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“Solo se tiene una oportunidad en la vida para demostrar quién eres, y yo tuve dos”

El ex-oficial de la inteligencia danesa Anders Kærgaard. Foto de su archivo personal.

Carmela Negrete

Berlín —

eldiario.es: ¿Cuál era su misión en Irak en 2004 durante la operación “Green Desert”?

Anders Kærgaard: Yo era oficial de la inteligencia danesa en Irak y trabajábamos en conjunto con el servicio de inteligencia norteamericano. La operación “Green Desert”, que tuvo lugar en Az Zubayr el 25 de novimebre de 2004 perseguía la detención del dirigente de Al Qaeda Issad Al-Douri, de varios rebeldes sirios que habían luchado en Faluya y de otros terroristas. Pasé cuatro meses en la ciudad antes de la operación y escribí un informe para mi jefe superior. En él explicaba que era muy poco probable que en los cuatro edificios que se planeaban registrar se encontrasen los terroristas, pero sí por el contrario numerosos civiles, mujeres y niños. También hacía referencia a la confrontación entre el ejército, de mayoría chií, y la población de la ciudad, de mayoría suní. La información de que los rebeldes se encontraban en esta ciudad la habíamos recibido de la inteligencia del ejército iraquí, por lo que había que ser especialmente cuidadoso para no fomentar acciones de odio de forma gratuita.

eldiario.es: ¿Qué ocurrió con aquel informe?eldiario.es:

A. K.: Fue transmitido y yo hablé con mi superior, pero decidieron llevar a cabo la operación de todos modos. Un millar de soldados daneses, británicos e iraquíes registraron los cuatro objetivos y detuvieron a 36 personas. Un soldado me facilitó un vídeo que había grabado durante la operación en el que se podía ver cómo las personas detenidas eran tumbadas en el suelo y los soldados iraquíes les golpeaban. Mientras, los soldados daneses observaban sin mostrar resistencia. Esto es algo que va en contra de las convenciones internacionales. Tomé el vídeo y fui a denunciarlo ante mi superior, el comandante John Dalby, y le dije “tenemos un problema”. Éste me contestó: “¿Puedes asumir la responsabilidad de que si dicho vídeo sale a la luz, las tropas danesas tengan que retirarse de Irak?”. Y yo le contesté que no. Él guardó el vídeo en su oficina. Sin embargo, otro soldado que conocía el contenido del vídeo extrajo éste de la oficina del oficial y me lo devolvió.

eldiario.es: ¿Por qué no hizo público el vídeo en aquel momento?eldiario.es:

A. K.: Estaba en el ejército y en Irak porque realmente creía en lo que estábamos haciendo. Hoy creo que fue un error, sobre todo porque los civiles que fueron encarcelados fueron trasladados a la cárcel de Al Jamiat, donde permanecieron unos 70 días. Fueron cruelmente torturados y nunca se presentó acusación alguna en su contra ni estuvieron ante un tribunal. Para colmo, nuestro superior apareció en los medios asegurando que habíamos capturado unos rebeldes, aunque no teníamos forma alguna de saber si eran terroristas o civiles.

eldiario.es: ¿Cómo y cuándo se decidió a denunciar lo que había ocurrido?eldiario.es:

A. K.: En 2010 leí en un periódico que había un médico danés que estaba estudiando los efectos de las torturas en las víctimas civiles en Irak y que el abogado Christian Harlang había reunido las denuncias de 23 iraquíes afectados y estaba tratando de comenzar un proceso contra el Estado danés en el que lo hacían responsable de las torturas que se habían cometido durante la operación “Green Desert”. Entonces me puse en contacto con él y le dije que yo sabía lo que había pasado en aquel momento y que me gustaría aparecer como testigo en el juicio. Hasta ese momento, ellos no tenían ninguna prueba con que acusar al ejército, pero yo tenía el informe que había escrito y el vídeo. El ejército declaró que no existía ningún vídeo. Solo se tiene una oportunidad en la vida para demostrar quién eres, y yo tuve dos. Así que esta vez me decidí a denunciarlo y a afrontar las consecuencias.

eldiario.es: ¿Y que pasó a continuación?eldiario.es:

A. K.: Pues que decidimos hacer una rueda de prensa conjunta en octubre de 2012, en la cual yo me retiré oficialmente del ejército, expliqué lo que había sucedido durante la operación y mostramos el vídeo a la opinión pública. El diario Arbejderen publicó asimismo el informe secreto que yo había escrito en 2004. La afirmación de que no existía tal vídeo tuvo que ser retirada y el ministro de Defensa tuvo que admitir que nunca se investigó si los detenidos eran terroristas o civiles. Pero este escándalo no ha llevado a un proceso contra el Ministerio de Defensa o los oficiales responsables en aquel momento. Las denuncias de las víctimas de torturas no han sido admitidas hasta hoy en ningún juzgado danés. El único condenado he sido yo. Por no haber dado el nombre de la persona que me consiguió el vídeo de la oficina del oficial he tenido que pagar unos 2.000 euros.

eldiario.es: ¿Qué consecuencias personales ha tenido para usted la decisión de hacer públicos estos hechos?eldiario.es:

A. K.: Desde aquella rueda de prensa, he perdido no solo mi trabajo sino que he tenido que vender mi casa... y tengo cuatro hijos. También estoy tratando de vender ahora mi coche para poder pagar el viaje a Europa de los traductores del ejército en Irak y Afganistán, ya que ellos corren peligro de ser eliminados después de la retirada de las tropas por colaboracionistas. Durante el juicio he recibido visitas de los inspectores en mi casa, también a horas intempestivas, para preguntar cuestiones poco relevantes. Pero sobre todo he perdido la mayoría de contactos sociales que tenía antes, ya que muchos de ellos pertenecen al ejército y ven como una traición mi denuncia. Desde aquel día, mi padre, que también es un militar de alto rango del ejército danés, no ha vuelto a hablarme.

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Video de la operación Green Deseert, publicado por el periódico danés Arbejderen:

(En el minuto 19:20 puede observarse cómo las fuerzas de seguridad iraquíes patean a los detenidos que están en el suelo ante la pasividad de los soldados daneses)

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Den hemmelige fangevideo - Fuld længde from Arbejderen on Vimeo.

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