La crisis pesa más sobre las mujeres pero da paso a una feminización de los liderazgos

La primera jornada de la décima edición de la Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya (UPEC) ha abordado diversas perspectivas sobre la crisis económica. Una de las mesas, bajo el título “Mujeres en crisis”, moderada por la periodista Clara Blanchar, se ha centrado en el papel de las mujeres, con la catedrática jubilada de Sociología Marina Subirats, Tània Verge, profesora y agente de igualdad de la UPF, y Carme Porta, de la comisión impulsura de la ILP por la Renta Garantizada de Ciudadana.

Las mujeres sufren más la crisis, de eso no han dejado duda. “Con la crisis aumenta muchísimo el trabajo del ama de casa”, explica Marina Subirats. Tareas que en momentos de bonanza las familias contratan en el mercado son los primeros gastos recortados y recaen tradicionalmente en las mujeres. “Cuando hay dinero puedes comprarte unos bistecs y hacerlos a la plancha, pero cuando no, tienes que preparar una pasta y requiere más trabajo”, ejemplifica la profesora.

A pesar de los cambios sociales que ha habido en este sentido, la mujer sigue siendo quien más carga con estas funciones “porque nos programan así”, dice Subirats. “La crisis encierra las mujeres en casa con el cuidado de las familias”, concluye.

Trabajo no contabilizado

Las ponentes coinciden en que no se tiene en cuenta toda una serie de trabajos que no se realizan en el sistema productivo. “El PIB es una unidad de medida que no cuenta el trabajo doméstico pero sí el gasto militar o aquello que daña el medio ambiente”, remarca Carme Porta. Por eso defiende otro modelo económico con un elemento como la renta básica que podría mejorar la situación de las mujeres.

“Tener una renta garantizada de ciudadanía o a la larga una renta básica incondicional daría más independencia a las mujeres, porque hay mujeres maltratadas que se encuentran atrapadas por una hipoteca o porque dependen económicamente de su pareja”, denuncia Porta.

Crece el activismo femenino

Tània Verge ha estudiado la participación política de las mujeres y, aunque denuncia su situación de inferioridad en las instituciones políticas y económicas, también destaca un aumento de su participación en el contexto de crisis. Pone la PAH, con una mayoría de mujeres, como un ejemplo de cómo ha crecido el activismo femenino.

La profesora considera que formas de intervención política como las ocupaciones y los escraches son más femeninas, pero remarca que las mujeres siempre han estado más presentes en estos espacios. “Lo que ha ocurrido en el contexto de crisis es que ahora estos se consideran espacios de participación política”, apunta. Y añade que el movimiento feminista acompaña todas las protestas ante la crisis.

Las mujeres hacen la nueva política

Verge también remarca que la forma de hacer política de las mujeres es diferente. En el plano institucional, Subirats, que ha ocupado varios cargos públicos, asegura que hay una visión androcéntrica y las mujeres deben adoptar roles masculinos para hacerse oír. En cambio, la profesora de la UPF asegura que la nueva política no es así.

“La actual crisis política ha llevado a una feminización de los liderazgos, y algunos de los ejemplos que encontramos son Muriel Casals, Ada Colau, Carme Forcadell o Teresa Forcades, entre tantas otras”, recuerda. “La feminización del liderazgo lleva a un lenguaje más sencillo y más claro, más horizontalidad, las mujeres quieren participar en política para ir al grano, no para hacer méritos ”, concluye.