Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El concejal y la funcionaria de Chamberí que negaron licencia de obras a la pareja de Ayuso acabaron fuera de sus puestos
El PP de Feijóo cierra filas con Isabel Díaz Ayuso
OPINIÓN | '¡No disparen al periodista!', por Raquel Ejerique
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Las “luminarias” derriten la nieve y purifican a los animales con el humo

Las "luminarias" derriten la nieve y purifican a los animales con el humo

EFE

San Bartolomé de Pinares (Ávila) —

0

La pequeña localidad abulense de San Bartolomé de Pinares (581 habitantes) podía intuirse esta noche a kilómetros de distancia, gracias al espeso humo que desprendían las grandes “luminarias” -hogueras- distribuidas por todo el pueblo, como cada noche previa a la festividad de San Antonio Abad.

Al ser el patrón de los animales, los equinos protagonizan, junto al fuego y el humo, el desarrollo de una costumbre con más de dos siglos de historia, que pretende ahuyentar a los malos espíritus, protegiendo a los animales de las epidemias que antaño asolaron estas tierras.

Precisamente por ello, los vecinos de este pueblo decidieron purificar a sus animales a través del fuego de las grandes “luminarias” repartidas por las empinadas calles de esta localidad que tiene en esta tradición la mejor de sus proyecciones.

Además de los cientos de visitantes que se acercan hasta San Bartolomé de Pinares, cada año son más los reporteros gráficos y aficionados a la fotografía que se interesan por esta fiesta que propicia imágenes impactantes y de gran belleza visual, cuando los jinetes atraviesan las hogueras a lomos de sus monturas.

En esta ocasión, al coincidir esta tradición entre semana y debido a las bajas temperaturas y la nieve de las últimas semanas, la afluencia de público ha sido algo menor que en años anteriores.

Pese a todo, muchos vecinos y visitantes han llenado la calle principal, arremolinándose alrededor de las “luminarias” para huir del frío reinante en una noche llena de magia y de imágenes difíciles de olvidar, sobre todo para quienes acuden por primera vez a una fiesta cuyos preparativos se remontan varios días.

Pese al hipnotizador fuego de las hogueras, el gran protagonista de la noche es el humo, gracias a la humedad de las escobas y piornos recogidos en los días previos a esta fiesta en los montes cercanos a esta pequeña localidad situada a unos 30 kilómetros al este de la capital abulense.

En esta ocasión no ha hecho falta arrojar agua sobre los cientos y cientos de kilos de escobas y piornos echados al fuego purificador, ya que las ramas estaban húmedas como consecuencia de la gran cantidad de nieve que descargó en la provincia hace diez días.

Con todo preparado y frente a una de las veinte hogueras repartidas por San Bartolomé de Pinares, más de cien jinetes se ha arremolinado en torno al Ayuntamiento, junto al cual el párroco del pueblo, un joven maltés que sustituye al titular momentáneamente, ha bendecido a los animales.

Al mismo tiempo, los participantes y el público han sido obsequiados con los dulces, la limonada y el vino típicos de la zona, antes de iniciar la marcha que ha llevado a los equinos a pasar por encima de cada una de las “luminarias” o junto a ellas.

Para ello, tanto el público como los jinetes se han pertrechado con ropa de abrigo y un pañuelo que les tapaba la boca y la nariz, con el objetivo de refugiarse del espeso humo que en ocasiones se expandía por el pueblo tras las ráfagas de viento.

El paso de los animales se intuía por el ruido de las herraduras que se escuchaba al aproximarse a las grandes hogueras, entre cuyas llamas aparecían los jinetes y sus animales.

Los aplausos del público se entremezclaban con el crepitar de las ramas y los flashes de los fotógrafos, que se arremolinaban en torno a las “luminarias”.

Después de más de dos horas recorriendo la veintena de hogueras distribuidas por el pueblo, los vecinos han seguido adelante con la tradición, aprovechando las brasas dejadas por las hogueras para asar chorizo, morcilla, panceta o chuletillas, con el objetivo de reponer fuerzas y seguir la fiesta de madrugada.

Con las “luminarias” se inicia en la provincia de Ávila una época en la que las tradiciones se repiten en diferentes rincones de la provincia.

Por Antonio García.

Etiquetas
stats