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Dos días deambulando por aeropuertos o los efectos colaterales de una huelga de pilotos

Air France

Fermín Cabanillas

Los pilotos de la compañía aérea Air France son protagonistas estos días de una convocatoria de huelga contra el proyecto de expansión de la filial de bajo coste Transavia. La movilización que está acaparando titulares en los grandes medios, sobre todo económicos, pero tiene siempre tras de sí un factor humano que no siempre es tenido en cuenta.

Cuando una compañía suspende hasta 600 vuelos al día, los daños suelen ser incalculables. Pero tras cada pasaje que no embarca hay una historia que hay que tener en cuenta por encima de un breve corte de voz o un total a cámara en la cola de una ventanilla de reclamaciones de un aeropuerto.

En ese interminable listado de personas está una pareja de onubenses, Mónica Mora y Pedro Cano, un matrimonio -ella embarazada de seis meses- que ha vivido un trasiego de carreteras, hoteles, aeropuertos y llamadas que, al final, les ha terminando dejando en tierra, y sin poder volver a su casa de San Francisco.

Ya en su vivienda de la playa onubense de El Rompido, en Cartaya, Mónica explica a eldiario.es/andalucia la crónica de dos días de pesadilla que parece que puede terminar este viernes, si otra cancelación no lo impide. “Nos íbamos el lunes a las 6 de la madrugada, que era cuando teníamos que coger un avión de regreso a San Francisco desde Málaga, y no sabíamos nada de ninguna huelga. Nada más llegar al aeropuerto nos dijeron que había una huelga de los pilotos de Air France y que nuestro vuelo París-San Francisco había sido cancelado”, explica.

Un 902 para información

A partir de ahí empezó un calvario de gestiones para esta pareja, que finalmente no tuvo solución alguna. “Ya llamaba la atención que sólo dan asistencia telefónica a los afectados a través de un teléfono 902, un número de pago que además estaba saturado, y encima solo atendía en inglés”. Ellos, que dominan el idioma, no habrían tenido problemas a la hora de entenderse con la persona al otro lado del teléfono, “pero era todo lioso, con un menú que no aclaraba nada, así que nos dirigimos a los mostradores de información, con la sorpresa de que no había nadie a esa hora de Air France. De hecho, nos dijeron que sus mostradores solo abren en temporada alta”.

“Llamaba la atención que ni la gente que cogía el teléfono sabía las circunstancias de la huelga, sus plazos o la situación que la que estaba en ese momento”, explica.

De forma intermedia, Air Europa les ofreció una solución que solo se traduciría en embarcar para el viernes siguiente. Concretamente, el enlace Málaga-París era con esta última compañía, pero volar a San Francisco el mismo lunes ya era misión imposible, así que decidieron marcharse a un hotel.

Allí, para rizar el rizo de lo rocambolesco, consiguieron contactar con Air France en Estados Unidos mediante Skype, “y sacamos un billete para esa misma madrugada, con escala en Roma y salida desde Málaga”. Así que volvieron al aeropuerto, “pero para colmo nos dicen que la chica que nos ha buscado el vuelo telefónicamente no ha llegado a emitir los billetes reales y que, por tanto, no tenemos nada que acredite que podemos embarcar”.

La solución fue irse a la compañía Alitalia, y gestionar dos billetes para viajar este viernes mediante la ruta Málaga-Roma-Los Ángeles-San Francisco, que afortunadamente han sido asumidos por Air France, aunque el desconcierto de las gestiones se les va a tardar en olvidar.

Con todo, la duda es saber si se puede prever algo así, y evitar el trayecto Huelva-Málaga por carretera para coger un vuelo que no llegó a salir. Desde el comienzo de la huelga la aerolínea ha enviado cerca de 2,9 millones de SMS sobre el estado de la situación, y enviado cartas cerca de cuatro millones para expresar sus disculpas. Mónica y Pedro no recibieron nada, pero al menos tienen una buena historia para contarle a su futura hija.

Air France tiene que pagar todos los gastos, según Facua

La actitud que tomó esta pareja a la hora de solucionar su problema no es la habitual, y lo peor es que es por desconocimiento en muchas ocasiones. Lo explica a eldiario.es/andalucia el portavoz de FACUA, Rubén Sánchez, que recuerda que en un caso como este “la compañía tiene que asumir todos los perjuicios económicos que suponga la cancelación del vuelo”.

“No se puede dejar colgados a los pasajeros, imaginemos que se queda en una ciudad de tránsito, o pasa como en este caso. Si mi vuelo no va a salir, la compañía me tiene que buscar un vuelo alternativo, y pagarme transportes, hoteles, o comida. Incluso, si hay un tránsito de varias horas en el mismo día me tiene que pagar los gastos de esa jornada”, añade el portavoz de Facua.

Sin embargo, Sánchez lamenta que “mucha gente intuye a que tiene derecho, pero no se tiene claro que tienen que pagar todo”, con detalles como el hecho de que “incluso tienen que asumir las conexiones perdidas”. Y es que “si perdemos un vuelo de Air France y el enlace siguiente, nos lo tienen que pagar aunque sea de otra compañía”.

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