Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
Síguelo en redes
Secretos que matan la Esperanza
Una noche a bordo del Esperanza, el barco de Greenpeace, reaviva la ilusión de que no todo está perdido en la campaña contra los malos.
Muy lejos, a seis mil kilómetros de distancia, a tres mares si contamos el que baña los alrededores de Bilbao, está Yemen. Un país de 24 millones de habitantes que ha perdido al menos a 5.144 de ellos y ellas desde que comenzó en 2015 un conflicto en el que ambas partes enfrentadas han cometido graves violaciones del derecho internacional, y que parece algo más olvidado que el de Siria, especialmente para las autoridades españolas.
¿Por qué? Porque desde este mismo puerto de Bilbao donde está estos días amarrado el Esperanza se han transportado en el último año más de 300 contenedores con armas fabricadas en España rumbo a Arabia Saudí, país que encabeza la coalición que está atacando Yemen.
Jugar con fuego
El chico dijo que era verde y con forma de “balón pequeño para jugar”. Así describía desde Yemen a Amnistía Internacional un joven de 13 años lo que, por sus características podían ser submuniciones de bomba de racimo de tipo BLU-63 de fabricación estadounidense y que le causó heridas por las que tuvo que estar dos meses hospitalizado: “Vi la [submunición de una] bomba cerca de donde estábamos sacando el agua y al pasar la levanté y la tiré [a un lado], y explotó. Caí herido, y mi madre fue a buscar ayuda”.
El hecho de que las actas de la Junta Interministerial que aprueba las exportaciones de armas sean secretas por un acuerdo del Consejo de Ministros de marzo de 1987, en virtud de la Ley de Secretos Oficiales de 1968, es decir, anterior al régimen democrático, imposibilita la rendición de cuentas adecuadas sobre las exportaciones de armas. Es decir, las exportaciones de armas que hace España están rodeadas de un oscurantismo que facilita esa complicidad del gobierno español con las posibles violaciones de derechos humanos que cometen quienes nos compran las armas. Y tampoco es fácil hacer un seguimiento de qué sucede con esas exportaciones.
La campaña contra los malos
Amnistía Internacional tenía una ingeniosa campaña en la que un coche oscuro, caro, pomposo, se acercaba a una fábrica de venta de armas y de él se bajaba un asistente para intentar comprar armamento a buen precio. Por supuesto, los guardias de seguridad alucinaban ante ese ser, pero todavía se quedaban más perplejos cuando quien se bajaba del auto, el jefe de ese mero mediador, no era otro que Dar Vather o el Jocker. Los malos. Los que podían causar el Mal en caso de que esos mundos ficticios existieran. Así de sencillo. Los que compran armas para un destino en el que no podemos saber qué sucede exactamente con nuestras armas.
Es cierto, dormir mirando el agujero hacia el mar como un ojo que parpadea da Esperanza.
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.