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Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

VIVO EN GAZA. Y TENGO UNA HIJA.

Gaza
El edificio Hanadi en Gaza destruido en varios ataques aéreos israelíes. © Foto UNRWA 2021

“Escucha Amjad, viste a Ghady. Tenemos que irnos del apartamento. La torre de Hanadi está amenazada de ser bombardeada en cualquier momento”. Mi marido, Fadi, irrumpió en el dormitorio mientras yo le daba a mi bebé de un mes su baño diario a las seis y media de la tarde antes de ponerla a dormir. Me quedé helada y no pude moverme. Solo sostenía a mi bebé entre mis brazos llorando y sin saber por dónde empezar. Una vez que recuperé la consciencia empecé a vestirla, mientras miraba hacia la ventana sobre su cabeza e imaginaba que se rompería y nos mataría en cualquier momento.

La torre de Hanadi es una torre de 13 pisos que está al otro lado de la calle donde vivo. El guardia de la torre recibió una llamada del ejército de israelí diciéndole que sería bombardeada en un par de horas y que debía avisar a todos los habitantes en una manzana. Gaza es una ciudad muy poblada. Una manzana significa cientos de apartamentos y civiles. En una hora, el barrio se puso patas arriba. La gente corría por todas partes intentando avisar a todos los que podían, llevando a sus hijos y familias a un lugar seguro y trasladando sus coches a lugares más seguros.  

Crecí durante la segunda intifada y viví las tres guerras anteriores en la Franja, así que estoy acostumbrada a estar preparada para evacuar la casa en cualquier momento, aunque esta vez fue diferente. Durante la escalada, siempre preparamos una bolsa que llamamos “la bolsa de evacuación” que contiene nuestros documentos oficiales más importantes y algo de dinero o joyas. En 2008-2009, yo estaba en mi último año de instituto. La guerra contra Gaza tuvo lugar mientras yo me preparaba para los exámenes finales que determinarían mi futuro académico. Lo único que pensé en meter en la bolsa de evacuación fueron mis libros y el material de los exámenes porque temía no ir a la universidad en caso de suspenderlos. Entonces no nos vimos obligados a abandonar nuestra casa, afortunadamente. Esta vez soy madre, mis prioridades han cambiado y el contenido de mi bolsa de evacuación también ha cambiado. Las únicas cosas que su padre y yo nos acordamos de llevar fueron su moisés, los biberones y los pañales. 

En la guerra de 2014, me ofrecí como voluntaria para atender a las personas evacuadas y refugiadas en las escuelas de la UNRWA, donde vi, en los rostros de las personas, sentimientos que iban más allá del miedo, sobre todo entre aquellas que fueron testigos de una masacre o perdieron sus casas. Puedo decir que hoy conozco ese sentimiento. Es el sentimiento de estar desarraigado. Creo que después de esta experiencia tendré una preocupación crónica por todo.

Dos días después de salir de mi casa, volví para comprobar su estado. La primera visión fue desgarradora. Todas las ventanas están rotas. Los trozos de cristal cubren el suelo. Los muebles, las paredes y el suelo están cubiertos de polvo negro. El olor a pólvora invade toda la casa. Debido a la magnitud de la explosión, las instalaciones de agua y electricidad están destrozadas y necesitan días de reparaciones. Hacer la casa habitable de nuevo precisa de días de reparaciones y limpieza. 

Mi marido, mi bebé y yo estamos refugiados en la casa de mi madre. Afortunadamente, encontramos un techo bajo el que refugiarnos, pero muchos de los que perdieron sus casas la semana pasada no tienen un lugar al que ir y el único techo disponible es una escuela de UNRWA.

Con suerte, la guerra terminará pronto y podré volver a mi casa, limpiarla e intentar reinstalarme. Por suerte, mi hija no es consciente de su entorno y no experimenta el miedo que sentimos estos días. Sin embargo, vivir en Palestina y en Gaza en particular significa que tarde o temprano llegarán muchos más días de guerra hasta que haya una solución justa.

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UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

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