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El incendio de Seseña está liberando grandes cantidades de sustancias tóxicas y metales pesados

Imagen del incendio de Seseña / Ismael Herrero

Teguayco Pinto

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los gases que desprenden los neumáticos quemados son altamente tóxicos, de forma que el incendio que se declaró la pasada madrugada en un depósito de neumáticos de Seseña está emitiendo grandes cantidades de sustancias que pueden ser perjudiciales para la población que se vea afectada por el humo.

“Representan un problema importante para la calidad del aire, por el tipo de compuestos que tienen y que se pueden desprender”, explica a eldiario.es Begoña Artíñano, investigadora del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.

Según los estudios llevados a cabo por la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés), las emisiones provenientes de la quema de neumáticos a cielo abierto son particularmente tóxicas y se ha estimado que dichas emisiones son 16 veces más mutagénicas que la combustión de madera en las chimeneas caseras y 13.000 veces más mutagénicas que las emisiones de una instalación de carbón.

Durante la quema de neumáticos se emiten grandes cantidades de partículas en suspensión, monóxido de carbono, bióxido de azufre y óxidos de nitrógeno. Además, de hidrocarburos aromáticos policíclicos, dióxinas, furanos y metales pesados como arsénico, cadmio, níquel, zinc, mercurio, cromo y vanadio.

Según la OMS, estas emisiones pueden representar peligros agudos (a corto plazo) y crónicos (a largo plazo) para la salud de los bomberos y los residentes cercanos. Dependiendo de la duración y grado de exposición, los efectos a la salud podrían incluir irritación en piel, ojos y membranas mucosas, así como trastornos a las vías respiratorias, sistema nervioso central, depresión y cáncer.

Evitar la columna de humo

La EPA recomienda que los bomberos y trabajadores que participan en la extinción de este tipo de incendios dispongan de equipo de protección personal, como respiradores especiales y protectores para la piel. “La gente que esté muy próxima debe utilizar medidas de precaución”, afirma Artíñano, “y debe evitar el contacto directo con el humo”.

Por estos motivos, diversas organizaciones, recomiendan que cualquier área directamente expuesta a la columna de humo o sujeta a exposición por vientos cambiantes debería ser evacuada como medida de precaución. Según Artíñano, el peligro para las poblaciones locales cercanas a Seseña “dependerá de las concentraciones que se alcancen y la distancia”, pero alerta de que “en ausencia de mediciones sobre el terreno es difícil hacer valoraciones”.

Además de los gases emitidos a la atmósfera, en un incendio estas características también se generan productos que pueden contaminar el suelo, la superficie del agua y los mantos acuíferos, con lo que se deben tomar precauciones adecuadas para minimizar estos impactos. “Los productos que sean más volátiles estarán en forma gaseosa, pero todos los agentes químicos que se depositen en el suelo también pueden suponer un problema”, explica Artíñano.

La gestión de los neumáticos fuera de uso se regula por un real decreto que pretende evitar los daños ambientales asociados a su depósito en vertederos, práctica prohibida explícitamente, fundamentalmente debido a su capacidad combustible, que hace que los incendios como el de Seseña sean muy difíciles de extinguir.

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