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The Guardian en español

El drama de los civiles atrapados en Mosul: “Disparan hasta la muerte a todo el que huye”

250 Familias huyen de combates entre yihadistas y el ejército al sur de Mosul

Fazel Hawramy, Mona Mahmood y Julian Borger

Con las fuerzas de seguridad iraquíes y los combatientes kurdos cerca de Mosul, sus residentes se encogen del miedo en sus hogares y se mentalizan para lo que es probable que sea una dura batalla callejera.

“Todos nos estamos quedando en casa porque no sabemos qué más hacer. Daesh se está moviendo sobre todo en moto y tienen armas ligeras y pesadas. Los aviones empezaron a bombardear Mosul en torno a la una de la mañana del lunes y ahora están constantemente en el cielo y ocasionalmente atacando objetivos”, cuenta Abu Mohammed, un residente de 35 años del lado Este de la ciudad.

Mohammed no es su verdadero nombre. Es un chií que ha sobrevivido los dos últimos años bajo el control del Estado Islámico haciéndose pasar por suní. Mohammed pensaba que los ataques aéreos eran en su mayoría ataques precisos sobre el ISIS, pero “Daesh se está trasladando a edificios civiles y mezclando con la población”, señala. “Por ejemplo, ha colocado un gran depósito de Artefactos Explosivos Improvisados en una casa al lado de la casa mi primo. Le rogué que dejase su casa y que trajese a su familia a quedarse conmigo, ya que la casa podría ser atacada por la Coalición. Él se negó y dijo: 'Lo que quiera el destino”, lamenta.

“La gente ha tenido suficiente en Mosul, la mayoría quiere que Daesh se vaya lo antes posible y le gustaría ver al ejército iraquí y a los peshmerga entrar en la ciudad”, explica.

“Hemos visto demasiadas decapitaciones, gente ahogándose en cajas, lanzados desde los alto de los edificios... Yo mismo vi cómo lanzaban a un hombre desde un edificio cerca de la oficina del gobernador hace unos tres meses. Después no pude dormir durante una semana”, cuenta.

Encerrados en Mosul

Un avión estadounidense lanzó siete millones de folletos sobre la ciudad instando a los civiles a quedarse en sus casas e indicándoles cómo protegerse de los fragmentos de vidrio que vuelan tras las explosiones y cómo tranquilizar a sus hijos cuando caen bombas. Se aconsejó a los residentes no intentar huir. De cualquier forma, eso sería prácticamente imposible, asegura Mohammed.

“Es difícil para los civiles abandonar la ciudad porque han cavado una zanja alrededor de muchos barrios en la ciudad, especialmente en la zona Este”, señala.

Los traficantes de personas han aumentado sus precios a sumas astronómicas y se ha informado que el ISIS estaba ejecutando a cualquiera que sus combatientes encontrasen intentando escapar de la ciudad, de un millón de habitantes.

Abu Sabra, 22, señala que militantes del ISIS estaban quemando neumáticos en el centro de la ciudad para tratar de ocultar sus bastiones de los aviones de la coalición. El Daesh también ha puesto en línea varios contenedores de transporte en las principales calles, aunque no está claro su propósito.

“No hay dinero y aunque la comida es barata, no podemos comprarla. Esta tarde solo tomamos patatas fritas”, indica Sabra. “Disparan a todo el que huye hasta la muerte”, añade.

Preparados para levantarse en armas contra Daesh

Aun así, Sabra indica que algunos residentes están listos para alzarse contra el ISIS cuando el momento sea el adecuado“.

“Puedo ver indicaciones de que la gente quiere resistir contra Daesh porque han tenido suficiente. En mi barrio, algunos utilizan abiertamente sus teléfonos móviles, que está prohibido”, afirma Sabra. “Otros que tienen sus armas escondidas se están preparando para unirse a los peshmerga o al ejército iraquí cuando estos entren en la ciudad para luchar contra Daesh”, añade.

Khalaf al Hadidi, miembro del ayuntamiento de Mosul que ahora vive en el bastión kurdo de Ebril, señala que el ayuntamiento está haciendo lo que puede para informar a la Coalición de dónde hay zonas muy pobladas para evitarlas a la hora de planear los ataques. El ayuntamiento también está ayudando a establecer campos para ayudar a los desplazados por los combates. El peor miedo de Hadidi es que las milicias chiíes pudiesen llevar a cabo represalias sectarias sobre la población local una vez que la ciudad sea liberada del ISIS.

Miedo al asectarismo

Hadidi añade que el ayuntamiento adoptó una decisión, la cual envió al gobierno de Irak, para oponerse a la participación de las milicias chiíes en la reconquista de Mosul. “No queremos volver a los tiempos de la guerra sectaria y el asesinato de civiles. La participación de milicias chiíes hubiese herido la moral”, apunta.

Fawaz Ali, un ingeniero de Mosul que actualmente vive en Turquía, cuenta que sus familiares todavía atrapados en Mosul también estaban preocupados por la posibilidad de las milicias chiíes entrasen en la ciudad.

“Mi familia se puso en contacto conmigo para decirme: Mira, no te podemos llamar más, todos los teléfonos están vigilados por ISIS. Solo te queremos hacer saber que estamos bien y que el centro de Mosul está tranquilo. Todo el mundo se está quedando dentro por el miedo de los bombardeos de los aviones estadounidenses contra la ciudad”, relata Ali.

“La gente tiene miedo de las consecuencias de la liberación de Mosul y de que el resultado sea la toma de la ciudad por las milicias chiíes y el ejército iraquí, quienes podrían detener a gente a pesar de ser inocentes, acusándoles de ser simpatizantes de ISIS... Los locales prefieren a los peshmerga antes que a las milicias chiíes porque no son sectarios”.

Abu Firas, padre de cinco hijos y profesor de secundaria de Telafer, en el oeste de Mosul, huyó hace siete meses y también está en Turquía esperando a la oportunidad para volver.

“Todavía tengo tres hermanos en Mosul con sus respectivas familias. Ellos dicen que la batalla todavía está en los suburbios de Mosul. No pudieron huir porque no pudieron permitirse el coste de viajar a Turquía. Además, es muy arriesgado. Si los militantes del ISIS pillan a alguien huyendo, lo ejecutan de inmediato. Yo pagué más de 1.800 euros para huir con la ayuda de un traficante que nos llevó a Siria y después a Turquía”, cuenta Firas.

“Volveré a Mosul tan pronto como sea liberado. Solo Dios sabe cuánto durará la batalla, porque el ISIS no se rendirá fácilmente. Han estado reforzándose para estar listos para el ataque. No entregarán Mosul fácilmente”, señala. “Volveré a mi casa, incluso si las milicias chiíes toman la ciudad. Ya no me importa, prefiero morir en mi casa que ser un refugiado. Nunca volveré a cometer este error”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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