Diez propuestas apetecibles para comer muy bien a pocos kilómetros de Madrid

Biosfera (Guadalajara).

Pilar Virtudes

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Los fines de semana apetece desconectar, aunque sea con una pequeña escapada, saliendo a comer fuera de nuestro entorno habitual para encontrarnos en otro ambiente, compartir con amigos, probar una cocina distinta y por qué no decirlo: comer bien a mejor precio.

Surge aquí el comensal de fin de semana que busca ese lugar a poco menos una hora en coche o a un paseo en tren, que te permita llegar, probar algo diferente y volver a dormir a casa. Ese que te invita a cambiar de aires y a comer bien. Dar un paseo por la sierra madrileña, por ciudades patrimonio como Toledo o refugiarse en un sitio encantador como La Granja en Segovia son algunas opciones.

La oferta no es pequeña, pero hay que desbrozar los sitios que sólo van a llenar el comedor los fines de semana de aquellos en los que comes bien, en los que te cuidan, que tienen un buen servicio, de los que sales con buen sabor de boca y pensando en volver. Los hay de cocina tradicional, creativa, con estrella o con sol, o simplemente sitios de cuchara y puchero al fuego. Todo un catálogo para desconectar y, además, acertar.

Restaurante La Fundición (La Granja de San Ildefonso)

Segovia es seguramente uno de los principales destinos para los turistas de fin de semana, incluso para aquellos que van y vienen en el día, y está claro que la gastronomía es uno de los valores más atractivos de toda la provincia. Dejando a un lado la capital, en La Granja, a pocos kilómetros, el restaurante La Fundición se ha abierto paso como uno de los establecimientos con mayor acierto gastronómico. Ubicado en la antigua plomería del Real Sitio, la decoración en tonos naturales ya invita a confiar, a lo que hay que sumar un patio muy agradable para los días de calor.

El chef Aníbal Herrero, que antes lo fue del Maracaibo, presenta una propuesta de platos de base tradicional pero a los que siempre da una vuelta de osadía que los hace atractivos al comensal. Apuesta segura, tanto por la cocina, la carta de vinos y el servicio.

Plazuela de la Calandria, 1, Real Sitio de San Ildefonso (Segovia)

Mesón Licinia (Morata de Tajuña)

Este mesón con filosofía de restaurante es un auténtico oasis en el eje de la A3 Madrid-Cuenca. Es difícil encontrar, antes de Tarancón, un local que tenga una cocina tan característica, que huye del convencional asado y las raciones a compartir. José Ramón Casado, que trabaja junto con su mujer Anna que atiende en la sala, es un cocinero arriesgado que plantea en Morata de Tajuña un menú donde se puede comer desde unas tortillitas aprendidas en sus estancias con el reconocido chef toledano Iván Cerdeño (dos estrellas Michelin) hasta guisos de cuchara donde el buen marisco gaditano o el toro de lidia (ambos en temporada) tienen protagonismo.

Muy importante aquí el papel de las verduras de la huerta del Tajuña, como su recuperación de la casi olvidada gallina en pepitoria. Postres que no defraudan —especialmente la pannacotta— y una bodega insólita en la zona con algunos champanes de pequeño productor, vinos de distintas DO y una apuesta decidida también por el Marco de Jerez.

C. del Carmen, 24, Morata de Tajuña (Madrid)

Casa Parrilla (Las Ventas con Peña Aguilera)

En plenos Montes de Toledo, este restaurante familiar mantiene una cocina basada en la tradición y en la caza de la zona que atrae cada fin de semana a muchos visitantes que acuden a la localidad no sólo a comer, sino también a respirar aire puro de los montes, hacer alguna ruta o a deambular y comprar por sus numerosos establecimientos de prendas y complementos de piel.

Bajo la batuta de Álvaro Parrilla, de la cocina salen platos de cuchara fieles a la cocina de la zona como las judías con perdiz, patés caseros de caza o canelones trufados. Para terminar, podemos elegir una sinfonía de quesos del fabuloso carro de propuestas de las queserías de Castilla-La Mancha que preside el comedor. La carta de vinos no defrauda con clara vocación hacia los vinos de la zona y donde también podemos dejarnos asesorar por Álvaro. El servicio, cercano e impecable, acompaña.

Av. Toledo, 3, Las Ventas Con Peña Aguilera (Toledo)

Biosfera (Guadalajara)

Biosfera une últimas tendencias gastronómicas con la tradición alcarreña y los productos locales. Destacan platos como la miel caramelizada con queso seguntino, la vela de aceite comestible con aceites de la Alcarria, el tartar de trucha de Cifuentes, el atún en panal de mil flores, los ceviches, los niguiris de solomillo de vaca de la Sierra Norte, el ravioli de setas con queso de la Quesería Artesana de Hita y su famoso tartar de cierva. Como colofón, la torrija con infusión de azafrán o el cascanueces, una delicia de lavanda, queso, nueces, miel y limón.

