Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La izquierda presiona para que Pedro Sánchez no dimita
Illa ganaría con holgura y el independentismo perdería la mayoría absoluta
Opinión - Sánchez no puede más, nosotros tampoco. Por Pedro Almodóvar

Listas, programas, debates y campañas electorales

Economistas Sin Fronteras / Juan A.Gimeno

Los debates son (deberían ser al menos) algo consustancial al funcionamiento democrático de una sociedad. En periodos electorales se oficializan entre los candidatos. Pero normalmente son de carácter muy general, encorsetados a menudo por las rígidas reglas pactadas, empobrecidos con frecuencia por el fácil recurso a la descalificación del adversario.

Las televisiones nos ofrecen muchos debates entre tertulianos profesionales, que más parecen centrados en representar un papel en el espectáculo mediático que en aportar razonamientos serios. Por otro lado, es imposible esperar grandes aportaciones de quienes se sienten capacitados para pontificar sobre cualquier tema que pueda plantearse.

Desgraciadamente, los debates parlamentarios adolecen a menudo de parecidos vicios. Los plenarios, son más un espectáculo cara a la galería que un auténtico intercambio de puntos de vista en búsqueda de las mejores soluciones para los problemas de la ciudadanía. Más oportunidad ofrecería el trabajo en comisiones: pero habitualmente es una sucesión de intervenciones escritas y no un intercambio de pareceres.

Los partidos políticos a veces convocan jornadas para debatir sobre determinados temas. Quizás los medios de comunicación son más proclives a reflejar las peleas personales o las luchas de poder, pero rara vez transmiten qué se debate y qué pareceres se confrontan.

Las confecciones de las listas electorales, incluso el apoyo en elecciones primarias cuando existen, no es fácil así que se fundamenten en planteamientos, propuestas o puntos de vista. Al menos cara al común de los mortales.

Tampoco los programas electorales responden siempre a reflexiones acumuladas durante mucho tiempo sino que, a veces, se elaboran a toda prisa y pensando en qué promesas puedan ofrecerse que atraigan votos indecisos. Con frecuencia, las propuestas se adaptan en función del apoyo que recojan las encuestas de opinión.

Uno creía que los líderes eran aquellos que iban marcando las líneas de futuro y creando opinión. Pero los que conocemos responden al modelo contrario: son marcados por las encuestas y la opinión dominante.

Lo malo es que esa opinión pública dominante está sustancialmente alimentada por unos medios de comunicación copados por posiciones conservadoras. Ello implica que cualquier idea “diferente” es difícil que encuentre espacio para ser difundida. Cualquier propuesta que altere el equilibrio existente es silenciada o denostada como imposible, populista, demagógica, inviable…

Por ello, era necesaria una web independiente como http://vocesciudadanas.org/, que Economistas sin Fronteras ha apoyada en su nacimiento. Un lugar de debate abierto, de difusión de ideas y propuestas para el cambio hacia una sociedad mejor, más justa y más solidaria.

Son muchas las organizaciones, centros, movimientos… que generan propuestas, documentos, ideas de sumo interés, pero que no alcanzan el eco que merecen. Es bueno que todas esas aportaciones circulen y contribuyan a generar una opinión no necesariamente coincidente con lo dominante.

La sanidad, la educación, las políticas económicas, la inclusión social, la vivienda… son temas de indudable interés ciudadano que, entre otros, la web citada sigue, recogiendo las ideas que se generan en foros muy diversos. Ya son varias las organizaciones y personas que se han incorporado como parte activa en ese proyecto. Esa red que se está tejiendo está llamada a ser un instrumento necesario para que los debates enriquezcan las perspectivas sociales y posibiliten de forma creciente unos programas electorales más abiertos y valientes.

Si queremos un mundo mejor, si creemos que otro mundo es posible, hay que contribuir a que las alternativas que pueden construirlo se difundan y conozcan. Entre todos. La participación democrática no se limita a votar cada cuatro años.

Este artículo refleja la opinión y es responsabilidad de su autor.

Etiquetas
stats