'Fear the walking dead': los zombis son la excusa

Mientras Rick Grimes estaba en coma, el mundo que había conocido vivía el primer acto de un apocalipsis zombi. Cuando despertó, el protagonista de The Walking Dead era uno de los pocos humanos –quizá miles, quizá cientos– que tuvieron que aprender a sobrevivir en un mundo dominado por el miedo y el peligro constante.

El origen de la epidemia zombi siempre ha estado en un discretísimo segundo plano en The Walking Dead, una serie que ya ha completado cinco años en antena y que hasta ahora solo ha mencionado la causa más probable en un mensaje susurrado al oído al final de la primera temporada. Como Rick Grimes, los espectadores siguen sin saber qué pasó durante aquella convalecencia hospitalaria.

Este trozo perdido de historia es la premisa con la que ha arrancado Fear the Walking Dead (disponible en AMC España), una serie que quiere aprovechar el empuje y audiencias millonarias de su serie 'madre' pero que aspira añadir una nueva dimensión a la etiqueta de spin-off y también a la de precuela. Primero porque no lo es, por lo menos al pie de la letra, al no incluir en su reparto a ningún personaje de la primera serie nacida a partir de los cómics de Robert Kirkman, y segundo porque su vinculación nace de una intención narrativa: en un mundo dominado por los zombis el peor enemigo para los humanos son los propios humanos.

Fear the Walking Dead cambia los bosques y las carreteras abandonadas de Georgia por la hostilidad de los Los Ángeles y desde el primer capítulo deja claro que la elección de la ciudad no es casual. Los rodajes de series están volviendo a la enorme urbe californiana, unos cuantos estrenos de la próxima temporada estarán situados en ella, pero en Fear the Walking Dead es el símbolo de la ciudad zombi, una aglomeración de rascacielos y edificios bajos sin personalidad, sin alma.

Desde el principio, los responsables, los mismos que seguirán a los mandos de The Walking Dead en su sexta temporada, se han obsesionado por dejar claro que su nueva serie tiene un corte más familiar, que no quiere decir que sea para toda la familia. Los zombis tendrán de momento una presencia discreta, estamos en los orígenes de la epidemia, porque lo importante volverá a ser el componente humano. Los protagonistas no se venden como una familia feliz pero intentan hacer que su situación peculiar funcione.

Tienen problemas antes de que se desate la tragedia y tendrán muchos más mientras se desarrolle. La novedad es que ellos tendrán que aprender a sobrevivir en un mundo en el que, como ya saben los espectadores, hay muy poco margen para la esperanza y la mayor amenaza no serán zombis hambrientos de carne humana. Los no-muertos seguirán siendo el mcguffin, la mejor excusa de una historia con metáfora social.

De momento, Fear the Walking Dead ha cumplido su primer objetivo con su capítulo piloto. Se ha convertido en el mejor estreno (ficción) en la historia de las cadenas de cable en EEUU y promete ser más que un sustitutivo para los meses de vacaciones de The Walking Dead (Fox). Más que hablar sobre su éxito como spin-off de una serie convertida en fenómeno, Fear the Walking Dead tiene el reto de estar a la altura de la primera temporada de Better Call Saul (Movistar+): una serie que siempre competirá con la sombra alargada de Breaking Bad, pero que con buenos guiones, apuesta estética y buenas interpretaciones ha firmado una primera temporada que ha derribado temores y superado expectativas.