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Latfem: “No es casual que los ojos internacionales se fijen en Argentina y su movimiento feminista”

Latfem: "No es casual que los ojos internacionales se fijen en Argentina y su movimiento feminista"

Javier Ramajo

El pañuelo verde que lleva atado en su mochila nada tiene que ver con el partido del equipo femenino del Real Betis que trató de presenciar el día anterior en la Ciudad Deportiva. No pudo conseguir ninguna de las 679 entradas que se pusieron a la venta, y eso en el fondo le gusta, pero le dio tiempo a escuchar cómo las futbolistas reclamaban “igualdad” y poder disputar sus encuentros en el Benito Villamarín, como hacen los Joaquín y compañía.

En LatFem, un medio de comunicación feminista con sede en Argentina, Analía Fernández se dedica desde hace unos años a investigar y escribir sobre deportes y géneros, particularmente sobre fútbol. “De Messi, no”, aclara. La periodista narra cómo la Asociación de Fútbol de Argentina decidió recientemente no renovar a una jugadora por no querer seguir contratada como empleada en las dependencias del club, no por su labor profesional en el terreno de juego “como pasa con todos los jugadores argentinos”.

El pañuelo verde, que inevitablemente recuerda a los de color blanco de las Madres de Plaza de Mayo, es signo de identidad en su país, una “contraseña” de la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que cobró repercusión internacional el año pasado como apoyo a la aprobación de la ley del aborto en Argentina, llenando las calles de ese símbolo pese a que el Senado finalmente la rechazó el 9 de agosto. “No es casual que los ojos internacionales se fijen en Argentina y su movimiento feminista”, apunta Analía Fernández, de paso por Sevilla de la mano de Oxfam Intermon.

Desde una perspectiva feminista e interseccional, Latfem se reconoce como parte e integrantes del movimiento Ni una menos, surgido en Argentina en 2015. “Las desigualdades de género, clase y raza, las violencias constitutivas de nuestras sociedades, pero también nuestras particularidades y riquezas, estructuran nuestra agenda y nuestra forma de activismo: todo lo que precariza nuestras vidas y todo lo que hacemos por estar vivas y libres”, proclama Latfem.

“La tienen clara”

La Argentina de Macri también tiene elecciones a la vista, como en España. Serán en octubre. Latfem está principalmente enfocado a Latinoamérica y el Caribe, donde “el panorama tampoco es muy alentador, con Brasil o Venezuela”, señala la periodista trazando cierto paralelismo con lo que dibujan las encuestas en España y el avance de la extrema derecha. “La tienen clara. Tienen márketing y saben dónde ir. Pasan los mensajes feministas por la licuadora y lo venden como defensa los derechos de la mujer, pero las mujeres estamos pagando los ajustes, los despidos y los recortes de las políticas públicas. Ofrecen un mensaje contradictorio pero los presupuestos están definanciados. ¡Macri vendió que traía la revolución de la alegría!”, denuncia. cifrando en 11 pesos (unos dos euros) el dinero destinado por cada mujer para prevenir la violencia de género en su país.

Y no parece que el dinero sobre para esa cuestión en Argentina: “34 feminicidios en menos de dos meses”, detalla. El 8 de marzo también se acerca en el país sudamericano y el movimiento feminista argentino viene de celebrar asambleas locales para preparar la movilización. En mente, entre otras muchas cuestiones, insistir en el aborto libre y seguro, punto de inflexión como lo pudo ser en España la propuesta del exministro del PP Alberto Ruiz Gallardón y su reforma de la ley del aborto en España en 2014. “Cada vez somos más. Fuimos las mujeres las que hicimos el primer paro a Macri en octubre de 2016”, recuerda. “El movimiento feminista es el actor político más importante ante un gobierno de derechas, neoliberal y de represión”, sentencia.

“El aborto lo despenalizamos socialmente y eso fue un logro, una lucha ganada”, indica la periodista. Las violencias se empiezan a visibilizar. Es un tema de debate en las calles, en las casas y es un momento de reflexión a costa de estar nosotras empujándolo“, añade al recordar por ejemplo el #miracomonosponemos de las actrices argentinas como apoyo a Thelma Fardín, que denunció a Juan Darthés una violación cuando era menor de edad en un hotel de Nicaragua.

“Hay una lógica coletiva detrás de eso. Se viralizan las denuncias públicas, aunque hay un lrgo camino por delante”, añade al respecto, citando también los casos de Marielle Franco, activista de los derechos humanos y concejala brasileña crítica con la intervención militar en Río de Janeiro, o las “tomas” de las estudiantes chilenas el pasado mayo ante casos de acoso y abuso sexual en los centros educativos. “Las redes que vamos tejiendo son fundamentales”, comenta la periodista, que apunta que Latfem cuenta con una red de corresponsales y especialistas en todo el territorio latinoamericano.

“El mundo que deseamos”

“Somos parte de nuevas narrativas digitales feministas. Nuestra forma de intervenir en la realidad se teje en un ensamble de uso de tecnologías, redes sociales y cuerpos en las calles. Las feministas históricamente ocupamos el espacio público para poner en escena el mundo que deseamos y rechazar las opresiones. Hoy la ocupación de ese espacio público se trama en la dialéctica entre lo virtual y lo que ocurre en las calles”, dicen como seña de identidad.

Analía Fernández, quien trabajó en las áreas de comunicación del gobierno de la ciudad de Buenos Aires en la Subsecretaría de Derechos Humanos y en la del Ministerio de Cultura de Nación, desarrolla además estrategias de comunicación integral institucional tanto para cooperativas como para emprendimientos y colectivos político-sociales.

Además de ser integrante de Latfem, colabora escribiendo en distintos medios autogestivos como La Tinta, Nuestras Voces, Notas y Revista Anfibia. Diez mujeres son las encargadas de Latfem, pero ninguna de ellas vive de ello. “ Es una parte más de nuestra militancia”, concluye.

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