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Las ONG de refugiados piden al Gobierno su implicación en el plan de acogida de los ayuntamientos

Refugiados participan en una protesta ante la estación de trenes de Keleti en Budapest, Hungría | Efe

Gabriela Sánchez

“Necesita coordinación”. La frase se repite cuando Acnur y ONG especializadas en asilo entran a valorar las iniciativas surgidas desde diferentes ayuntamientos como Madrid y Barcelona para generar una red de “ciudades refugio”. Esa coordinación, recuerdan, debe venir del Gobierno central. Por esta razón, las ONG Movimiento por la Paz y Cear, que lideraron la acogida de miles de bosnios en 1992, enviará próximamente una propuesta para crear una mesa con representantes de los ministerios implicados, las organizaciones sociales y los ayuntamientos y las comunidades que decidan unirse.

De momento el Gobierno opta por el silencio. Tras la ráfaga de ayuntamientos que han decidido aportar recursos para aumentar la capacidad de acogida de refugiados en España, ni el Ministerio de Empleo y de Asuntos Sociales -encargado de la acogida- ni el de Interior -competente del estudio de las solicitudes de asilo- han reaccionado . Este último ha explicado a eldiario.es que no podrán “valorarlo” hasta que no les llegue una propuesta formal.

“Hay que ponerse en marcha ya. No podemos seguir esperando a si aumentan o disminuye la cuota asumida por España. Si nos coordinamos podríamos empezar a asumir la primera cifra que pidió la Comisión Europea a España”, dice Paca Sauquillo, presidenta de MPDL. Habla de los cerca de 5.837 reasentados y reubicados que debería asumir según la Unión Europea, una cifra que, sin embargo, no acepta el Gobierno, comprometido solo a admitir a la mitad. Este jueves se ha conocido la intención de la institución comunitaria de triplicar la cifra total de refugiados distribuidos por la UE.

La ONG Movimiento por la Paz lideró junto a la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) la acogida de 2.500 refugiados de Bosnia Herzegovina entre 1992 y 1994, mientras España atravesaba la mayor crisis económica conocida en democracia y registraba casi dos puntos más de paro que en la actualidad, según publicó Europa Press. “A través de una mesa de coordinación en la que participaba MPDL, CEAR, la Oficina de Derechos Humanos (Ministerio de Exteriores) y el Ministerio de Empleo y Servicios Sociales empezamos a buscar y a hacer un listado de los locales, albergues y pisos de acogida que se ofrecieron desde diferentes comunidades y municipios”, recuerda Sauquillo.

Con este ejemplo en la cabeza, MPDL va a mantener una reunión con Cear y enviará una propuesta de acogida basándose en esta experiencia. De esta forma, explicará al Gobierno cómo asumieron la llegada de miles de personas con éxito y le pedirá la creación de un sistema de coordinación con los actores implicados.

Desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados valoran la iniciativa de los ayuntamientos como “muy positiva” pero recuerdan la necesidad de coordinación. “Nos parece un llamamiento con un enorme potencial porque puede marcar una diferencia en la vida de los refugiados. Esa solidaridad por parte de las ciudades es una gran noticia”, dicen desde la Agencia de la ONU.

En este sentido, también hacen hincapié en la importancia de que “se coordine desde la experiencia de aquellos que llevan décadas trabajando en la acogida y atención de los refugiados”, apuntan desde Acnur.

El ejemplo

Hace ahora 23 años y ante el genocidio en los Balcanes, España, a petición del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aprobó un cupo para traer a 1.000 refugiados procedentes de campos de concentración de Bosnia Herzegovina junto a sus familias. Llegaron en torno a 700 personas entre 1992 y 1994, los primeros en un buque de la Armada que arribó a Cartagena recibido con vítores, informa Europa Press.

Para la acogida, las ONG se sirvieron del apoyo desinteresado de administraciones y agentes como el Sindicato de Pilotos, que se hizo cargo de los vuelos. Ayuntamientos grandes y pequeños se ofrecieron, en nombre de sus vecinos, a acoger por cupos a las familias refugiadas y muchos ciudadanos se acercaron a las entidades para colaborar, ya fuese donando enseres o tiempo. Fueron muchos también, recuerda el MPDL, los que acudieron con pancartas de bienvenida a los puertos y aeropuertos.

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