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La asignatura de Religión incluye rezos en clase y suprime referencias a otras confesiones

Curso de formación de profesores de Religión en la Diócesis de Valladolid. Foto: Ángel Cantero. CC-NC

Daniel Sánchez Caballero

Habemus currículo de Religión Católica. El Gobierno acaba de publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) los nuevos textos básicos de la asignatura para Primaria, Secundaria y Bachillerato para la adaptación de la materia a la LOMCE. Como es habitual, los contenidos no los ha desarrollado el Ejecutivo sino la Conferencia Episcopal Española en virtud de los acuerdos firmados con la Santa Sede en 1979. Entre las mayores novedades detectadas respecto a los anteriores textos está la inclusión de rezos en Primaria y la supresión de referencias a otras creencias en Secundaria, según destaca El BOE nuestro de cada día.

Los nuevos contenidos incluyen los rezos como estándares de aprendizaje evaluables para los alumnos. En concreto, en 1º de Primaria (seis años) se valorará si el niño “memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento”. En 2º se cita como objetivo: “Expresa, oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a Dios por su amistad”.

Pese a estos criterios, el texto general destaca que “lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, la enseñanza de la religión católica ilustra a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana”. Es cierto que parte de los contenidos tienen que ver con la historia de la religión, pero no todos. “Es religión confesional, catecismo”, rebate Paco Delgado, portavoz de la asociación Europa Laica, que propugna una educación sin religión en clase. “Hacen lo mismo que cuando llevas a tu hijo a catequesis”, sostiene tras haber estudiado los currículos curso tras curso.

En el currículo de Secundaria se han suprimido las referencias a otras creencias religiosas que sí figuraban en el anterior currículo. Según destaca el BOE, el currículo vigente hasta ayer incluía en primero de la ESO un punto sobre “la moralidad de los actos en el Cristianismo, y su relación con la propuesta moral del Budismo (sentido de la felicidad) y del Islam (valor moral de las obras)”. En los nuevos textos no se mencionan expresamente estas otras creencias, pero sí aparece, ya en Bachillerato, un estándar que evaluará si el estudiante “califica las respuestas de sentido que ofrece el ateísmo, agnosticismo o laicismo y las contrasta con la propuesta de salvación que ofrecen las religiones”.

Algo parecido ocurre en el tercer curso. Hasta ahora estaba destinado en su totalidad a comparar “el proyecto de Dios sobre el hombre según el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam”. También incluía materias polémicas de debate sobre el aborto y la eutanasia. Todos esos contenidos ya no aparecen en el nuevo currículo.

En opinión de Delgado, los cambios más notables que vienen sufriendo los currículos de un tiempo a esta parte es que inciden cada vez más en “el creacionismo”. Entre otras referencias más ambiguas, el currículo publicado ayer valora que el estudiante de Bachillerato “reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos”.

Con la modificación incluida en la LOMCE, la asignatura de Religión seguirá siendo optativa en los seis cursos de Primaria y los cuatro de Secundaria. La novedad es que pasa a computar como una asignatura más a la hora de establecer la nota media a final de curso, lo que no sucedía hasta ahora. Lo mismo ocurrirá con su alternativa, Valores Cívicos (la sustituta de Educación para la Ciudadanía). En Bachillerato estuvo a punto de ser de oferta obligatoria también, pero en el último momento el PP tumbó la enmienda y ahora queda a la discreción de los institutos su inclusión o no, toda vez que es una de las 11 asignaturas de libre designación entre las que deben elegir dos.

Caída constante de estudiantes

El hecho de que la asignatura compute como obligatoria no es la norma en el resto de Europa, aunque tampoco la excepción. Más o menos en la mitad de los países cuenta para la nota final, aunque en la inmensa mayoría, como en España, es optativa. El caso más extremo es Francia, donde la religión está excluida de las escuelas excepto en tres departamentos del nordeste que pertenecían a Alemania.

Una de las principales quejas de las asociaciones pro laicismo es que esta asignatura resta horas en el currículo a otras con más peso. Con la libertad que otorga la LOMCE, las comunidades autónomas decidirán si imparten una o dos sesiones de 45 minutos, explica Delgado, “que no se dedican a otras materias”. En el País Vasco, por ejemplo, se llegó a calcular que impartir Religión restaría 70 horas de materias troncales u optativas.

El número de alumnos que elige la asignatura de Religión Católica en España está en continuo descenso. En 1996, primer año del que tiene datos la Conferencia Episcopal, un 75% elegía esta asignatura en los colegios públicos frente al 25% que acudía a las clases de Ética, la alternativa en aquel entonces. Para el curso 2013-2014 el porcentaje había caído hasta un 56%, según estos mismos datos. Aunque en Europa Laica matizan: este dato corresponde a la primera etapa y cae con estrépito según crecen los chicos. En Secundaria apenas son el 22% y en Bachillerato, el 15%.

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