Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal

Elon Musk y otros visionarios que soñaron el futuro

Isaac Asimov

David Sarabia

El Cohete Jodidamente Grande es eso que pasa mientras alguien se pregunta si conocerá el día en que pueda viajar a Marte. El Big Fucking Rocket (ya lo hemos traducido literalmente en la primera línea) y el Big Fucking Ship (Barco Jodidamente Grande) son la respuesta y la última idea del fundador de SpaceX, Elon Musk, que vaticina el año 2024 como el de la llegada del ser humano al Planeta Rojo.

Cómo serán y de qué podrían ser capaces lo explicaba el lunes José Cervera. Desde ir a Marte hasta viajar a cualquier punto de la corteza terrestre en menos de 60 minutos. Todo ello a una velocidad cercana a los 29.000 kilómetros por hora y unos costes similares a los de una aerolínea convencional. ¿Realidad o ficción?

Sobre el papel suena tan llamativo como Hyperloop, el otro gran proyecto de Musk (fundador también de PayPal o de la empresa de coches autónomos Tesla, entre otras) que se basa en la idea de viaje en un tubo de vacío a unos 1.200 km/h y que, según dice, conectará una punta con la otra de EEUU en 29 minutos.

Pero no todo empieza y acaba en Musk. Antes que él fueron muchos los que imaginaron el futuro. Y, coetáneos a él, son varios los que quizá no de la misma forma ni de igual manera, piensan en el futuro como un gran saco de oportunidades para la especie humana. Aquí van unos cuantos de ellos.

Los del pasado

Isaac Asimov (1920-1992)

Tesla y Verne ya lo pensaron. Y Asimov también imaginó en su ensayo sobre el año 2014 que podríamos hacer videollamadas y comunicarnos con cualquier punto de la Tierra en segundos. Uno de los padres de la robótica, que con sus leyes inspiró la serie de HBO Westworld, vaticinó también cómo las máquinas nos facilitarían la vida hasta tal punto que llegaríamos a aburrirnos de la inacción. Además, predijo que los robots existirían en 2014, aunque no serían “muy buenos ni muy comunes”.

"Fíjate en ti. No lo digo con ánimo de desprecio, pero fíjate bien. El material del que estás hecho es blando y flojo, carece de resistencia, y su energía depende de la oxidación ineficiente del material orgánico".

Asimov, que nació en la Rusia soviética pero que se nacionalizó estadounidense, también sabía del desarrollo de la Inteligencia Artificial. Llegó a predecir que “se imprimirá mucho esfuerzo en el diseño de vehículos con 'cerebro de robot'” y que, para 2014, solo las máquinas habrían aterrizado en Marte. No se equivocó en nada.

Nikola Tesla (1856-1943)

Tesla, el padre de la corriente alterna y el primero que consiguió transferir energía de un punto a otro de forma inalámbrica, también predijo el uso del teléfono móvil en 1926. Su apellido también es el nombre de la empresa de coches autónomos de la que hoy es CEO Elon Musk.

"Cuando la energía sin cables se aplique perfectamente, la Tierra entera se convertirá en un enorme cerebro, o sea, todas las cosas siendo partículas de un todo real y rítmico. Tendremos que ser capaces de comunicarnos los unos con los otros de forma instantánea, a pesar de la distancia. Y no solo eso, sino que a través de la televisión y la telefonía deberemos vernos y oírnos tan bien como si estuviéramos cara a cara, a pesar de que haya distancias de miles de kilómetros; y los instrumentos con los que haremos esto serán increíblemente simples comparados con la telefonía actual. Un hombre será capaz de llevar uno en su bolsillo interior".

Hablaba ocho lenguas y llegó a registrar más de 300 patentes, aunque antes de todo esto llegó a acumular una deuda con el Hotel Waldorf Astoria (Nueva York) de 10.000 dólares. Como no podía pagar, ofreció a los dueños una caja en la que dentro iba un teórico “rayo de la muerte” y les advirtió de que si la abrían, morirían. Tras la muerte de Tesla, un científico del MIT y un marine de los EEUU fueron a su casa a abrir la caja... que contenía una caja decádica.

Julio Verne (1828-1905)

El autor de Veinte mil leguas de viaje submarino lo predijo casi todo. El Nautilus buceó por primera vez en las páginas del libro en 1869, aunque no sería hasta 1884 que Isaac Peral botase en el mar el primer submarino eléctrico real. También aquí, Verne hace una aproximación a los tasers cuando habla de las botellas de Leyden “y el animal, sin importar lo fuerte que sea, cae muerto”.

Como eso, en la novela París en el siglo XX, Verne habla de trenes de alta velocidad, rascacielos de metal y cristal, calculadoras e Internet. No lo llama así, pero sí que detalla una red mundial de comunicaciones. Y la lista sigue: el Albatross de Robur el conquistador, que en realidad es un helicóptero; los telenoticias, que según él aparecerían en el “año 2889”; las videoconferencias, los paneles solares e incluso los amerizajes espaciales en De la tierra a la luna.

