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Sobre este blog

Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.

Acoso escolar: La administración se pasa la pelota en el patio mientras el alumnado se queda castigado sin derechos

El acoso escolar es un problema de derechos humanos, según Amnistía Internacional / F. Ruano

Koldo Casla

Investigador de Amnistía Internacional —
  • Hoy Amnistía Internacional lanza su primer informe a nivel mundial sobre el acoso escolar. Y se centra en España.

El acoso escolar entre iguales, entre compañeros y compañeras de escuela, se define como una forma de agresión o de hostigamiento de carácter físico, verbal o relacional, que es deliberada, se repite en el tiempo y se basa en un desequilibrio de poder.

El acoso escolar pone en riesgo el disfrute de los derechos de niños y niñas, como el derecho a no sufrir violencia, el derecho a la no discriminación, a la educación o a la salud, todos ellos reconocidos en el derecho internacional. Independientemente de que un niño o niña vaya a un centro público, concertado o enteramente privado, los poderes públicos tienen la obligación de protegerles.

A lo largo de año y medio, Amnistía Internacional ha hablado con 125 personas entre adolescentes, madres y padres, profesores/as, directoras/as de centros, orientadores/as, inspectores/as educativos, asociaciones de padres y madres, y representantes sindicales, entre otros. Este informe ve la luz principalmente gracias a estas personas.

Maricón. Marimacho. Bujarra. Bollera. Gafotas. Chino. Negro. Negrata. Puta”, nos leía una adolescente en Badajoz. “Zorra. Puta. ¿Por qué te comportas así? ¿Por qué eres tan seria? ¿Por qué hablas?”, añadía una compañera suya recordando una anécdota.

El acoso escolar no es cosa de niños. Se produce por un rechazo a la diversidad y a la igualdad, valores esenciales de todo país libre y garantista de derechos. El sexismo existente en la sociedad se refleja también en las aulas, y muchas veces son las chicas las que lo sufren especialmente.

Hay quien señala que el acoso escolar no es algo nuevo y que lo que hay ahora es sobreprotección de los menores. Javier Rouco, maestro de primaria en A Coruña, lo contesta mejor que yo:

“¿Deberían los niños y niñas tener la piel más gruesa? Quizá. Pero eso no es algo que haya que planificar. Ocurrirá de forma natural. Como maestro, preferiría que me acusaran de preocuparme demasiado y no de ignorar el sufrimiento de uno de mis alumnos”.

Uno de los principales escollos con el que nos encontramos es que no sabemos exactamente cuántos niños y niñas están sufriendo acoso escolar. Según los datos recopilados por las inspecciones educativas de las comunidades autónomas, se trataría de un problema serio pero aislado. Alrededor del 0,03% de los alumnos se vería afectado. Sin embargo, si uno lee los informes elaborados a partir de decenas de miles de entrevistas a niños y niñas de todo España por parte del Defensor del Pueblo, del Observatorio Estatal de Convivencia Escolar o de la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, entre el 5 y el 10% de los niños declaran haber sufrido alguna forma de acoso en los últimos meses.

¿Quién tiene razón? Lamento reconocerlo, pero no tengo la respuesta a esa pregunta, pero la diferencia es demasiado grande como para no prestarle atención.

En Amnistía Internacional hemos descubierto que la mayoría de los posibles casos de acoso identificados por el servicio de atención telefónica del Ministerio de Educación (900 018 018) no son comunicados a las inspecciones educativas. Testimonios de padres, madres, chicos y chicas dan cuenta de que formas no físicas de acoso, como los insultos, el hostigamiento y la exclusión, suelen pasar desapercibidas. Las estimaciones oficiales de las comunidades autónomas, cuando existen, no captan el acoso escolar en toda su extensión y no ofrecen datos desglosados por orientación sexual, identidad de género, etnia, posición socioeconómica u otros motivos potenciales de discriminación. Aunque se ofrecen al profesorado, estos cursos sobre acoso escolar no son obligatorios y los y las docentes no siempre los encuentran útiles para identificar posibles casos de acoso en el aula.

Amnistía Internacional ha conocido a profes fantásticos, inspiradores y con una clara conciencia del problema. Pero la libertad y la seguridad personal de los niños y niñas no debe depender de la bondad de las personas adultas. Es un asunto de derechos humanos y los poderes públicos tienen la responsabilidad de protegerlos.

Uno de los mensajes que escuchamos con mayor frecuencia de madres y padres de víctimas de acoso escolar es la sensación de soledad y abandono. “Habría agradecido que alguno de los otros padres hubiera llamado por teléfono para interesarse y expresar su apoyo; pero nadie lo hizo”, nos contó Carmen en A Coruña. Todos los niños y niñas pueden ser víctimas de acoso escolar, del mismo modo que todos pueden ser agresores. Qué no podría conseguir la sociedad del futuro si ningún niño o niña hoy tuviera miedo de ir a clase.

Este post está dedicado a las chicas, chicos, madres y padres que sufren o han sufrido el acoso escolar en primera persona. No estáis solos.

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