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El dato de empleo del primer trimestre enfría la euforia sobre la recuperación económica

El paro bajó en 13.100 personas pero hubo una fuerte destrucción de empleo.

Belén Carreño

“Recuperación sin empleo”. Lo que debería ser un oxímoron ha vuelto a ser la tónica del primer trimestre del año en la economía española. Pese a la mejora estadística del PIB, el mercado de trabajo aún sigue siendo muy frágil, como muestran los datos que arrojó la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año. La destrucción de empleo provocó un inesperado repunte de la tasa de paro. La tímida caída del desempleo no fue suficiente para contrarrestar la sangría de la ocupación, con 114.300 puestos de trabajo destruidos.

Los analistas económicos calificaron de forma casi unánime como “decepcionantes” los datos conocidos el jueves. El servicio de estudios económicos de BBVA achaca esta “sorpresa negativa” a la significativa caída del empleo en el sector servicios y al empleo privado. Para la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, llama la atención que el sector privado haya creado menos empleo que en los trimestres precedentes, cuando precisamente no se había casi ni iniciado la senda de la recuperación. Respecto a la caída en el sector servicios, el principal motor de la economía española, los analistas no encuentran una explicación aparente a este mal comportamiento.

El economista jefe para España de BBVA, Miguel Cardoso, recordaba justamente esta característica de la recuperación sin empleo. En la nota con el análisis de la EPA, el banco recuerda que precisamente la “inesperada” caída de la población activa ha logrado frenar la subida de la tasa de paro. Es decir, gracias a la desaparición de esa gente que quiere trabajar, los resultados no son aún peores.

Así las cosas, se complica que se cumplan las previsiones del Banco de España de expansión de la actividad para este primer trimestre del año 2015. La institución prevé que la economía crezca un 0,8%, una cifra que a priori parece moderada pero que en términos anualizados situaría la velocidad de crecimiento española cerca del 3%. Cabe recordar que se dan unas estimaciones iniciales sobre crecimiento del PIB –este mismo 30 de abril– que el INE suele matizar en revisiones posteriores.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el organismo creado para fiscalizar al Estado por imperativo de Bruselas, fue una de las primeras en reaccionar suavizando sus expectativas de crecimiento. Lo flojo del dato conocido lima las previsiones de la institución en una décima tanto para el primer trimestre del año como para el segundo.

Para el servicio de estudios de la Universidad Carlos III (BIAM), las cifras son especialmente preocupantes por la composición de la creación de empleo que dibujan y que se van afianzando trimestre a trimestre. José Domingo Roselló, coordinador del departamento, lamenta que en la EPA cada vez son más visibles lo que llama “factores de precarización”. Así, en términos anuales, la tasa de creación de empleo a jornada parcial crece un 4,4%, frente al tiempo completo que mejora un 3%; la tasa de temporalidad se desboca de nuevo y el sector que crece a más celeridad, hasta un 15%, vuelve a ser la construcción.

El economista José Carlos Díez llama la atención sobre otro dato del mercado laboral que muestra la atonía de la recuperación. Los flujos de personas que entran y salen cada trimestre de la ocupación, esto es, que ganan y pierden su trabajo cada tres meses, dejan ver un mercado laboral que ha “taponado la sangría” de despidos, pero que no logra crear empleo.

Según los datos del INE, solo se crearon 1,073 millones de puestos de trabajo en los tres primeros meses del año (frente a una pérdida de 1,170 millones). El dato es el tercero peor en un primer trimestre en los últimos nueve años. Solo en el arranque de 2009 y de 2013 fue más anémico. Es decir, se ha creado menos empleo en este invierno que en algunos de los peores años de la crisis (como 2011 o 2012).

Díez también apunta con preocupación que España triplica en tasa de paro la media de la UE pero apenas va a crecer unas décimas más que el resto de sus vecinos, lo que pone en solfa la posibilidad de reducir la tasa de desempleo de forma contundente en los próximos ejercicios.

En resumen, y a la espera de ver si la Semana Santa récord y la buena racha del turismo se dejan sentir en los datos de primavera, por el momento el tirón económico se sigue sin traducir en una mejora significativa del empleo.

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