Ada Lovelace (1815-1852)

Lovelace, que en realidad se llamaba Augusta Ada King, fue la primera persona que entendió el código y lo tradujo a otros lenguajes. La única hija reconocida del poeta Lord Byron fue la intérprete clave que tradujo el motor analítico de Charles Babbage (precursor de los ordenadores modernos) y, probablemente, quien haya hecho una de las mayores contribuciones a la informática de toda la Historia.

Fue una matemática excelente que rápidamente entendió que el motor analítico de Babbage podía exprimirse para procesar y componer música, gráficos o servir de base en un laboratorio científico. Que los números podían servir para algo más que para expresar cantidades únicamente y que, con una máquina de por medio que los codificara, podía expresar casi cualquier cosa.

De hecho, a finales de los 70, el Departamento de Defensa de los EEUU desarrolló un software llamado Ada-one que reunía varios lenguajes de programación diferentes en su honor.

Los del presente

Nicholas Negroponte (1943)

El fundador de la revista Wired y del MIT Media Lab hablaba en enero del año pasado de que, en el futuro, seremos capaces de aprender idiomas tomando, tan solo una pastilla. Aunque en 2010 pronosticaba para 2015 el fin de la prensa escrita, aclaró después que se refería a que el común de los mortales ya no se informaría mediante papel, sino a través del teléfono o el ordenador.

En 1984, Negroponte aventuró que las pantallas táctiles serían una realidad en pocos años y no se equivocó. Por aquel entonces también pensaba en un hipotético Google Maps cogiendo fotos de varias localizaciones con una cámara pegada a un camión. En los 90 predijo la llegada de los libros electrónicos e hizo una primera mención al fin del papel en su novela La era digital; incluso habló del Internet de las Cosas asegurando que los electrodomésticos estarían al servicio de las personas y las reconocerían. “Cuando la gente está totalmente equivocada es cuando se hace realidad”, decía en 2016 sobre sus predicciones.

Todos los grandes problemas del mundo como la distribución del alimento, la atención sanitaria básica hasta cosas tan grandes como eliminar la pobreza se benefician de la conectividad y la computación de dos maneras muy específicas. Una es que la educación es siempre parte de la solución, si no la solución total en algunos casos. Pero la segunda cosa importantísima que ha pasado es que hemos aprendido que la inteligencia colectiva es mejor que la de cualquier individuo.

Ray Kurzweil (1948)

Con 15 años programó su primer software y con 17 salía por la televisión. El escritor, ingeniero, empresario y músico ha realizado 147 predicciones desde 1990 y ha acertado el 86% de ellas. Ya acertó que una máquina ganaría a un humano jugando al ajedrez. Y porque no le dio por hablar del Go o el póker...

Al albor de los 2000 vaticinó que pronto los coches serían autónomos y que gracias a los teléfonos móviles nuestras dudas quedarían resueltas preguntándoles. Vaticina que para 2020 el Test de Turing ya lo superen las máquinas y que, 10 años más tarde, podamos subir a la nube toda la información que queramos desde nuestro cerebro. Espera que antes de esa fecha, enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer sean fácilmente curables por los humanos.

Según Kurzweil, para el año 2030, la Realidad Virtual podrá sentirla nuestro cerebro y pasará a percibirla como una realidad más; además, los ordenadores podrán generar conocimiento nuevo. Bill Gates dice de él que es “el mejor prediciendo el futuro de la Inteligencia Artificial” por predecir cosas como que en 2045, las máquinas alcanzarán la singularidad.

Mark Zuckerberg (1984)

El CEO de Facebook es uno de los hombres más ricos del mundo. A pesar de que no tiene un perfil exactamente igual que el resto de candidatos de la lista, ya se ha aventurado varias veces a predecir el futuro que, según él, pasa por el desarrollo al máximo nivel de la realidad virtual (VR).

Gracias a la evolución de la VR, la telepatía vendrá rodada y podremos comunicar sensaciones y sentimientos a través de un casco y unas gafas. Ligado a eso se encuentra la realidad aumentada (AR) con la que Zuckerberg dice que “compartiremos con otros en mundos virtuales”.

En abril de este año, el CEO de Facebook también aseguró que los móviles “morirán en 10 años” por culpa de la VR y la AR. Algo en lo que varios futurólogos coinciden, Zuckerberg incluido, es que la Inteligencia Artificial cada vez será mejor e imitará de manera más precisa a la mente humana. El empresario augura que conseguirá, en la próxima década, emular los sentidos de la vista y el oído a través de las máquinas para ayudar a las personas con deficiencias en esos sentidos.

Etiquetas
stats