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Incógnitas sobre las muertes de Ceuta que las nuevas declaraciones de los imputados podrían aclarar

Imagen de la Guardia Civil con equipamiento antidisturbios recibiendo a los inmigrantes en la playa de Ceuta

Gabriela Sánchez

Continúa la toma de declaración de los 16 agentes imputados por las muertes de Ceuta. Un teniente, un sargento y dos guardias civiles están llamados a declarar este viernes en el juzgado de instrucción número 6 de la ciudad autónoma por su supuesta relación con los hechos ocurridos el 6 de febrero de 2014, cuando 15 personas murieron en un intento de entrada irregular, disuadido con material antidisturbios. La magistrada, María del Carmen Serván, trata de averiguar si existe una vinculación entre su actuación y los fallecimientos.

El pasado martes pasaron por el juzgado los cuatro primeros guardias civiles: el capitán a cargo del dispositivo en terreno y tres de los agentes que componían su grupo. Todos excepto el mando se acogieron a su derecho de no declarar. El jefe de la Unidad de la Compañía Rural de Seguridad Ciudadana, por su parte, respondió a las preguntas de la jueza y de la Fiscalía pero rechazó contestar a las cuestiones formuladas por la acusación popular.

Para este viernes están programadas cuatro declaraciones que, si admitiesen las preguntas de las diferentes partes, podrían ayudar a aclarar ciertas incógnitas desprendidas de su versión recogida por la Polcia Judicial en un informe que adelantó eldiario.es en diciembre.

Los botes de humo

A las 9.00 está llamado a declarar uno de los agentes que conformó la unidad de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta. Según se desprende de su relato de los hechos incluido en la investigación interna de la Guardia Civil, su comparecencia ante la jueza es relevante para aclarar qué ocurrió en los primeros momentos del intento de entrada, los más dramáticos, atendiendo a los testimonios de agentes y supervivientes de la tragedia.

Según su declaración a la Policía Judicial, fue “uno de los primeros en llegar hasta el espigón y que se sitúa en un principio en la punta del mismo”. Desde esa zona, observó “un gran número de inmigrantes intentando bordear” el saliente de rocas que separa España de Marruecos. El agente reconoció que en ese instante lanzó “un bote de humo al agua” para “señalizar” y avisar de la presencia de los ciudadanos subsaharianos tanto a una embarcación marroquí que cruzó del lado alauí al español a gran velocidad, como a la patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Su objetivo, defendió, era “evitar un posible atropello”.

Es el único agente imputado que reconoció haber tirado botes de humo, aunque los vídeos revelan que hubo más lanzamientos. Los supervivientes destacan el efecto que el “gas lacrimógeno” provocaba en ellos mientras nadaban en su intento de llegar a Ceuta. Los testimonios a los que ha tenido acceso eldiario.es mencionan la sensación de ahogo, picor en los ojos y en la garganta que derivaba en una situación de agobio.

El agente explicó que cayó “en una zona donde no había ninguna persona y en aguas españolas, que se cercioró en apuntar para que el impacto fuese en el agua”. Según subraya, el bote, “tras un pequeño rebote en el agua se apagó”.

Segundos antes de la aparición de la zodiak marroquí a gran velocidad a la que se refiere el agente imputado, la cámara térmica muestra el lanzamiento de un bote de humo desde la punta del espigón. El rastro del gas desprendido por este elemento cae sobre los inmigrantes que se acumulan en esa misma zona, en el lateral más cercano a la zona marroquí. Se desconoce si se trata de la actuación mencionada por este guardia civil u otra similar que tuviese lugar prácticamente en el mismo instante. Su declaración sería clave para aclararlo.

Quién dio la orden inicial

Mientras los agentes en servicio ya han admitido la emisión de ciertas “directrices” sobre el uso de pelotas de goma y botes de humo hacia el agua, estos aseguran que no hubo una “autorización como tal” del empleo de medios antidisturbios. El teniente y el sargento que, si acceden, prestarán comparecencia este viernes reconocieron haber dado “indicaciones”.