Todo con una selección de vinos de pequeñas bodegas, en especial de Castilla-La Mancha y, destacable, la oferta de cervezas artesanas de Guadalajara (Nectarius, Vulturis, Eboli… algunas de ellas con Miel de la Alcarria).

Cta. San Miguel, 5, 19001 Guadalajara

Essentia (Tarancón)

Este restaurante, situado en Tarancón, ya en la provincia de Cuenca pero a una hora de Madrid, presume de tener un producto excelente. Destacan sus carnes como la vaca madurada, unos muy alabados torreznos, el jamón y carnes ibéricas, aunque no faltan los entrantes de verduras y tomates de huerta ni los pescados. Essentia ofrece también un menú degustación a tener en cuenta.

Distinguido con un sol Repsol, es un local amplio y luminoso, dirigido por David en la sala y Antonio Navarro en los fogones, cuenta también con una buena bodega de vinos, en especial de Castilla-La Mancha.

Av. Adolfo Suárez, 30, Tarancón (Cuenca)

La casa de Manolo Franco (Valdemorillo)

Manolo Franco, periodista que decidió volver a la casa familiar y ponerse tras los fogones, nos promete un paseo por la sierra de Madrid sin movernos de la mesa del restaurante, una propuesta bien fundamentada que ha conseguido ya una estrella Michelin. Chocolate con churros, cocido, sopa castellana o queso de Fresnedillas son algunos de los pases de este menú que podemos guardar para una ocasión especial. Entre semana ofrece un menú ejecutivo ligado a los productos de mercado a un precio más contenido.

C. La Fuente, 6, Valdemorillo (Madrid)

Aguatinta (Aranjuez)

Aranjuez es uno de los destinos cercanos a Madrid que ofrece una de las propuestas más amplias y atractivas en lo que a restaurantes se refiere. Entre ellas cabe destacar Aguatinta. Este espacio amplio y luminoso, decorado con mesura, y que te da confianza al traspasar el umbral, ofrece una cocina de puro culto al producto, en muchos casos de kilómetro cero donde no podía faltar la huerta de la zona; aunque sin desdeñar el buen pescado, el marisco y las carnes, todo ello con un tratamiento delicado para que impere el sabor.

C. del Almíbar, 5, 28300 Aranjuez (Madrid)

Palio (Ocaña)

El restaurante de los hermanos Monedero (Jesús en los fogones e Isaac en la sala), ubicado en Ocaña (Toledo), es un buen ejemplo de cocina que no decepciona. Con un corte claramente tradicional, sin embargo, mantiene una visión actualizada de los platos que no oculta los sabores de siempre. Jesús no solo interpreta el recetario familiar y de la región (alcachofas confitadas, buñuelos de bacalao, etc.) sino que es uno de los pioneros en Castilla-La Mancha en hacer el pan de masa madre desde hace años. Casa donde se cuida, además del pan, la sala, al frente de la cual Isaac propone interesantes armonías con vinos muy bien elegidos que permiten a menudo algunos descubrimientos. Una pastelería también a la altura de la mano de Jesús, maestro en el difícil arte de bordar el hojaldre. Siempre que se pueda se debe probar la perdiz, una de las más logradas de la región.

C. Mayor, 12, Ocaña (Toledo)

Ancestral (Illescas)

Mucho que decir de este restaurante que ha discutido el que era territorio del televisivo chef Pepe Rodríguez, ya que este restaurante está a pocos metros del archiconocido El Bohío, en la localidad toledana de Illescas.

El chef Víctor Infantes ha sabido abrirse paso en este local donde ya ha conseguido una estrella Michelin y un sol Repsol. Su propuesta es muy original, con una clara base en las producciones de la comarca, donde el cangrejo, el pescado de río o la caza son constantes en su propuesta de menú degustación. Muy buena sala, con una sumiller a la altura del restaurante que propone maridajes atrevidos y distintos que ponen la guinda a este establecimiento a tan solo 20 minutos de Madrid.

C. Víctor Hugo, 2, Local A1, Illescas (Toledo)

Restaurante El Charolés (El Escorial)

Es un fijo en los restaurantes atractivos a pocos kilómetros de Madrid y una de las mejores opciones cuando quieres visitar El Escorial, muy cerca de la capital y donde se respira el aire de la sierra e, incluso, en verano, la temperatura baja algunos grados.  

El comedor que nos recibe con sus muros centenarios de piedra y sus vigas de madera ya nos transporta en el tiempo, también su cocina. Muchos acuden lunes, miércoles o viernes para degustar su famoso cocido. Los fines de semana tendremos que conformarnos, aunque no es mala elección, con algunos de sus pescados frescos, sus famosas carnes o los entrantes basados en el buen producto. Una cocina tradicional que permanece invariable desde los años 70 del siglo pasado.  

C/ Floridablanca, 24, San Lorenzo de El Escorial (Madrid)

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