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Un youtuber de 12 años llama la atención de artistas y medios por sus críticas de música hip hop

Ruairi y su padre Paul - Imagen de Billboard

Felipe G. Gil

Un niño de 12 años conocido como Ruairi está causando sensación en redes sociales en Estados Unidos por sus críticas musicales de canciones o álbumes de hip-hop. El estilo de la mayoría de sus vídeos es lo que se conoce como 'react-video' (vídeo de reacción): un plano fijo a cámara en el que una persona hace una crítica de un producto cultural y documenta ‘en directo’ sus primeras impresiones.

El periodista Sam Anderson, al comentar el fenómeno en el New York Times en una pieza titulada “Viendo a gente viendo a gente viendo”, lo describió como “un resumen de la experiencia fundamental de Internet” porque “mirar pantallas en las que la gente miraba pantallas es una regresión potencialmente infinita”. Internet como un Mise en abyme, una espiral de metarrelatos y remezcla que parece no tener fin.

Ruairi lleva un tiempo haciendo este tipo de vídeos con un éxito cuantitativo relativo: casi siempre rondando visitas que oscilan entre las 5 mil y los 100 mil. Sus vídeos suelen ser vídeos de reacción en los que comenta un artista, una canción o un álbum de hip-hop. En algunos vídeos aparece solo o con otras persona, pero en la mayoría de ellos aparece con su padre. De hecho, su canal de Youtube incluye en el título “Dad Reacts” (Papa reacciona) y mucho de los títulos de sus vídeos son “Papá reacciona…” y el nombre de algún artista musical.

En sus videos, Ruairi se sienta al lado de su padre con gafas mientras arremete contra los últimos temas de Lil Pump, Frank Ocean, Tyler el Creador, Brockhampton o cualquier otro artista popular de su elección. Esta misma semana la prestigiosa revista Billboard le publicaba una entrevista, advirtiendo de su creciente éxito. En solo dos años ya cuenta con 90.000 suscriptores. Ruairi le cuenta a Billboard que comenzó el canal para hacerle entender a su padre su consumo cultural: “Quería hacerle entender a mi padre lo que escuchaba y tratar de aumentar su amor por el hip-hop”. El padre, por su parte, comentaba: “Las obscenidades eran complicadas de superar al principio...si miras los primeros vídeos, casi cada segundo estoy diciendo: ¡esa lengua!”

Hace más o menos un año uno de sus reviews se viralizaba hasta alcanzar los 8 millones de visualizaciones en Twitter: el cantante Lil Yachty publicaba un tuit en el que decía de forma cariñosa y en tono de broma: “Me estoy partiendo de risa hermano, esto no puede ser real”.

“Hola a todo el mundo” comienza Ruairi, que tras comentar los artistas sobre los que va a hacer una crítica, avisa a su audiencia: “Mi padre no está aquí, todavía no ha llegado del trabajo”. Luego comenta muy seriamente: “Voy a pinchar música de Lil Pump, aunque me gusta más o menos”. Justo después realiza otra puntualización crítica: “Voy a ver si existe una versión limpia de esta canción para que ni mis padres ni la gente de mi cole se enfaden conmigo”. El culmen del vídeo llega cuando Ruairi avisa: “He venido con lo Esencial de Ruairi: un vaso y zumo de melón 100% orgánico. Melón, solo melón”.

El inocente magnetismo de Ruairi ha hecho que muchas personas generen contenidos a partir de sus vídeos en redes. A partir de ese twit un usuario de Twitter hacía una captura de otro momento del vídeo en el que Ruairi saca un pulverizador de agua y comenta: “He traído esto en caso de que las cosas se pongan en plan fuego”. Esta viralidad llevó al joven youtuber a entrevistar el pasado mes de Mayo a Anthony Fantano, uno de los críticos musicales más conocidos del sector, Anthony Fantano.

A pesar de la atención generada no resulta nada fácil encontrar información sobre el joven youtuber. Él mismo reconocía en una entrevista con el propio Fantano el año pasado “Ha cambiado mi vida un poco, pero no a lo loco. Sigo haciendo las cosas que cualquier otro niño de mi edad haría”. En su familia parecen haberse dado cuenta del interés que está suscitando y desde su cuenta de Instagram publicitan algunos productos de merchandising.

Visto de forma completamente desprejuiciada, Ruairi representa la definición de un niño como sujeto de derecho que define “La convención de los derechos del niño” de la UNESCO, especialmente cuando se refiere a la relación individuo-comunidad: “considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad…”. Al mismo tiempo, en un contexto donde los adultos cada vez consumen más cultura y en más formatos, es complicado no ver este tipo de fenómenos. La pregunta es ¿será capaz Ruairi de formarse y crecer como persona sin que la mercantilización de su propia identidad le afecte negativamente? De momento parece que sí.

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