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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La rivalidad entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias da aire a Mariano Rajoy en el debate

Iglesias a Sánchez: "Se equivoca de adversario. Es el PP"

Gonzalo Cortizo

La pelea por el mismo sector del electorado ha enfrentado a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante el debate a cuatro. El candidato socialista ha rechazado cada una de las llamadas al acuerdo realizadas por el líder de Podemos, en un claro intento por recuperar a aquellos votantes que un día fueron del PSOE y ahora están más cerca de Unidos Podemos. Frente a esa pelea, Rajoy ha solventado el trámite sin grandes heridas y cumpliendo su plan previsto de vender experiencia de gestión y justificar sus recortes con el argumento de que “gobernar no es fácil”.

Mientras Iglesias deslizaba uno tras otro constantes guiños al PSOE, Sánchez respondía escéptico y arisco por momentos. “Le pido a los ciudadanos que no tropiecen dos veces en la misma piedra de aquellos que piden el voto para el cambio y acaban bloqueando el cambio”, dijo el del PSOE en clara alusión al fracaso de las negociaciones con Podemos que provocaron la repetición de elecciones.

“El adversario es Rajoy, Pedro... es Rajoy”, respondía Pablo Iglesias al borde del susurro. El tono del líder morado con su contrincante socialista ha sido estudiadadamente suave para no asustar a ningún elector de los que hace años elegían sin dudarlo las papeletas con el puño y la rosa.

Sánchez se agarró al mantra consistente en acusar al de Podemos de haber matado el “gobierno de progreso” buscado por Ferraz tras las elecciones del 20D. A cada reproche, y siempre que el reparto de turno se lo permitía, Pablo Iglesias repetía la misma respuesta: “Sr. Sánchez, se equivoca de adversario”.

Iglesias fue el único de los cuatro que ha dicho con claridad con quien pactaría: “Haremos la misma propuesta. Un pacto de gobierno de coalición con el PSOE”. El de Podemos cree que el presidente resultante de ese acuerdo debería ser “el que tenga más votos”, despejando así parte de la discusión sobre si la unidad de medida para esa decisión son los votos o los escaños.

Rajoy respira

Mariano Rajoy sale del debate sin cicatrices. Su equipo le había preparado para una pelea de tres contra uno, pero los enfrentamientos entre Sánchez e Iglesias le han convertido, por momentos, en un simple espectador con asiento de primera fila.

Los momentos más incómodos para el candidato conservador han circulado de nuevo en torno al bloque sobre corrupción. Rajoy ha vuelto a escuchar los reproches en torno a Bárcenas y los SMS que ambos se cruzaron cuando ya se sabía lo del dinero en Suiza.

Sin embargo, también en este punto, el protagonismo fue para la pugna entre Sánchez e Iglesias. El candidato de Unidos Podemos enumeró escándalos como los ERES de Andalucía o la Operación Púnica. Iglesias buscó la suavidad al decir que “hay nombres que me duelen más”, justo antes de citar a Felipe González en su listado de protagonistas de las puertas giratorias.

Frente a Iglesias, Sánchez volvía a marcar distancias con reproches: “Me sorprende que en ese listado no haya metido ni a Juan Carlos Monedero ni la beca de Errejón”. El del PSOE golpeaba a Rajoy pero su mente puesta en Iglesias: “Usted sigue ahí gracias al apoyo inestimable del Sr Iglesias”.

Durante este bloque apareció Rivera para atacar a Rajoy por la decisión de permitir el aforamiento de Rita Barberá, impidiendo cualquier acción judicial contra ella hasta después de las generales. “Yo no le voy a llamar indecente, no le voy a insultar”, aseguró el candidato de Ciudadanos que pidió a Rajoy una reflexión sobre su futuro sin demasiadas consecuencias: “No le he dicho que dimita. Le he dicho que reflexione”.

Rivera, fuego a dos bandas

El candidato de Ciudadanos ha repartido sus fuerzas para atacar por turnos a Rajoy y a Pablo Iglesias. Al presidente en funciones le ha afeado que proponga ahora cosas que no ha querido apoyar con su mayoría absoluta, mientras que al de Podemos le ha advertido: “El modelo griego no lo queremos en España”.

Rivera acusa a Iglesias de pedir que España salga del euro, lo que ha provocado la airada respuesta del de Podemos que ha negado la veracidad de las afirmaciones de su contrincante.

Ninguno de los protagonistas ha llevado al debate ni una sola propuesta nueva, han sorteado los bloques con vaguedades y hasta en varias ocasiones los moderadores les han recordado que olvidaban abordar temas como la violencia machista.

Solo unos meses después de las últimas elecciones la contienda se ha centrado en la definición de los bandos. PSOE y Ciudadanos han respetado su pacto de no agresión. Iglesias y Sánchez han marcado las reglas de una pelea que caduca el 27 de junio. Rajoy, una vez más, se ha reservado ese papel de ganador, al que siempre le sobrevuela el adjetivo de solitario.

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