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El director de la prisión de Brians I acusa a las entidades de presionar a los internos para que denuncien

Sala de contención del centro penitenciario de Brians I

Sònia Calvó

El director del centro penitenciario de Brians I, Joan Carles Navarro, ha comparecido en el grupo de trabajo sobre Departamentos Especiales de Régimen Cerrado del Parlament de Catalunya. La comparecencia ha estado motivada por la demanda de los grupos parlamentarios, después de que varios internos hayan asegurado que hay tortura y malos tratos en Brians I. Unas declaraciones que ya apuntaba el Síndic de Greuges (el Defensor del Pueblo en Catalunya) en su informe anual del Mecanismo Catalán para la prevención de la Tortura.

Navarro ha negado que en su centro haya malos tratos o tortura y ha vinculado las quejas de los internos a presiones por parte de las entidades por la defensa de los derechos humanos que visitan los presos. Hasta el 2016, entidades como la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura (CPDT) o el Observatorio del Sistema Penal y Derechos Humanos (OSPDH), tenían vetada la entrada a los centros penitenciarios.

Con la entrada de Amand Calderó, en enero de 2016, como nuevo director general de Servicios Penitenciarios, estas entidades pudieron acceder a las prisiones. Es a partir de ese momento, según las informaciones presentadas en el Parlament por el mismo Navarro, cuando empezaron a aumentar las denuncias por malos tratos.

Aunque Navarro ha reiterado que “no hay malos tratos” en Brians I, sí que ha reconocido que se han impuesto expedientes disciplinarios a funcionarios. El director de Brians I ha detallado el caso de cuatro funcionarios que taparon la cara a una interna que tenía una “crisis de agitación” con una sábana “para que no pasase bacterias al escupir a los funcionarios”. “Con todo el dolor de mi corazón tuve que poner una sanción a los funcionarios”, ha añadido Navarro.

Suicidios en Brians I

Precisamente este martes, el observatorio sobre medios Mèdia.cat ha hecho público el diagnóstico y las conclusiones hechas por el Servicio de Inspección de la Dirección General de Servicios Penitenciarios en el junio de 2016. En esta auditoria se analiza la situación de les módulos de Régimen Especial de las cárceles catalanas. En las 162 páginas del informe no aparece ninguna referencia a los suicidios, las muertes, las enfermedades mentales, las autolesiones, ni las sanciones de los internos. Sí que detalla las condiciones de los espacios físicos, los trabajadores y los programas de tratamiento que hay en los módulos de aislamiento.

La auditoria no hace referencia tampoco al suicidio de Raquel E.F. en abril de 2015 en Brians I, después de varios intentos y autolesiones. Aunque la interna aseguró en varias ocasiones querer suicidarse, la Generalitat nunca activó el protocolo de prevención de suicidios. Según el parte de uno de los incidentes de Raquel E.F., la interna verbalizó su intención autolítica. Además los funcionarios afirman que era “previsible que (la interna) utilizara la sábana que tenía en la cama”.

Sin embargo, en el informe del director y la subdirectora de Brians I, se asegura que “no existían elementos que pudiesen hacer suponer un riesgo de suicidio”. Durante la sesión del grupo de trabajo del Parlament, la diputada de Ciutadans, Maria del Valle, ha recordado al director de Brians I que es él el último responsable de la muerte de una persona dentro del centro. “Ustedes eran los garantes, no hicieron bien su trabajo”, le ha recriminado la diputada.

Después de la muerte de Raquel E.F. dos internas más se han quitado la vida en este centro penitenciario estando en aislamiento penitenciario. Según datos del Departament de Justicia, en lo que va de año doce personas han muerto en las prisiones catalanas, una por suicidio, cinco por enfermedades y seis por “causas desconocidas”. En 2016, 47 personas murieron, siete de ellas por suicidio.

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