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Sobre este blog

Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.

#YoDefiendoDDHH

Catálogo de destinos a "paisajes de muerte". © Amnistía Internacional

Ana Gómez

Community Manager de Amnistía Internacional España —

¿Te imaginas que más de 800 personas aplauden casi instantáneamente lo que acabas de decir? ¿Y que tus palabras son compartidas por 3.000 personas en menos de dos horas y finalmente casi por 60.000? Es uno de los poderes que tienen las redes sociales en el mundo actual. En Amnistía Internacional creemos que no es el único.

Las redes sociales ofrecen infinitas posibilidades para el activismo por los derechos humanos y para inducir cambios reales. Desde crear un catálogo con destinos a “paisajes de muerte” hasta una fábrica para creativos publicitarios, pasando por saturar el muro del alcalde de Roma para exigir el fin de los desalojos forzosos en su ciudad o por unirse para hacerse fotos con carteles de apoyo a un bloguero iraní hallado muerto días después de su detención. Con frecuencia dichas acciones sirven de presión complementaria a otras llevadas a cabo por otras vías, como en el caso de Nasrin Sotoudeh, abogada iraní, presa de conciencia, que comenzó una huelga de hambre para protestar contra la denegación de visitas cara a cara de su hija de 13 años y su hijo de 5 años, y contra el hostigamiento a sus familiares por parte de las autoridades iraníes. Varias organizaciones, entre las que se encuentra Amnistía Internacional, denunciamos su situación por facebook y twitter, y finalmente se consiguió que se levantara la prohibición de viajar impuesta a su hija y, como consecuencia, que la abogada pusiera fin a su huelga de hambre, 49 días después de iniciarla. Siempre que se respeten algunas “normas” como las de creatividad, empatía, buena conversación y paciencia, el poder de las redes nunca deja de sorprendernos.

Desde Amnistía Internacional cuidamos el trabajo en redes sociales porque miles de personas nos están escuchando y porque también queremos oírlas a ellas. Nuestra presencia en plataformas como facebook y twitter no se limita sólo a la difusión de nuestras noticias, ciberacciones y actualizaciones sobre nuestro trabajo. Creemos que son un diálogo, una puerta abierta por la que dejamos que entre cualquier persona con respeto y tolerancia. Y esta capacidad que tienen las redes de crear diálogo es muy importante en nuestro trabajo, porque no sólo nuestros mensajes se difunden ahora de manera exponencial, sino que podemos recibir con inmediatez denuncias sobre violaciones de derechos humanos y noticias sobre acontecimientos “en tiempo real” desde lugares hasta ahora impensables. ¿Quién iba a imaginar, hace sólo pocos años, que íbamos a seguir en directo, a través de twitter, y documentadas con vídeos y fotografías, las manifestaciones en la plaza Tahrir de El Cairo, al inicio de la Primavera Árabe?

Como organización defensora de la libertad de expresión, imprescindible para proteger los demás derechos humanos, en muchas ocasiones nos resulta vital contar con las redes sociales para conocer lo que sucede en países como China, Cuba o Irán, donde la censura y los ataques contra activistas y periodistas son constantes, y donde no se nos permite entrar. En 2011 un total de 91 países impusieron restricciones a la libertad de expresión, y se reprimió y silenció a poetas, periodistas, blogueros y personas críticas con sus respectivos regímenes.

Es el caso del bloguero iraní Hosseis Ronaghi Maleki condenado a 15 años de prisión en 2010, tras ser sometido a un juicio injusto por cargos como “pertenencia al cibergrupo [ilegal] Iran Proxy”, y cuya delicada situación de salud, con un riñón extirpado y con posibilidad de sufrir daños en el otro, conocimos a través de las redes sociales. A partir de ahí comenzó un trabajo de investigación e incidencia por medio de nuestra red de acciones urgentes que culminó en la salida de Maleki de prisión gracias a un permiso médico carcelario. “Tras 32 meses sin escribir en mi blog, vengo hoy ... pluma en mano para escribir que me siento bien porque la cara de mi madre está fresca [de felicidad] y no llora”, escribía el pasado 5 de julio.

Pero en otras ocasiones no hace falta irse tan lejos. Países abanderados de la libertad de expresión, como muchos de los europeos, también atentan contra este derecho universal. En el caso de España y tras los sucesos de la manifestación Rodea el Congreso en Madrid el pasado 25 de septiembre, recibimos a través de las redes sociales denuncias que nuestros investigadores se encargaron de estudiar y que fueron base para nuestras peticiones de investigación a las autoridades. El informe, Actuación Policial en las manifestaciones en la Unión Europea, fue trending topic en Madrid, seguido y compartido por miles de personas en facebook y twitter.

Cuando en los países se censura la libertad de expresión no sólo se atenta contra este derecho, también contra todos los demás. Sin embargo, siempre hay personas que consiguen burlar los obstáculos para seguir luchando por los derechos humanos, y las redes sociales son la plataforma para poder hacerlo en muchas situaciones. Nuestro objetivo es que los derechos humanos sean respetados en el mundo y las injusticias escuchadas. Es decir, convertir #YoDefiendoDDHH en trending topic real y no sólo virtual.

Sobre este blog

Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.

Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.

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