prohibición china haya supuesto un gran golpe para el sector cripto, que lo ha interpretado como “una más”. Aunque la valoración de las diferentes monedas sufrió una caída tras el anuncio, no fue dramática ni se extendió en el tiempo. “Suele pasar, llegan noticias de China y al principio siempre hay dudas. No sé sabe si es nuevo, si es importante, y el mercado reacciona ante ello, pero se recuperó más o menos rápido. Sigue habiendo mucho apetito de compra y lo de China no cambia realmente nada”, expone Raúl Marcos, fundador de Carbono.com, consultora especializada en inversiones en criptomonedas.

Más que el veto en sí, lo que podría terminar siendo un golpe para las criptomonedas es la política global en la que se enmarca. Pese a que China lo ha justificado por los delitos que se asocian a este activo, no ha sido su único movimiento para desbaratar el crecimiento de las plataformas digitales que sirven para mover capitales sin pasar por el control del partido comunista. En los últimos meses ha intervenido a su principal firma de tecnología financiera, Ant Group, propiedad de Alibaba, y ha estrechado el cerco sobre los bancos tradicionales.

Detrás de estos movimientos está una fuerte apuesta por el yuan digital. Los Juegos Olímpicos de invierno Pekín 2022, que se celebraran en enero, pueden ser la primera prueba a gran escala de su nueva divisa virtual. “Está inspirado por el blockchain pero no es blockchain en absoluto”, avanza Feijo, de la Universidad de Tongji: “Ya están haciendo pruebas avanzadas. En algunas regalan dinero a la gente como un acto de propaganda”.

El yuan digital permitirá al Gobierno controlar todos los flujos monetarios. Como por ejemplo, impedir las fugas de capital del país. Pero tiene otras motivaciones. “Hay un factor en el que EEUU está todavía muy por delante de China, a muchísima distancia. Son las transacciones financieras internacionales. La mayor parte del comercio internacional está denominado en dólares y eso proporciona mucho poder a EEUU, como para establecer sanciones contra terceros países por ejemplo”, detalla el experto.

“China necesita un mecanismo para saltarse eso por si las cosas se complican con EEUU y este decide sancionarla o bloquear el comercio internacional. Necesitan desesperadamente un recurso alternativo, ese es el yuan digital”, expone. El objetivo es que los países de la esfera de influencia china adopten el yuan digital como una moneda digital común. “En ese sentido, las criptomonedas son un competidor que no les interesa”.

China necesita desesperadamente un recurso alternativo al peso del dólar en las transacciones internacionales, ese es el yuan digital

Claudio Feijo Codirector del campus Sino-Hispánico de la Universidad de Tongji (Shangái)

La UE también ha puesto en marcha trabajos para explorar la posibilidad de lanzar un euro digital. Estas monedas de bancos centrales pueden convertirse en el verdadero rival de las cripto. “Creo que sí que afectarán de diferentes formas”, afirma Raúl Marcos, de Carbono.com. “Por un lado porque como hemos visto con el yuan digital y China, los países pueden atacar a las criptomonedas porque ellos quieren impulsar sus propias monedas centrales”.

“Es curioso lo que ocurre con las monedas digitales centralizadas, porque se habla de ellas como si fueran criptomonedas pero son todo lo contrario. Un euro digital o un yuan digital serían una moneda creada por un banco central, controlada por un banco central que por supuesto no tiene una blockchain. Es lo opuesto a una criptomoneda”, expone Marcos.

Las cartas que decidirán el papel de las criptomonedas en la sociedad van quedando sobre la mesa. China ha tomado el camino de la prohibición completa para despejar el camino de su yuan digital o impedir que compliquen aún más su crisis energética. No obstante, otros países son cada vez más tolerantes a su presencia, con El Salvador como el primer país en convertir al Bitcoin en moneda de curso legal y un número creciente de empresas aceptándolas como método de pago. Los próximos meses pueden ser claves en la consolidación o caída de esta tecnología.

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