Las ilusiones perdidas
El director de cine Jonás Trueba (Madrid, 1981) estrena estos días su segunda película, Los ilusos, largometraje que viene acompañado de su primera novela, Las ilusiones (Periférica), una especie de making-of o más bien un relato del proceso de creación intelectual de este film. Como se recoge en la información que podemos leer acerca de este libro, es una historia sobre la vida “con sus contradicciones y hermosas torpezas, con sus glorias efímeras y promesas de felicidad”. La existencia cotidiana de la que el poeta John Donne ya decía que era una prisión: “Fuera de aquí, tal es mi meta”.
Trueba estrenó en 2010 su primera película, Todas las canciones hablan de mí, cuyo guión escribió junto al escritor Daniel Gascón. En ella, la historia giraba en torno a la desolación existencial producida en gran parte por el sufrimiento que provoca el amor. Esta vez, sin embargo, tanto en la película como en la novela, el marco se amplía hacia una cuestión más social y menos íntima, aunque lo colectivo siempre se nutra de las distintas individualidades. Se trata del retrato de un artista que deja la juventud y que observa cómo con ello las pérdidas se acumulan. Una novela de jóvenes atrapados en el precipicio del miedo y de la incertidumbre, ilusos llenos de ilusiones que buscan hacer su primera película (como otros buscan su primer trabajo o conseguir uno que les otorgue cierta estabilidad: ya no es tiempo de juegos y experimentos).
Es una novela fragmentaria, leve y sutil, dicen en la editorial. Es también una novela que irrumpe en un mercado que estos días proclamará nombres ya conocidos y seguros. Dentro de nada, el próximo 24 de abril, se celebrará Sant Jordi y los sellos ya están preparando toda su artillería. Dejemos un pequeño hueco a algo que, a priori, no nos huele a naftalina.