Leer la prensa me produce a veces sobresaltos. Díganme si les chirría algo en este titular publicado en la edición digital de La Vanguardia:
“La primera guardería municipal inclusiva de Barcelona abrirá sus puertas en septiembre”
No lo entiendo. ¿Primera? ¿Primera guardería inclusiva?
El subtítulo amplía:
La Escola Bressol Municipal Escorial ofrecerá plazas para bebés con pluridiscapacidad, que compartirán aula con el resto“
Perdonen mi ignorancia. Pero… ¿es que acaso los bebés con discapacidad o con varias discapacidades solo eran admitidos en centros específicos hasta que cumplían tres años?
¿Las guarderías en esta comunidad no son todas inclusivas?
Sigo leyendo porque no lo entiendo.
Leo que esta nueva guardería será “un poco diferente, porque el hecho de que una guardería municipal sea inclusiva es ”un planteamiento nuevo y un poco revolucionario“.
¿En serio? ¿Nuevo? ¿revolucionario?
Descolocada navego página arriba del digital en busca de la fecha. Internet –presumo- me ha debido jugar una mala pasada y seguro que me muestra una vieja página datada en aquellos tiempos en los que se apartaba a los niños con discapacidad, en los que se les relegaba al ámbito familiar, cuando no eran admitidos en centros ordinarios.
¡Pero no, la noticia está fechada este año, el 10 de febrero de 2015!
¿2015?
Y sigue:
Para el alcalde (el anterior, se entiende), lo más “bonito” de esta nueva guardería municipal es que de las 74 plazas para niños de cuatro meses a tres años que ofrecerá, ocho serán para niños discapacitados.
¿Lo más bonito? ¿Pero acaso no hablamos de un derecho, de recibir un mismo trato sin importar la condición? ¿De acceder al sistema educativo en igualdad?
¡Ay, qué irritación me estoy llevando!
Y me viene a la mente la imagen de una preciosa guardería, moderna, con cunitas en las que duermen bebés con discapacidad y bebés sin. Muy bonita, sí. Pero según se publica esto no existía en Barcelona hasta ahora, corrijo, no existirá al menos hasta este mes de septiembre.
Por si no fuera poco el despropósito, a esta guardería tan revolucionaria la califican de “inclusiva” frente al resto de guarderías, entiendo, que no lo son. ¿Saben lo que significa inclusivo?
La educación inclusiva significa que todos los niños -y jóvenes- con y sin discapacidad o dificultades, aprenden juntos en las diversas instituciones educativas regulares, ya sea preescolar, colegio, post secundaria y universidades, con los apoyos apropiados. Subrayo “regulares”, es decir, que el hecho de aplicarle el adjetivo “inclusiva” la despoja de su supuesta regularidad y deja a las ordinarias como un ámbito, entonces, “exclusivo” para niños sin diversidad funcional.
En 2013 el defensor del pueblo catalán ya alertó de enormes dificultades para que un niño de cero a tres años que sufre una multidiscapacidad con una afectación severa pueda ser atendido en una guardería ordinaria.
Aplaudo la iniciativa del Ayuntamiento barcelonés al abrir esta guardería, como no podría ser de otra manera, pero pongo el foco de atención en el tan manido uso de la discapacidad como fuente inagotable de colgarse medallas, sin que se aborde la cuestión con seriedad, de una forma integral y con verdadera vocación de servicio público, de atender las necesidades de los ciudadanos, vivan donde vivan, como reza en nuestra Constitución.
¿Cuál es su experiencia como padre o madre de un bebé con discapacidad al respecto? ¿Le ha podido escolarizar en ese primer ciclo de la enseñanza infantil en su comunidad?
