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“Autobiografía de un Yogui”, el antídoto de “El Brujo” para compensar el caos

"Autobiografía de un Yogui", el antídoto de "El Brujo" para compensar el caos

EFE

Madrid —

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En medio de un agitado clima marcado por el fanatismo religioso, la tensión entre Estados Unidos y Corea y el cambio climático, Rafael Álvarez “El Brujo” quiere compensar esas influencias “nocivas” con su nuevo show, el primero de los que protagoniza que “conecta” con su vida, “Autobiografía de un Yogui”.

“Está conectado con mi vida porque está basado en un libro que significó un cambio personal, no estoy hablando sobre un texto que he cogido de un gran escritor que vende mucho, como pueden ser Cervantes o Shakespeare”, explica a EFE “El Brujo” sobre su nuevo espectáculo, que estrena mañana en el Teatro Cofidis Alcázar.

Su intención no es recurrir a grandes textos sino hacer “teatro de jubilado” con este espectáculo “bonito y muy dulce” que es “una caricia” y que está basado en un “best seller”, “Autobiografía de un Yogui”, la obra más afamada del Maestro yogui Paramahansa Yogananda (India, 1893 - Estados Unidos, 1952), impulsor del Raja Yoga en Occidente.

Publicado por primera vez en 1946, se trata de un libro que para “El Brujo” fue “decisivo personalmente”: “Su lectura me abrió un campo que me impulsó, en el sentido del crecimiento interior, y de esa búsqueda de la paz relacionada con la mística del yoga”.

Este gurú introdujo el yoga en los Estados Unidos de los años 20 a través de conferencias y viajes, y antes, en 1917, comenzó la “obra de su vida” con la fundación de una escuela para chicos basada en el “arte de vivir”.

En 1952, tras dar un breve discurso en el Hotel Biltmore de Los Ángeles durante un banquete en honor del primer embajador de India en Estados Unidos, Binay R. Sen, Yogananda entró en “mahasamadhi”, “abandonar el cuerpo de una forma suave y luminosa”.

“Cuando tomó conciencia de quién era él realmente, que era un espíritu potente que había venido al mundo a hacer una labor, una misión, cuando llegó a ese convencimiento, ya no se quedó aquí más. Dejó el cuerpo, no murió”, relata “El Brujo”.

Y aunque reconoce que, al menos en España, la obra de Yogananda “no es tan conocida como debiera ser”, él ha condensado sus 700 páginas en un espectáculo que divide en dos planos: los relatos autobiográficos, y las impresiones que a él como lector le provocan esos pasajes, acompañado por un sitar -un instrumento de cuerda-.

“Es un espectáculo que si no es curativo, es estimulador de la curación”, comenta “El Brujo”, que enumera el fanatismo islámico, las tensiones políticas entre Trump y Kim Jon-un o el cambio climático como “influencias nocivas” que él contrarresta con este homenaje a Yogananda.

“Cuando ocurre una catástrofe, a veces ocurre porque hay un grado de presión muy fuerte. Un grado de tensión psíquica impresionante, que se manifiesta como una explosión de violencia. Y esto es lo que está ocurriendo”, opina “El Brujo”.

Por eso, continúa, “cualquier tipo de enseñanza, ideología o difusión de ideas que contrarreste esa influencia nociva, es una función compensadora absolutamente necesaria”.

“El yoga es, en ese sentido, una disciplina que además pasa por la ética. El practicante del yoga tiene que controlar sus apetitos, sus impulsos, considerar la vida que hay alrededor. Es un ser pacífico, que considera que el amor es una fuerza constructiva y que cualquier otra persona es él mismo”, concluye “El Brujo”.

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