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Diez Goyas que hicieron grande una ‘isla mínima’

Alberto Rodríguez, Goya al mejor director por "La isla mínima"

Alejandro Navarro Bustamante

Algo acaba rechinando en tu oído cuando tras más de una hora de retraso, acaba la gala de los premios Goya 2015. Es una sobredosis a sabor andaluz, empujado por un hombre: Alberto Rodriguez. El director que ha logrado llevarse diez de las 17 candidaturas a las que la Academia le había nominado. Consiguió ahuyentar los fantasmas del pasado y además de hacerse con el mayor número de estatuillas, consiguió tres de los más apreciados: actor, película y director.

Alberto Rodríguez y su séquito hacían llorar a un ‘niño’ que apuntaba pisarle mucho los pies y que se quedó en cuatro galardones. Y la verdad, este pequeño jugaba con una clara desventaja. Su hermana de productora, ‘Ocho apellidos vascos’ se la acababa engullendo. De 16 nominaciones, cuatro son los premios -técnicos- para la película de Monzón mientras que Martínez Lázaro se hacía con tres premios interpretativos respecto a sus cinco nominaciones. En la batalla de gigantes, este año la victoria ha sido para Atresmedia.

Las grandes olvidadas y una no tanto. ‘Loreak’ cerraba su noche con las manos vacías mientras que ‘Magical Girl’ coronaba a Bárbara Lennie como la dama de la interpretación y ‘Relatos Salvajes’ como mejor película Iberoamericana. La no tan perdedora, ’10.000 km’ conseguía que Marqués-Marcet debutara en el cine español con un cabezón en sus manos y es que, ante el vapuleo que la industria cinematográfica le ha podido dar al cine independiente este año, ’10.000 km’ se pudo llevar uno de los gordos.

Pero la cosa no acababa ahí. Fuimos testigos de una gala diferente. Dani Rovira, cómico, actor y maestro de ceremonias hizo del típico espectáculo de los Goya una divertida y entretenida gala que no dejaba de recordarnos a los monólogos que lo llevaron a saltar a la fama. Pero vamos, tampoco hacía falta hacer mucho para superar a Manel. Una apertura al más puro estilo Telepasión y un contento presentador por ser uno de los ganadores. Y es que, tengamos o no nuestros favoritos, todos nos lo empezamos a oler cuando Terele Pávez abrió el sobre antes de anunciar los nominados: Dani Rovira es el hombre del año.

Entre el acento del presentador, las dos favoritas, el sketch de los andaluces con smoking, Antonio Banderas… tuiteros afirmaban poder aprobar el proficiency del andaluz. No menos importante, un apadrinado Antonio Banderas recogía su honorífico reconocimiento a toda una carrera tanto en el cine español como internacional, una ovacionada Asunción Balaguer y una recordada Amparo Baró denotaban los momentos más emotivos de la noche.

Y sí. Hubo algo peor que Telepasión o los chistes sobre tráilers con los que Rovira intentó amenizar la velada. Un hombre, un piano: Alex O’Dogherty. Ese insensato número musical en el que muchos agradecimos perder la señal de televisión en la sala de prensa.

El que sin duda no salió tan mal parado fue el ministro Wert, que dos años después se atrevía a volver a los Goya. Mientras al otro lado de estas puertas se clamaban los gritos, alejados por la policía y la organización, de los afectados por la hepatitis C, trabajadores de Coca-Cola, de RTVE y miembros del gremio de figurantes, dentro se hicieron oídos sordos y se minimizaron las reivindicaciones sociales. Excepciones fueron las empujadas por el director de la Academia de Cine por el apoyo del cortometraje y la del 'dichoso IVA'.

'La isla mínima' ponía el broche de oro a una más que merecida noche victoriosa para todo su equipo y que, como enunciaba Almodóvar: “No es para usted, señor Wert”.

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