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Corrala Utopía: el símbolo de la ocupación colectiva hecho documental

Corrala Utopía.

Juan Miguel Baquero

Sevilla. Corre desbocado mayo de 2012 mientras un triángulo envuelve la metáfora de la exclusión: crisis, desahucios... y casas vacías. Un moderno edificio a estrenar, en la avenida de las Juventudes Musicales, permanece deshabitado. 36 familias con escasos recursos viven en mitad de ese drama social. Hasta que ejercen “su derecho a una vivienda” y nace la Corrala Utopía, una ocupación que duró 688 días y que retrata ahora el documental Habitar la Utopía (Intermedia Producciones).

Resultó un símbolo. Por el apoyo que recibió de diversos colectivos ciudadanos. Por la repercusión mediática que alcanzó. Como modelo exportado a otras iniciativas similares en provincias andaluzas y de otras regiones. Porque fue la primera ocupación colectiva en evidenciar el drama de los desahucios. Y porque casi acaba con el pacto de Gobierno de la Junta de Andalucía.

Un emblema de contestación social que la Corrala Utopía activó anclada a otro triángulo, formado esta vez por tres consignas: sin luz, sin agua, sin miedo. “El documental”, cuenta su director, Mariano Agudo, “está centrado en las mujeres que protagonizaron esta experiencia”. La cinta, estrenada en la XI Edición Festival de Cine Europeo de Sevilla, narra la historia que consuma en dos años de ocupación colectiva. Con un rodaje, confiesa Agudo, “muy intenso por el peso emocional al que hemos estado cometido”.

“Divorcio entre ciudadanía solidaria e instituciones”

Habitar la Utopía revela la evolución “de unas mujeres que cuando conocimos encontramos temerosas por el destino incierto al que se enfrentaban”. Sin techo, sin un hogar para “36 familias con muy pocos recursos y con niños y personas mayores a su cargo”, cuenta el director, “y con la autoestima muy baja porque se sentían responsables de su situación”. En más de una hora de metraje queda patente ese progreso, cómo “poco a poco se fueron empoderando a medida que iban conociendo sus derechos y compartiendo sus miedos con otras personas del colectivo que estaban en la misma situación”.

La idea de rodar el audiovisual nace al tiempo del proyecto de vida colectiva bautizado como Corrala Utopía. “Lo iniciamos cuando supimos que varias familias de Sevilla, que habían sufrido desahucios o no tenían capacidad para acceder a una vivienda digna, se agruparon en torno al punto de información del 15M y deciden dar el paso de ocupar un edificio propiedad de una inmobiliaria que llevaba varios años terminado y abandonado”, explica Mariano Agudo.

Transcurrieron casi dos años de “seguimiento”, de trabajo con “momentos muy emocionantes y bellos y otros dolorosos”. Hasta el desalojo policial del inmueble ocupado. “Dos años de resistencia por parte de las familias –subraya el director de Habitar la Utopía– que han sido un fiel reflejo del divorcio existente entre la ciudadanía solidaria y las instituciones”. Caso de la “campaña represiva” del Ayuntamiento de Sevilla, señala, “que no dudó en cortarles el suministro de agua y luz apenas un mes después de iniciarse el realojo”.

El final es conocido. Tras las acciones judiciales emprendidas por la entidad propietaria del edificio, Ibercaja, llega el desalojo policial y la posterior entrega de viviendas por la consejería de Fomento de la Junta de Andalucía. Y los números 2, 4 y 6 de la avenida de las Juventudes Musicales vuelven a estar vacíos. El documental cuenta, en todo caso, la historia que vertebra la victoria de quienes habitaron la Corrala Utopíaquienes habitaron la Corrala Utopía, “porque hoy están realojadas, viven en hogares dignos y no se han desvinculado del movimiento por el derecho a la vivienda”.

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