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Siete cosas que deberías hacer si visitas Lanzarote

Playa del Papagayo, Lanzarote.

Elisabeth G. Iborra

1. Ir a la playa

Todo el mundo aterriza en Lanzarote deseando sumergirse en las cristalinas aguas que vemos en sus anuncios promocionales. Y en efecto, alrededor de toda la isla encontrarás espectaculares playas de arena fina de color blanco, dorado y negro. En el sur, destacan las playas de Papagayo, así como Puerto del Carmen y Matagorda. En el norte, la playa de Famara es la más impresionante, pero no dejes de pasear por las de Arrieta, el Caletón Blanco, Órzola. En la costa de Teguise, que alberga uno de los mercadillos más populares de la isla, recomendamos la playa de Jablillo, que forma una piscina natural idónea para nadar. Al sur de Puerto del Carmen se suceden las calas del Barranco del Quiquere, el paraíso de los nudistas para tomar el sol entre las rocas con vistas a Fuerteventura.

2. Visitar la capital

Muchos visitantes la ignoran en su desesperación por pisar la playa, pero Arrecife conserva interesantes rincones como su pequeño casco histórico, su valiosa marina y bahía, el acogedor Charco de San Ginés o la playa de El Reducto de fina arena blanca. Sin olvidar sus dos emblemáticas fortalezas, que protegían a la ciudad de los ataques piratas.

3. Degustar gastronomía canaria de la buena

Como es de suponer, en medio del mar abundan los pescados y mariscos frescos, pero también protagonizan sus recetas las legumbres, las carnes de cabra y cochino negro canario. Aquí van algunos establecimientos para degustarlos:

  • Restaurante Casa Tomás. Regentado por una familia local con mucho éxito, se come bien y barato (para ser Lanzarote). No es lujoso, pero está en un buen emplazamiento a pie de mar.
  • Restaurante del Mirador de las Salinas. Es más lujoso pero el precio está ajustado y el arroz es muy recomendable. Las vistas son únicas.
  • Para probar las mejores tapas de la isla en terracita, el restaurante de la piscina en Punta Mujeres.
  • Un plan muy bueno para viernes/sábado por la tarde entre amigos es La Miñoca, para socializar con los lugareños y demás visitantes.
  • De bocateo, en La antigua casa Ginory ponen bocadillos de calamares y de pescado rebozado. Está rico y se oye hablar canarión de verdad.

4. Descubrir el Lanzarote de César Manrique

Este artista ha marcado la arquitectura, la cultura y el arte de la isla con su particular filosofía, que se integra en su naturaleza. Eso se denota en el pueblo de Haría, en el norte, el más bonito, según algunos oriundos, por sus casas y sus palmeras. Pero hay más: Los Jameos del Agua es un tubo volcánico al que llega el agua del mar, y con un impresionante auditorio natural. La Cueva de los Verdes es una apasionante gruta que nace desde las entrañas del volcán de La Corona. En el Jardín de Cactus se pueden apreciar más de más de 7.200 ejemplares de más de 10.000 especies diversas. En la Casa-Museo del Campesino y Monumento a la Fecundidad, se puede conocer el lado más auténtico de su agricultura y artesanía. En las Montañas del Fuego, en el Parque Nacional de Timanfaya, sobre un cráter activo es posible degustar platos cocinados al calor del volcán.

5. Perderte por los fondos marinos

Lanzarote es una de las mejores mecas del submarinismo de España, sus fondos tienen mucha vida y muy variada prácticamente a pie de playa. Se hacen casi todas las inmersiones desde el muelle de Playa Chica, en la zona de Puerto del Carmen. Tiene un veril espectacular, llegando a profundidades de 70-80 m. Es todo roca volcánica, lo cual lo hace un poco diferente de otros puntos. Si necesitas una referencia, prueba el centro de buceo Lanzarote Buceo.

Además, dentro del CACT, el Museo Atlántico, creado por Jason de Caires Taylor, es el primer museo de arte submarino de Europa y aspira a crear un gran arrecife de coral formado por 300 esculturas realizadas en hormigón de pH neutro que, con el transcurso del tiempo, servirán para incrementar la biomasa marina.

6. Practicar surf

Otro deporte muy popular, aparte del winsurf y el kitesurf, es el surf. Los oriundos recomiendan practicarlo solo en la playa de Famara, porque en “El Quemao”, que es la ola famosa de Lanzarote, tienes que ser muy experto para que los locales no te echen. Pero si lo eres, sale una izquierda (cuando sale) debajo de Los Jameos del agua que te hará gozar.

Para los demás niveles es recomendable, como decimos, Famara, con olas muy divertidas y permanentes. Para un buen curso de surf intensivo, Calima surf lleva desde 1996 realizando campamentos de surf para adultos y niños, ya sean principiantes, intermedios o avanzados. Y cuenta con un programa de enseñanza regido por la British Surfing Asociation y la Federación Canaria que te garantiza que en tan solo cinco días estarás surfeando tus primeras olas.

7. Probar los especialísimos vinos isleños

Te guste o no te guste el vino, los de Canarias has de probarlos porque son otra dimensión. Para empezar, vete a catarlos por el valle de La Geria; basta con subir hasta el monumento al campesino y tirar en dirección a Yaiza… e ir parando por sus bodegas. Sobresale por su arquitectura la de Stratvs, así como la del Grifo, la más antigua de Canarias, fundada en 1775 y todavía en boga por las maravillas que está haciendo con la uva autóctona: La Malvasía. Puedes aprender sobre sus particulares maneras de elaborar el vino en su Museo del Vino (Bodega Antigua) y visitar sus vides bicentenarias, que maduran en la pétrea ladera, a la merced del viento, las rocas y el fuego que dan carácter a los vinos de la DO Lanzarote.

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