En la muestra se sigue la filmografía de cuatro maestros del stop motion junto a muchas de las piezas que han creado en forma de muñecos, esculturas, collages, dibujos y escenografías. Mundos surgidos de una libertad absoluta de la fantasía y que no buscan un pragmatismo evidente en forma de público y recaudación de taquilla. Propuestas basadas en lo improductivo y lo fútil, de mundos raros, grotescos, fantasiosos, subconscientes, mágicos con cargas de humor, melancolía, voluptuosidad, poesía, locura... Autenticidad en las propuestas y el arte entendido como algo vital, ese es el poso que deja en el visitante.
Son cuatro demiurgos de universos raros impermeables a la higiene racionalizadora que la modernidad ha impuesto, cada uno despliega sus visiones. A Oriol Nicolás le llama la atención el recorrido por las diferentes técnicas y épocas, “vemos una explosión monumental de discursos artísticos propios durante la trayectoria de cada uno de ellos… Tienen una filmografía enorme tratándose de este género.” En este sentido, con obras como L’Horloge magique , el polaco nacido en Rusia y afincado en París, Ladislas Starewitch (1882-1965) es el pionero y opuso al mundo de lo adulto y lo correcto, la imaginación. “Es un ejercicio de experimentación en la técnica que sobrepasa a la persona más paciente que puedas conocer, es un nivel de concentración y de explotar recursos bestial”.
Por su lado, el checo Jan Švankmajer (1934) busca la provocación a gustos y convenciones de forma frontal en piezas como Los Conspiradores del Placer. Destaca el animador “el imaginario y el recorrido, tocando temas sexuales, con un nivel de referentes enorme junto a una técnica mucho más salvaje, enfocada a ritmos.” En la sección dedicada a los Hermanos Quay (1947), gemelos de Pensilvania pero residentes en Londres, vemos cómo han dado vida a seres en eterna convalecencia, véase Street of Crocodiles, por ejemplo, y son una inesperada invitación a la libertad. “La delicadeza y el mundo propio que crean es genuino. Es maravilloso ver que lleguen a ese nivel gótico y de oscuridad. Han encaminado toda su vida a una estética, estilo y discurso”, señala el miembro de United Fakes.
Tras el paseo por las salas de Metamorfosis, “cualquier cosa que habías inventado para resolver un problema, ves que ya las han resuelto estos señores. Conecta saber la paciencia que han tenido para hacer dos segundos en los que una rata mueve los ojos y saca la lengua”.
De forma más genérica y reflexionando entorno al arte, Nicolás los considera “artesanos del movimiento, aunque artesanía y movimiento en un primer momento no se ven juntas”. Todo está hecho a mano, las maquetas, los muñecos, los objetos… que luego cobran vida, “son joyeros o escultores que piensan en líneas temporales. Es un abstracción mental muy bestia”. Tener un segundo de filmación supone tirar 12 o 24 fotogramas y, para hacer cada segundo, se necesita de 2 a 4 horas. “Stop motion es igual a tiempo. Y estos artistas tienen fotogramas en los que se mueven 50 elementos a la vez y con unas herramientas que no son las que tenemos ahora.”
Atendiendo a la estética de otras técnicas de animación audiovisual, “la de stop motion tiene per se una parte genuina que no posee ninguna otra: mover elementos inanimados y dotarlos de vida genera algo mágico y, aunque no entiendas cómo está hecho, captas lo especial de este tipo de obras en movimiento”, concluye el animador barcelonés.
Asimismo, acompañando las personales cosmogonías en movimiento en forma de films y ampliando el contexto, Metamorfosis se complementa con textos de autores como Robert Walser y referencias a Kafka, grabados de Goya o pinturas de Dalí, metrajes de Buñuel… La penumbra en que se mantiene el recorrido de la exposición es terriblemente oportuna y efectiva para reproducir la sensación de duermevela de transición hacia el sueño o el paseo por paisajes inquietantes en los que las sombras pueden hacer nacer fantasías desapegadas de la concreta realidad del día. Buen encaje entre contenido y continente con la ambientación de feria antigua, con su galería de freaks, gabinete de curiosidades y showroom de extrañezas y fenómenos.
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