El teniente imputado, jefe del grupo especializado en antidisturbios de la Guardia Civil (GRS), también llamado a declarar este viernes a las 10.00, reconoció sus labores de organización en las actuaciones de los agentes desplegados en el Tarajal el 6 de febrero. Según afirmó, una vez recibido el aviso de la localización de “un grupo numeroso de inmigrantes” en los montes de Marruecos cercanos a Ceuta, “ordena a los distintos miembros de su Unidad –GRS– el reagrupamiento de la misma en la explanada en la que se encuentra. El personal saca el material (antidisturbios) de los vehículos y los pone a disposición de poder utilizarlo”, dice su declaración.

Por su parte, el sargento, cuya comparecencia está prevista a las 11.00, declaró que “una vez in situ, y bajo las órdenes del teniente, transmitió la directriz de tener la certeza absoluta de que los medios impactaran a distancia segura para evitar que dañasen a una persona”. Según se desprende de su comparecencia, actuó como enlace de las órdenes del teniente del equipo, quien sí reconoce haber emitido “instrucciones al personal desplegado en la playa y al sargento jefe táctico del MIR –el sargento– sobre ”el empleo del lanzamiento de medios“. Estas indicaciones, añadió, mencionaban que ”se asegurasen de que los impactos de las pelotas fuesen en el agua“.

Los primeros disparos y falta de auxilio

Tanto el capitán como diferentes agentes destacan el hecho de que, antes de que ellos diesen instrucciones o comenzasen a usar material antidisturbios –Compañía Rural de Seguridad de Ceuta– ya habían escuchado “detonaciones” o habían observado que otros guardias civiles habían iniciado el lanzamiento de pelotas de goma. ¿Quiénes son y por qué comenzaron a tirar los medios al agua? ¿Quién les dio la orden?

El último agente llamado a declarar de la jornada, perteneciente al Grupo Rural de Seguridad con sede en Sevilla, describe estos primeros momentos. “En el espigón ya se encuentran varios agentes de la unidad territorial, algunos de ellos podría ser de tráfico puesto que vestían una cazadora amarilla reflectante como la uniformidad de los compañeros de tráfico”, relató. Los agentes citados, añade, lanzaban medios antidisturbios.

Además, asegura que cuando llegó al espigón no vio que ningún inmigrante “pidiese auxilio” pero sí reconoce haber observado que los ciudadanos subsaharianos tenían “problemas de flotabilidad” y llevaban diferentes objetos a modo de flotador.

La primera toma de declaraciones

La versión expuesta por el capitán el pasado martes ante la titular del juzgado mantuvo la línea del relato de los hechos incluido en la investigación interna de la Guardia Civil, adelantada por eldiario.es en diciembre. Admitió haber lanzado pelotas de goma hacia el agua, como forma de demostrar a sus agentes que “se involucraba” en el operativo y con el objetivo, afirmó, de dar ejemplo.

No obstante, rechazó haber dado la orden para iniciar el lanzamiento de pelotas de goma y botes de humo. Según aseguró el agente que estaba a cargo del operativo, escuchó “detonaciones” de material antidisturbios antes de retirar el fusil a uno de sus agentes y disparar varias pelotas de goma (con el arma y con la mano) hacia el agua.

Preguntado por las imágenes que muestran varios lanzamientos de material antidisturbios hacia aguas marroquíes, donde según la versión oficial se produjeron todas las muertes, el capitán contestó no haber visto ni ordenado tales disparos, según ha podido saber eldiario.es.

Aunque reconoció haber gestionado la devolución ilegal de 23 personas que habían pisado la orilla ceutí, lo justificó acudiendo a la tesis gubernamental hecha pública tras las muertes de Ceuta, desacreditada por un juez en Melilla y numerosos expertos: a su juicio, un inmigrante no llega a España hasta que no supera la cadena humana formada por los agentes de la Guardia Civil.

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