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El creador del zapato que crece: “Fui ingenuo al pensar que la industria se interesaría”

Kenton Lee, el creador de los zapatos que crecen, con su invento

Susana Mendoza

San Francisco —

A veces un pequeño cambio puede transformar una vida, o miles de ellas. Algo así pensó Kenton Lee, un voluntario norteamericano que tras pasar una temporada en Kenia ayudando a niños huérfanos, inventó unos zapatos que crecen: se agrandan hasta 5 tallas y duran unos 5 años.

Logró ejecutar la idea fundando su propia ONG y empezó a enviarlos a algunos países de África. La popularidad que ha alcanzado la causa ha hecho que se plantee incluso hacer un modelo para niños de países desarrollados. 

¿Cómo surgió la idea de crear este tipo de zapato?

Kenton Lee - Viajé a Kenia en 2007 para participar como voluntario ayudando a niños huérfanos durante seis meses. Cuando estuve allí pude observar la pobreza extrema en la que vivían, pero una de las cosas que más me sorprendió y apenó fue que la gran mayoría de los niños iban descalzos o llevaban zapatos varias tallas más pequeños.

Un día, mientras iba a rezar a la iglesia, me topé con una niña de unos seis años que llevaba unos zapatos tan desgastados y pequeños para ella, que sus dedos asomaban por la punta. En ese momento se me ocurrió que sería genial tener zapatos que se adapten al crecimiento de los niños, que crecieran una talla a medida que el niño crece. Las consecuencias de ir descalzo en África son terribles, desde parásitos en la piel de los pies y las uñas hasta rasguños que se infectan y pueden acarrear enfermedades.

Cuando regresó a Estados Unidos, ¿cómo implementó esta idea?

Kenton Lee - En cuanto volví a mi casa en Nampa, Idaho, me puse manos a la obra y comencé a poner sobre el papel el diseño del zapato por que no me sacaba de la cabeza la imagen de los niños descalzos. Yo no soy zapatero ni tengo experiencia en este tipo de negocio, así que decidí que lo mejor sería contactar con gente de la industria.

Llevé mi idea a las principales marcas de zapatos de Estados Unidos pero la idea no le interesó a nadie, a pesar de que estaba dispuesto a ceder la patente, no estaba interesado en hacer dinero, sólo en que alguien llevase mi idea a la práctica.

En 2008 creé la organización benéfica Because International como plataforma del Zapato que Crece y justo ese mismo año una empresa de zapatos llamada Proof of Concept, que ayuda a causas sociales, aceptó fabricar el primer prototipo del zapato.

¿No piensa que fue quizá un tanto ingenuo pensar que la industria del zapato estaría de acuerdo con una idea que podría quitarles millones y millones de dólares?

Kenton Lee - La verdad que volviendo la vista atrás sí, fue algo quizá un tanto ingenuo, entiendo por qué no estarían interesados en la idea. Desde luego no les sería rentable que los niños tuvieran como mucho dos pares de zapatos toda su vida, es cierto.

¿Qué tipo de zapato crearon? Si el calzado está pensado para países en vías de desarrollo en África, el calzado debería adaptarse al clima también.

Kenton Lee - Sí, por eso se trata de una sandalia, por que un zapato cerrado del todo es menos práctico allí. Proof of Concept se especializa en calzado infantil, así que su grupo de expertos tuvo en cuenta esto a la hora de crear el prototipo.

La sandalia se puede usar durante cinco años y tiene dos tallas, una para niños de 4 o 5 años hasta los 10 años de edad y otra talla que abarca desde los 10 hasta los 15. Cada zapato tiene tiras que se pueden ir ajustando, una suela que también se puede agrandar y una pequeña hebilla en el talón que regula el ancho de la sandalia.

¿Han comenzado a enviar ya estas sandalias a África?

Kenton Lee - Sí, la primera partida de 3,000 se envió el año pasado a Ruanda y Kenia y ahora estamos preparando la siguiente, que ha aumentado a 5,000. Como dependemos de donaciones, no podemos enviar más zapatos ni con más frecuencia, pero espero que la popularidad que ha recibido en los últimos meses esta causa, ayude a enviar más zapatos.

La idea podría ayudar no sólo a niños de países pobres, sino además a familias de países desarrollados, como Estados Unidos.

Kenton Lee - Sí, reconozco que me pilló por sorpresa el número de solicitudes que hemos tenido aquí para vender las sandalias en el país porque los zapatos no son bonitos, están pensados como algo práctico sin ningún fin estético.

¿Tienen pensado entonces desarrollar algún modelo que se adopte al gusto occidental para comercializarlo en Estados Unidos?

Kenton Lee - Estamos trabajando en ello ahora, desarrollando un zapato más cerrado que se pueda usar aquí, en Estados Unidos. Los niños no paran de crecer, eso es así en Kenia y en cualquier otro país y supone un gasto tremendo para cualquier familia en el mundo.

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