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Cuando 'el pueblo más bonito de Italia' está en la Comunitat Valenciana: qué ver y hacer en Morella

Vista panorámica de Morella.

Elena Segura

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Visitar Morella, en el interior de la Comunitat Valenciana, es una escapada perfecta para perderse unos días en uno de los pueblos más bonitos de España ahora que tenemos las vacaciones a la vuelta de la esquina. Observando su silueta a medida que nos vayamos acercando a la localidad desde la carretera —todo el pueblo se encuentra elevado en una colina que preside imponente su castillo— podemos hacernos una idea de toda la historia que encierran sus más de 2 km de muralla. Morella ha conservado casi intactas la mayoría de las construcciones del pasado: sus ermitas, sus 16 torres, las masías, los puentes y acueductos, y las casas señoriales.

Este pueblo de Castellón, en la comarca de Els Ports, es Conjunto Histórico-Artístico desde 1965 en y cuenta con el reconocimiento de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Sus pinturas rupestres de Morella la Vella han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por sus calzadas han transitado íberos, romanos, musulmanes y cristianos. Es, además, una de las paradas en el Camino del Cid, un recorrido por la Edad Media Hispánica que revive las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que conquistó el Castillo de Morella en el siglo IX.

Pero además Morella —paso histórico entre el valle del Ebro y la costa mediterránea— ha sido escenario de asentamientos desde la antigüedad y “hay documentados restos de cazadores-recolectores del epipaleolítico geométrico; nos han quedado abundantes restos del arte de esta época, como los grabados y las pinturas rupestres de Morella la Vieja”, señalan desde el Ayuntamiento.

A Morella se la conoce como la Civita di Bagnoregio española por las similitudes entre esta localidad castellonense y su gemela italiana, que se eleva también sobre una montaña rocosa de la región de Lacio. Fundada hace 2.500 años por los etruscos, la Civita de Bagnoregio también se caracteriza por sus estrechas calles medievales y sus casas construidas en piedra que se mantienen casi intactas. La posición estratégica de las dos ciudades, su difícil acceso y su aislamiento les ha permitido mantener su encanto y su idiosincrasia.

Morella se sitúa a unos 60 km de la costa, a dos horas de Valencia y una de Castellón. Si viajamos en coche, es útil saber que se han habilitado varios aparcamientos gratuitos para locales y visitantes. Un punto de partida perfecto para descubrir la ciudad es la plaza de Pla d'Estudi, si lo visitamos en domingo encontraremos un ambiente festivo con mercadillo. En la plaza encontraremos la Torre del Consell, si subimos hasta su plataforma descubriremos unas de las mejores vistas de Morella. Muy cerca, encontramos el Ayuntamiento y la calle Blasco de Alagón, una de las más emblemáticas con sus soportales medievales construidos en piedra y madera bajo los que encontraremos muchos locales con artesanía y productos típicos de la zona como la manta morellana, palacetes o restaurantes donde degustar la gastronomía de los alrededores.

Si visitas Morella este verano, ten en cuenta que el 17 de agosto arrancan sus fiestas más importantes. El Sexenni (Sexenio en castellano) se celebra cada seis años desde 1678 y este 2024 toca. Son unas fiestas en honor a la Virgen de Vallivana, en las que las danzas tradicionales y algunos pasajes bíblicos recorren las calles de Morella. Están declaradas como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, Fiesta de Interés Turístico Nacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial; al igual que el Anunci, que se celebra el año anterior al Sexenni, y en el que se lanzan hasta 50 toneladas de confeti. Las fiestas conmemoran un juramento hecho a la Virgen de la Vallivana tras librarse de la peste en 1678.

Arquitectura e historia

Aunque el Castillo de Morella es una de sus principales señas de identidad, la arquitectura de la ciudad está plagada de historia y estilos artísticos, como las casas señoriales —con muestras del gótico— de la Villa, de los Piquer o el Cardenal Ram. Hacemos un repaso por sus paradas obligadas:

  • El Castillo. Se eleva a más de 1.000 metros de altura. La muela sobre la que se asienta la fortaleza ha estado habitada desde el III Milenio antes de Cristo. Rehabilitado con mucho esmero, no solo ha sido escenario de las batallas protagonizadas por el Cid Campeador, también de la Guerra de Sucesión y las Carlistas. Es uno de los más visitados de todo el Mediterráneo, se puede acceder de lunes a domingo de 11.00 a 19.00 horas. Recorrer la fortaleza militar hasta la plaza de armas puede llevarnos una hora aproximadamente, apuntan en el Ayuntamiento.
  •  Basílica Arciprestal de Santa María la Mayor. Es una auténtica joya del gótico religioso. No podemos dejar de contemplar las puertas de los Apóstoles y las Vírgenes. En su interior podemos encontrar un órgano monumental, de la Escuela Aragonesa de 1789 que conserva sus 3.000 tubos, protagonistas cada agosto del Festival Internacional de Música de Órgano.
  • Los Arcos de Santa Lucía y La Pedrera. Estos acueductos eran la principal vía de abastecimiento de agua de la población durante la Edad Media, al conectarla con el manantial de Vinatxos. La construcción de los arcos, de medio punto y ojivales, fue autorizada por Jaime II y comenzó en 1338. Se mantuvo en funcionamiento durante cuatro siglos.
  • Portal de la Nevera. Se encuentra en la misma muralla de la ciudad y alberga un museo que recorre su historia. Debe su nombre a que por esa puerta hacía su entrada el hielo que llegaba a Morella desde las neveras construidas para almacenar la nieve en invierno.
  • La Torre de San Miguel. Escenario de la entrada de Jaime I a la ciudad durante la Reconquista. Sus dos torres gemelas, guardianas del pasado de Morella, se mantienen casi intactas.
  • El Convento de San Francisco. Fundado en 1272, estuvo en activo hasta el siglo XIX. Merece la pena visitar su iglesia, de nave única y con capillas laterales, y su claustro, de planta irregular.
  • El Ayuntamiento y la prisión. La actual casa consistorial se levanta sobre la antigua prisión, así como la corte de justicia. La prisión, dividida en dos secciones, ha sido rehabilitada y está abierta al público. El Ayuntamiento se construyó en el siglo XIV y su rehabilitación fue distinguida con el premio Europa Nostra.

Pinturas rupestres y dinosaurios

Morella la Vella. Las pinturas de Morella la Vella se localizan a 6 km de la ciudad. En su abrigo podremos admirar escenas de caza y otras representaciones mientras disfrutamos de la bella naturaleza de esta zona. Estas pinturas han quedado grabadas en cuevas como la del Barranquet, la del Llepus, la Coveta de la Cornisa, la Galería Alta de la Masía o la Galería del Roure. Algunas se pueden visitar de forma gratuita. Para obtener más información, se puede contactar con la Oficina de Turismo de Morella.

Museo Tiempo de Dinosaurios. Ubicado junto a la Iglesia de San Miguel, en el pueblo de Morella, “es un viaje al centro de la tierra, donde grandes y pequeños recorren el apasionante mundo de la geología y la paleontología a través de la colección de fósiles del Cretácico”, cuentan desde el Ayuntamiento, en una colección que se centra en la especie más hallada y estudiada de la zona, el Iguanodon, del que podremos contemplar una reproducción a escala real. En el museo podremos realizar además un escape room en familia o con amigos. Los lunes está cerrado y el resto de días se puede visitar de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas.

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