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¡Pero sigo siendo el rey!

Barbijaputa

Anoche, un grupo de ciudadanos intentó manchar nuevamente la marca España haciendo boicot a un símbolo de unidad como es el discurso navideño del rey, a través de un hashtag en Tuiter llamado #BoikotAlDiscursoDelRey.

Pero no consiguieron su objetivo. Básicamente porque la izquierda puede llegar a ser muy reivindicativa pero, si hay algo que le guste más que luchar contra lo establecido y el orden, es mofarse de figuras e instituciones tan necesarias para recuperar el rumbo del país como lo es la monarquía, y en este caso, Su Majestad.

Y eso que nuestro monarca hizo todo lo posible por acercarse a ellos, a los jóvenes, empezando su discurso de manera jovial, sentado sobre la mesa de su despacho.

Mientras los jóvenes sanos tomaban nota del discurso y el sentir de Su Majestad con tuits como “¡Viva España, viva el rey!”, esa otra España, la de los antisistema, aprovechó para poner en entredicho el trabajo de nuestro monarca.

Falacias. El rey se veía como Pedro por su casa sentado sobre la mesa del despacho, desenvuelto, cómodo... si hasta parecía llevar los pies colganderos.

La realización fue impecable, mostró a un rey seguro, dinámico y optimista. Cambios de planos que Don Juan Carlos supo resolver sin dejar de transmitir optimismo.

La soltura de quien lleva treinta y siete años de práctica.

Hubo hasta quien se quejó de no poder verlo por estar encerrados ¡voluntariamente! en hospitales.

Cuando todos sabemos que luego uno siempre lo puede ver en Youtube.

También el mensaje estuvo lleno de significado, casi inexplicable que tanta sabiduría cupiera en tan sólo nueve minutos de vídeo. Pero siempre hay gente rencorosa que se ensaña con los errores cometidos en el pasado, gente implacable, que parece no querer mirar hacia delante.

En mi opinión, hizo bien Su Majestad en hacerlo tan corto y hablar tan entrelíneas que sólo los que estamos dispuestos a luchar por España entendiéramos su mensaje. Así, esa España que no nos representa no pudo mofarse durante mucho tiempo, ni tampoco soliviantarse como suele.

Hizo bien en utilizar frases como “Las renuncias de hoy han de garantizar el bienestar de mañana”, en vez de “vuestras renuncias de hoy”. Hizo mejor aun cuando dijo “Para que nuestra economía vuelva a crecer tenemos que poner orden en nuestras cuentas” en vez de “para que vuestra economía vuelva a crecer” o “sí, me he sentado, yo, en esta mesa a hablaros a vosotros de ”orden en las cuentas“. Que podría haberlo hecho, ojo. Pero no lo hizo. Campechano.

Todo acabó pronto y la gente de bien tomó conciencia y procedió con responsabilidad.

Pero lo más importante es que da igual cuánto ladren y se rían, hay cosas que, gracias a dios, parecen ser eternas.

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