Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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Turquía: Surrealismo y sufrimiento
El director de Amnistía Internacional España, que formó parte de la delegación presente en el surrealista proceso judicial que le dio la libertad y después se la quitó al presidente de AI Turquía encarcelado, Taner Kiliç, relata sus impresiones.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional España —
Las apariencias eran las de un tribunal: la sala pequeña y nueva, de madera; sobre la tarima los jueces y fiscales vestidos con togas negras y corbata presididos por la leyenda “la justicia es la fundación del Estado”, y a ambos lados, abajo, los abogados de los defensores de derechos humanos y varios de los acusados de pertenencia a una organización terrorista. En video, desde Esmirna, Taner Kilic, Presidente de Amnistía Internacional, junto a su defensora, en prisión provisional desde hace ocho meses acusado de ser miembro de un grupo terrorista, se prepara para testificar.
Frente a todos ellos, separados por una barandilla, todos nosotros: diplomáticos, activistas y personal de Amnistía Internacional, familiares de procesados y periodistas, unos sobre otros en un espacio reducido, el país: Turquía.
Nada más comenzar los procedimientos te das cuenta de que el supuesto tribunal de justicia se deteriora cada minuto hasta transfigurarse en surrealismo judicial e injusticia palmaria. Ante una expectante y desconfiada multitud, y un juez que lidera funcionarialmente el procedimiento, y un fiscal que bosteza y no hace ninguna pregunta, comparece como testigo y con ganas de irse – ni se quita el anorak- el dueño del hotel de Estambul dónde la policía detuvo hace meses a diez defensores de derechos humanos que celebraban un taller de formación. Este hombre, con voz baja pero sin dudas, confirma que la reunión supuestamente clandestina fue la más pública y frecuentada de la historia: los defensores reservaron, con nombres reales, una sala con ventanales que permitía que cualquier persona que pasara por ahí los pudiera ver, y, además, permitían la entrada a camareros para servir café mientras transcurría la reunión con total normalidad.
En el caso de Taner su abogado recuerda que se han presentado cuatro informes técnicos que certifican que el Presidente de Amnistía Internacional nunca usó, en su telefono movil, una aplicación informática cuya utilización se atribuye a los golpistas del año 2016, y menciona también que la policía, después de ocho meses, ni siquiera se ha molestado en hacer su propia evaluación del celular. También aparece nombrado un testigo secreto, que es la base de la acusación a los defensores de derechos humanos, pero a quien nadie conoce y nadie puede preguntar nada desde hace casi un año, y un traductor que nadie encuentra porque dio una dirección falsa y no puede ser localizado, y que acusa también a los defensores de conspirar en el baño de la sala del hotel dónde se celebraba la reunión.
El tribunal, finalmente, se retira a deliberar y vuelve y declara... que Taner Kilic debe ser puesto en libertad provisional – algarabía, gritos y abrazos entre el público y sus familiares- pero no, aún faltaba algo más, la libertad de Taner sólo era, una vez más, apariencia. El Fiscal decide, porque puede legalmente aunque parezca difícil de creer, desoir la orden del tribunal, y expide una orden de arresto contra Taner, que seguía en prisión!, hasta que se decida de nuevo sobre libertad o su encarcelamiento.
Taner, esa misma noche, cuando ya se había despedido de sus compañeros de celda, y su mujer y sus hijas y nosotros esperábamos su salida en libertad a la puerta de la cárcel, es trasladado a una comisaría de policía donde queda detenido una vez más.
Lo ocurrido después es cruel e incomprensible: Taner comparece de nuevo ante el tribunal que lo puso en libertad un día antes, y sin que haya habido ninguna evidencia más, ninguna novedad más, nada que lo justifique, decreta de nuevo su prisión provisional y Taner, esposado, digno, recto, pasa ante nosotros por un pasillo de un tribunal de Esmirna perseguido inútilmente por su esposa y por sus dos hijas, que tratan de tocarlo y gritan su nombre para que el sonido de unas voces familiares lo acompañen en una celda para ocho personas y dónde se hacinan casi una veintena de reclusos.
¿Qué paso en esas horas de la tarde y de la noche? ¿Quién adoptó la decisión de negar la salida a la calle de Taner Kilic cuando horas antes todo parecía evolucionar hacia su excarcelamiento? ¿Quien puede confiar en la arbitrariedad más absoluta?¿Quien en un sistema judicial como el turco que ni siquiera se respeta a sí mismo?
Salgo del país con desánimo pero, también, y esa es la esperanza, con una indignación que no remite ni se mitiga con el paso del tiempo. “Tú que pasas por aquí, a ti te ruego que hagas algo” (Charlotte Delba, superviviente de Auschwitz).
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
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