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Ada Colau flexibiliza su propuesta de presupuestos en un último llamamiento a la oposición

BComú y PSC, miembros del gobierno de Barcelona, tienen complicados los presupuestos

Yeray S. Iborra

Los vientos no soplan favorables para Ada Colau en materia presupuestaria. Aunque el gobierno de Barcelona insiste en el buen tono de las conversaciones con la oposición –con excepción del PP– por las cuentas de 2017, los grupos siguen manifestando poca sintonía con los números de la alcaldesa. Sin embargo, el primer teniente de alcaldía del Ayuntamiento, Gerardo Pisarello, ha manifestado este jueves que el consistorio agotará las vías de negociación hasta el martes de la próxima semana, cuando la comisión de Economía y Hacienda votará el inicio de la tramitación los presupuestos.

Sea como sea, una cosa está clara por el gobierno de Barcelona: la ciudad no volverá a prorrogar presupuestos, como hizo el año pasado con los de Trias. “Barcelona tendrá presupuestos sí o sí”, ha expresado Pisarello, cuestionado sobre las impresiones negativas de la oposición hacia la propuesta de cuentas de Colau.

Los grupos de la oposición han criticado al gobierno esta semana no tener la información completa de los números que plantea Colau. Pisarello ha destacado que se trata de una cuestión “normal” en una fase tan preliminar de la negociación de los presupuestos y que, una vez la propuesta ha pasado este jueves por comisión de Gobierno, la oposición recibirá el expediente completo de las cuentas.

La voluntad del gobierno de llevar adelante sí o sí unas cuentas propias hace que la posibilidad de una cuestión de confianza –mecanismo que podría garantizar la aprobación automática de los números– sobrevuele el Ayuntamiento. De hecho, el primer teniente de alcaldía ha asumido –por primera vez en público– la cuestión de confianza como “último recurso” si la oposición mantiene el bloqueo.

Eso sí, para evitar un mecanismo arriesgado, el gobierno municipal se ha mostrado partidario a flexibilizar las cuentas de la ciudad y de “incorporar” las reivindicaciones de la oposición.

Después de las reuniones que el gobierno ha mantenido con CiU, Ciutadans, ERC, PP y CUP a principios de esta semana, Pisarello ha invitado a la oposición a generar mesas específicas de seguimiento de diferentes temas: CiU y Ciutadans han sido llamados para hablar sobre generación de empleo; ERC ha sido citada para trabajar la crisis de la vivienda en Barcelona; y la CUP ha sido emplazada para discutir sobre las soluciones al conflicto con la venta ambulante –agravado en los últimos días en Plaza Catalunya, según el sindicato de manteros– en la ciudad.

“Las aportaciones que nos ha puesto sobre la mesa la oposición no empobrecen sino que enriquecen: unos presupuestos con acuerdos amplios son mejores que aquellos que no tengan estas características”, ha explicado el primer teniente de alcaldía, que también ha recordado que “sólo” se está discutiendo una tramitación inicial y que, una vez los números pasen por la comisión de Economía y Hacienda el próximo martes, el gobierno y los grupos tendrán un mes y medio para negociar los presupuestos definitivos. “El objetivo es llegar a grandes acuerdos de ciudad”, ha concluido Pisarello.

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