Gran Canaria se añurga recordando a Gaza: ocho horas no son suficientes para leer la lista de niños asesinados por Israel
Una kufiya sobre un atril ante la plaza de Santa Ana en Las Palmas de Gran Canaria, en esta ocasión repleta de zapatos de talla pequeña, escenario atroz de la lectura ininterrumpida de los nombres y edades de los niños y niñas asesinados en Gaza durante la ofensiva israelí. En la tarde de este lunes fueron nombrados por unas 165 voces añurgadas pertenecientes a personalidades del panorama político, cultural y de lucha social de la Isla y, de fondo, tan solo silencio, como en un duelo. “Cada uno de esos nombres”, cuenta a este periódico la activista por la paz Koldobi Velasco, “habla de vidas, de lloros”.
El acto, convocado por la plataforma Canarias por Palestina, no es solo un homenaje a la memoria de los más de 20.000 niños y niñas —algunos de apenas unos meses de edad— asesinados por Israel, sino también un recordatorio, en un espacio público y emblemático, de que el genocidio continúa y de cómo cala ese activismo que nombra a las personas para que vuelvan a existir o existan siempre.
La apertura corrió a cargo del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que ha anunciado que la Vuelta no pasará por Gran Canaria si en ella participa Israel; y de la alcaldesa de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, que reivindica este tipo de actos “para concienciar que tenemos que seguir siendo millones de voces en todo el mundo que hagan llegar a todos los rincones del mundo la barbarie y la atrocidad que están cometiendo con el pueblo de Palestina”. Se refiere a la Plaza de Santa Ana, que siempre alberga eventos alegres y de esperanza compartida, como un lugar que hoy acoge el dolor para exigir “que llegue la paz de una vez por todas a Gaza y a todas las partes del mundo”.
“La plaza se ha cubierto con pequeños zapatitos de esos niños y niñas que ya no respiran”, describe a este periódico Rosa Halaby, miembro de la Plataforma Canarias por Palestina. “Serán nombrados aquí en Las Palmas de Gran Canaria, pero también en otras ciudades como Madrid, Londres, donde también se recuerda que lo que está ocurriendo es un genocidio y no tiene otro nombre”, afirma tajantemente Halaby. “En la lectura de los 27 nombres que corresponden a cada lector o lectora, es difícil que la voz no se quiebre porque muchos de estos niños no tenían ni siquiera un año de edad. Son niños y niñas que han perdido la posibilidad de vivir, de sonreír y de soñar y que hoy recordamos con mucho dolor y con todo el respeto”.
Los representantes políticos encargados de iniciar la lectura fueron el presidente del Cabildo de Gran Canaria y la alcaldesa de la ciudad, pero también pusieron su voz la diputada de Podemos por Las Palmas, Noemí Santana o la concejala del mismo partido en el consistorio capitalino, Gemma Martínez. El consejero de Solidaridad Internacional del Cabildo de Gran Canaria, Carmelo Ramírez, leyó también 27 nombres de la lista y el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra hizo lo propio.
También participaron en la lectura pública personalidades de la judicatura canaria como la magistrada y exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell o la abogada Isabel Saavedra Domenech. Desde el ámbito del periodismo leyeron representantes como Victorio Pérez Moreno o el director de Canarias Ahora, Carlos Sosa. En representación de la cultura, figuras como el cantante canario-palestino Said Muti, ha leído frente a la catedral en esta lectura ininterrumpida que no va a terminar porque hay más niños asesinados por Israel que minutos tiene una tarde. Fuentes de los colectivos aseguran a este medio que en ocho horas se han podido leer 5.000 nombres “de las 20.000 criaturas asesinadas”.
Son más de 20.000 niños y niñas muertos en la Franja de Gaza, en plena ofensiva militar israelí, según datos actualizados recientemente por agencias internacionales como UNICEF y UNRWA. De esos 20.000 más de mil eran bebés menores de un año. Además, actos como este denuncian la alarmante frecuencia de muertes infantiles, más de una cada diez minutos, y acusa a la comunidad internacional de inacción frente a lo que los organizadores califican como “un genocidio transmitido en directo, ante el asombro, la rabia, el llanto y la impotencia del mundo entero, y la inacción de todos y cada uno de sus gobernantes”.
A los datos de infanticidio masivo se unen los de la orfandad que provoca el genocidio, hambruna y traumas psicológicos con las derivadas consecuencias profundas e irreversibles para toda una generación de niños y niñas palestinos. Según datos de Unicef, la inseguridad y la destrucción han retrasado la educación de toda una generación potencialmente hasta cinco años.
“La guerra del hambre y del agua”
Según información recopilada en el territorio por la UNRWA, toda la Franja de Gaza está afectada por la creciente crisis de desnutrición, con más de 320.000 niños y niñas menores de cinco años en riesgo de desnutrición aguda y miles ya con desnutrición aguda grave, el tipo más mortal. El colapso de los servicios de salud y nutrición, la falta de agua potable, la escasez de leche materna y alimentación terapéutica, junto con el bloqueo y las dificultades de acceso humanitario, agravan la crisis en todas las regiones.
Desde el pasado 2 de marzo, Israel impone un bloqueo casi absoluto sobre la franja de Gaza. Ha sellado todos los accesos y está impidiendo la entrada de suministros, tanto comerciales como humanitarios, incluida la leche y la fórmula infantil. Como resultado, la hambruna se está apoderando del 100% de la población de la Franja.
El pasado 22 de agosto, un nuevo análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), sistema respaldado por Naciones Unidas para medir de forma objetiva el estado de inseguridad alimentaria en el mundo, declaró formalmente la existencia de hambruna en la ciudad de Gaza y sus alrededores.
Es la primera vez que en Oriente Medio se cumplen los criterios necesarios para declararla: escasez extrema de alimentos, altos niveles de desnutrición aguda y muertes diarias por inanición.
En declaraciones ofrecidas a la Televisión Canaria, Antonia Alí, también miembro de la Plataforma Canaria por Palestina, asegura que estamos no solo ante el uso del hambre como arma de guerra sino también de la sed. “Una guerra del hambre y una guerra del agua que ya destrozado todos los edificios educativos y hospitales y los servicios básicos, no sabemos cómo se puede sobrevivir en estas condiciones; sin agua, sin luz, sin sitio donde esconderse”, asevera.
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