Hamburgo en un fin de semana: lo que no puedes pasar por alto en tu primera visita

Wasserschloss, en Speicherstadt, una de las imágenes más típicas de Hamburgo.

Roberto Ruiz

Hamburgo da para mucho. Sobre todo si vas buscando arquitectura, cultura, diversión, arte o historia de Europa. No en vano es la segunda ciudad más poblada de Alemania, solo por detrás de Berlín y, aunque se merecería una visita de muchos más días, si le dedicas un fin de semana ya podrás hacerte una buena idea de lo que esta ciudad de ladrillo rojo podrá ofrecerte en cuanto la recorras con más tiempo.

Aunque no esté en el mar, Hamburgo es una importante ciudad portuaria. Está comunicada con el Mar del Norte a través del río Elba y eso, al igual que marcó su pasado como pieza clave de la Liga Hanseática entre los siglos XIV y XVI, también hace que hoy día siga siendo uno de los puertos más importantes de Europa. Tanto que el trajín de mercancías que se mueve por sus aguas puede convertirse incluso en un llamativo atractivo para los turistas más curiosos. Pero en Hamburgo el agua es mucho más que una vía comercial. Entre el río, los canales y los lagos la ciudad ofrece también una cara amable y relajante, rodeada de zonas verdes, donde pasear con calma es tan recomendable como cualquier otra visita.

Arquitectónicamente, Hamburgo es una ciudad de contrastes y hay una causa que lo explica todo: fue destruida casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que ser reconstruida sobre sus propias cenizas. Para hacernos una pequeña idea de los estragos que causaron las bombas, no tenemos más que acercarnos a conocer lo que queda de la iglesia de St. Nikolai, bombardeada en 1943 junto a gran parte del centro de la ciudad por aviación británica y estadounidense. La torre, que es de lo poco que permanece en pie, sigue siendo la más alta de Hamburgo con sus 147,4 metros, y hoy el conjunto alberga un museo de la IIGM y un memorial.

Lo que no te puedes perder en tu primer viaje a Hamburgo

Es muy difícil quedarse solo con algunos de los lugares que no te puedes perder de Hamburgo, pero si lo que tienes es un fin de semana, o un fin de semana largo con suerte, hay varios puntos totalmente imprescindibles. De modo que te recomendamos empezar por aquí, y luego ya más adelante, en un segundo viaje, ya podrás dedicarle tiempo al resto. 

Por tanto, tu primera parada ha de estar protagonizada por el Ayuntamiento de Hamburgo. Lo encontrarás en la plaza de Rathausplatz, es decir, en la plaza del ayuntamiento. El parlamento, el senado y el alcalde de Hamburgo tienen aquí sus asientos, y el actual edificio es el sexto de una historia marcada por los incendios y las reubicaciones. Fue inaugurado en 1897, es de estilo ecléctico y neorrenacentista y, para soportar su peso, fue necesario clavar 4.000 postes de madera en las orillas fangosas del lago Alster. Está abierto al público y además ofrece visitas guiadas. 

Desde allí, ya que estás en pleno centro de Hamburgo, acércate a conocer los lagos artificiales de Hamburgo. Al menos el Binnenalster, más pequeño, cercano y con una fuente en su centro, mientras que el Aussenalster se extiende a continuación pero de tamaño mucho mayor. Si rodeas el Binnenalster desde enfrente podrás tener una bonita panorámica de la ciudad adornada con el alto chorro de su fuente.

Para seguir con otro de los platos fuertes de tu viaje te recomendamos poner rumbo a la iglesia de San Miguel. Es la de mayor tamaño de Hamburgo, fue terminada en 1912 y aunque fue gravemente dañada durante la Segunda Guerra Mundial fue reparada por completo para seguir siendo la joya barroca que siempre fue. Su torre de 132 metros de altura alberga la mayor campana de Alemania y desde el mirador que hay a 106 metros del suelo se consiguen una de las mejores vistas de la ciudad y el puerto. El espectacular y enorme interior del templo cuenta con ni más ni menos que con cinco órganos diferentes. 

Edificios de antes y edificios de ahora

Muy cerca de la iglesia de San Miguel está Krameramtswohnungen, donde aún se conservan bonitas casas de entramados de madera del siglo XVII en las que vivía un gremio de pequeños comerciantes, y que hoy da una buena idea de cómo era gran parte de la ciudad antes de la guerra. Otro buen ejemplo de la Hamburgo más antigua es el que encontramos en la calle Deichstrasse a orillas del canal Nikolaifleet, cerca de la iglesia de St. Nikolai, en la que se conservan construcciones que van del siglo XVII al XIX.

Pero para edificaciones importantes, la de Speicherstadt. Es el complejo de almacenes más grande del mundo con sus 260.000 m2, fue construido junto al Elba entre 1883 y finales de la década de 1920 sobre miles de postes de roble y su arquitectura neogótica de ladrillos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015. Sus orígenes lo encontramos cumpliendo funciones de zona franca pero hoy alberga una gran cantidad de actividades de ocio, como Miniatur Wunderland, que presume de ser el mayor sistema de maquetas de trenes del mundo, Hamburg Dungeon, que cuenta la historia de Hamburgo de forma espeluznante, Deutsches Zollmuseum como museo Museo de la Aduana Alemana, el Museo Marítimo Internacional de Hamburgo, o el Museo del Automóvil. Por sus alrededores, si caminas entre calles y canales, podrás ver Wasserschloss, que a principios del siglo XX ya era la única parte del distrito de almacenes que podía ser utilizada como propiedad residencial, y que hoy representa una de las fotografías más características de la ciudad.

Otro de los edificios de los que más se enorgullece Hamburgo es la Filarmónica del Elba, tan espectacular por fuera como por dentro. Es obra de los arquitectos suizos Herzog & de Meuron, que sobre una tradicional base de ladrillo crearon un complejo que además de un hotel y apartamentos residenciales alberga un gran salón central, corazón de la filarmónica, que ofrece un prodigioso sistema acústico con el que desaparecen las distancias entre el público y la música. Si no consigues cuadrar tu visita con algún concierto, acércate al menos para asomarte a su gran terraza y admirar sus instalaciones.

Para madrugadores y trasnochadores

Pero ninguna visita a Hamburgo estaría completa sin el barrio de St Pauli y Fischmarkt. Pertenecientes a dos mundos totalmente opuestos, St Pauli es el ‘barrio rojo’ de Hamburgo, referencia en toda Europa por su tamaño. Reeperbahn es su calle más famosa, también conocida como ‘la milla del pecado’, y aquí se concentran restaurantes, bares, clubes nocturnos, sex shops, burdeles y clubes de striptease. Es decir, una zona que concentra una gran actividad cuando cae la noche.

Mientras que en el polo opuesto, Fischmarkt, el mercado de pescado de Hamburgo, abre con las primeras luces del día. Solo abre los domingos de 5:00h a 9:30h de abril a octubre y de 7:00h a 9:30h de noviembre a marzo y es toda una institución desde 1703. Aunque no vayas con intención de comprar pescado, fruta, flores ropa o algún recuerdo, te aseguramos que madrugar o trasnochar para vivir desde dentro el Fischmarkt, es sin duda una de las mejores cosas que puedes hacer en Hamburgo.

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