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The Guardian en español

Bienvenidos al Brexit, un acercamiento a regímenes brutales y asesinos

Fotografía facilitada por la Agencia Saudí de Prensa que muestra al el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Nayef, durante su encuentro con la primera ministra británica Theresa May en Riad, Arabia Saudí este 4 de abril de 2017.

Owen Jones

¿El “Brexit es Brexit” o el “Brexit es intimar todavía más con regímenes asesinos que violan los derechos humanos”? Nuestro gobierno ya es un admirador en serie de regímenes espantosos. Ahora, también un miserable distribuidor de armas a su servicio. Theresa May ha dejado clara su estrategia postrando a Reino Unido ante sus amigos que cortan cabezas en Arabía Saudí.

Abandonar el amplio mercado único al otro lado del Canal no significa reducir a Reino Unido a un estatus de perrito faldero del demagogo al otro lado del Atlántico, ese a quien le gusta manosear a las mujeres y vapulear a los musulmanes. Significa forjar una relación todavía más cercana con regímenes que causan sufrimiento dentro y fuera de sus fronteras.

A principios del año pasado, Arabia Saudí mató a decenas de personas argumentando que eran “terroristas”. El régimen, haciendo un uso orwelliano del término, mató también al clérigo disidente chií Sheikh Nimr al-Nimr. El exembajador británico en el país, demostrando lo preparado que está nuestro gobierno para cuestionar las atrocidades saudíes, afirmó que algunas de estas ejecuciones eran entendibles.

Este es un régimen que, igual que los extremistas que ha ayudado a engendrar, corta cabezas de disidentes y homosexuales. Trata a las mujeres como meras posesiones subordinadas a los hombres: una opresión asfixiante que no desaparecerá por mucho que May anuncie, con actitud de superioridad, su llegada como modelo femenino. Destroza a su vecino Yemen con bombas británicas: miles de civiles han sido asesinados en la ofensiva y millones han sido expulsados de sus hogares en lo que se ha convertido en una de las peores crisis humanitarias del mundo. Invadió Bahréin en 2011 para defender de las protestas populares a la familia que gobierna despóticamente el país. Exporta una ideología extremista que amenaza a la seguridad de la gente en este país. Y, aun así, la estrategia de May es utilizar el Brexit para forjar un vínculo todavía mayor con estos gánsteres fanáticos.

Otro beneficiario de la estrategia del Brexit de May es Turquía. Esto es algo paradójico, dado que Turquía tuvo una presencia demoníaca en el referéndum del año pasado: la campaña para abandonar la UE argumentó de forma venenosa y deshonesta que Turquía se uniría pronto a la UE y obtendría libertad de movimiento en todo el continente europeo.

Turquía es un país que está degenerando rápidamente en dictadura: desde un intento de golpe de Estado fracasado el pasado julio, decenas de miles de personas han sido detenidas o purgadas de sus trabajos, se han cerrado medios de comunicación y destacadas figuras de la oposición han sido encarceladas. Sin embargo, esto no parece inquietar a nuestra estimada primera ministra, que prometió en enero “una nueva y más profunda relación comercial con Turquía”, consumada posteriormente con la venta de un avión de combate por 116 millones de euros.

Después está Israel y su Gobierno de extrema derecha alentado por el ascenso de Donald Trump. A pesar de la resolución del Consejo de Seguridad que tacha de ilegales todos los asentamientos, Israel se ha comprometido a expandirlos. Se acaba de aprobar el primer asentamiento desde hace dos décadas; una colonización sin complejos que hará imposible cualquier acuerdo de paz. El Gobierno cuestiona abiertamente la lealtad de los ciudadanos árabe-israelíes. La ocupación se impone a base de fuerza bruta, racismo y también gracias a la complicidad de Occidente. Pero, como quedó demostrado en una reciente visita de Benjamin Netanyahu a Reino Unido, May está utilizando el Brexit para consolidar la aceptación de un gobierno que viola los derechos humanos en lugar de presionar por una paz justa para palestinos e israelíes.

Así que ahí estamos. El Brexit tory no es “volver a tomar el control”, es entregárselo a los Donald Trumps, los dictadores saudíes, los autócratas turcos y a los extremistas israelíes. Y, mientras tanto, el resto del mundo se ríe de nosotros, que debatimos el color de nuestros pasaportes y hablamos de ir a la guerra contra España. Sí, durante demasiado tiempo la política exterior británica ha estado subordinada a Estados Unidos, ha sido culpable de participar en guerras desastrosas y ha sido una defensora leal de gobiernos extranjeros asesinos. La estrategia para el Brexit de May podría hacer que todo esto fuese aún mucho peor. Simplemente miren a nuestra primera ministra, doblegándose ante los tiranos que creen en cortar cabezas. Claro, volviendo a tomar el control.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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