Los actores británicos defienden sus teatros
En España, cuando un actor o una actriz hacen un alegato político, se arma. Al día siguiente aparecen en los diarios viejos trapos sucios de quien haya osado criticar tal o cual política, tal o cual situación. Debe de ser una tradición cainita. Algo muy nuestro, como la tortilla de patatas.
No ocurre lo mismo en otros países. De Estados Unidos ahora poco se puede decir con la relación amorosa y casi sexual que existe entre los Obama y Hollywood, y de Gran Bretaña, la última noticia que tenemos ha salido publicada en medios como el diario The Independent casi entre aplausos. Se trata de la nueva campaña que han emprendido una serie de actores, entre ellos Judi Dench, Emma Thompson e Imelda Staunton, para impedir que se cierren algunos teatros debido a los recortes en cultura. Porque sí, David Cameron también está metiendo la tijera en las artes. Y los actores británicos no están dispuestos a callarse.
“Todos nosotros debemos luchar para mantener nuestros teatros, especialmente en los momentos difíciles. Porque una vez que desaparecen es muy difícil que volvamos a tenerlos otra vez”, señaló Dench, según recogía The Independent.
La campaña que surgió bajo el título My Theatre Matters! (pancartismo, lo denominaríamos aquí), está inspirada por el sindicato de actores Equity, la Theatrical Management Association y la revista Stage. Y no consiste solo en protestar ante los medios de comunicación, sino que una vez que los actores terminan su función salen al escenario y lanzan un discurso en el que piden a los espectadores que conminen a las autoridades locales a que den marcha atrás a los empobrecidos presupuestos para las salas teatrales. Una reacción en cadena. Una acción de la comunidad. “No solo queremos pedir trabajo para los chicos [los actores y actrices] sino que la campaña pretende focalizar la acción en los espectadores, mucho más que en las personalidades. Se trata de nuestros teatros locales. Lo que necesitamos es que la mayor gente posible diga: 'Valoramos esto. No lo cierren'”, resumió el también intérprete Samuel West. Y enfrentarse así a la tendencia de los políticos, a los mensajes manipuladores, como denuncia la asociación Theatrical Management Association: “cada vez más parece que el teatro es concebido como un lujo y no el corazón palpitante de la comunidad, no como algo que te proporciona beneficios desde la cuna hasta la tumba”.
En España podríamos tomar nota.