Con ese hashtag se realizado una marea de concentraciones el pasado fin de semana, repartidas por España y otros países, donde las personas que han asistido han realizado diferentes tipos de ayunos para sensibilizar a la población de la necesidad de alzar su voz por el genocidio de Gaza (la relatora de la ONU, Francesca Albanese, estima en 680.000 las muertes en Gaza, diez veces más de lo calculado) y exigir a las autoridades la toma de medidas que conduzcan a detenerlo.
Una treintena de ellas han realizado un ayuno de 24 horas físicamente en la plaza Fuente de las Batallas de Granada, con la participación de una veintena de colectivos sociales. Sentir y vivir el hambre durante 24 horas pensando en los miles de personas que la sufren cada día y exigiendo que la ayuda humanitaria llegue a su destino tanto por tierra como por mar. Paralelamente se pedía la protección para que la acción que está llevando a cabo la Global Sumud Flotilla de manera que llegue a su término y pueda entregar la ayuda humanitaria a las personas gazaties a la vez que abrir un corredor seguro que abastezca a la población. Los 42 barcos de la Flotilla, procedentes de Italia, España y el Magreb, ya han partido desde Portopalo en Italia rumbo a su destino en Gaza.
Las personas participantes cerraron su boca pero abrieron sus corazones a la denuncia, a la impotencia, a la solidaridad y a la esperanza.
Estamos cada vez más convencidos que la movilización de la sociedad es el único sistema que queda de parar este genocidio. Hemos podido comprobar que hay manifestaciones y actos solidarios con Gaza prácticamente todos los días, de toda índole. Lo que hasta hace poco tiempo eran unas cuantas personas se está convirtiendo en un movimiento global humanitario.
Todo acto vale. Nada es en vano. Algunos son relevantes por las personas que los realizan (cantantes, actores, actrices, representantes políticos) pero lo más importante es que está calando en el pueblo, personas que estaban desconcertadas consiguen levantar la voz y sumarse a estas iniciativas movidas por acciones como la del pasado fin de semana. HambrexHambre, sentir por un día algo de lo que la ONU ha declarado en Gaza, la hambruna, que se da cuando hay una escasez extrema de alimentos y donde varios niños, niñas y adultos de una determinada zona mueren de hambre a diario por la falta de alimento. Generalmente se suman a una pobreza extrema y una de sus características es que se establece de forma lenta, que es evitable y predecible. Provocada por supuesto, en la mayoría de las veces, por la intervención humana. Muchos españoles aún tienen en su recuerdo los años del “hambre” tras la guerra civil en que se vieron inmersos y pueden reflejarlos en el hambre del pueblo gazatí.
Decía mi abuela que “hambre que espera hartura no es hambre ninguna”. Veinticuatro horas de hambre no son nada para un cuerpo sano, pero veinticuatro horas pensando, recordando, difundiendo y reflexionando sobre esa hambre que no espera hartura remueve no sólo el cuerpo sino todos los sentimientos de una persona, toca de lleno en el sentimiento de humanidad.
Y en este ayuno también se ha conseguido contactar con otros grupos que sienten la misma impotencia que nosotras y han decidido compartir este ayuno nuestro (Córdoba, Úbeda, Salar) porque ya no valen medias tintas. Pasamos hambre, si, pero cada vez somos más compartiendo nuestra hambre con el pueblo gazatí. Y esa hambre es el arma que tenemos para movilizar a los gobiernos a tomar medidas efectivas para poner fin al genocidio, devolver la vida a las personas asediadas y llevar ante los tribunales a los responsables de este exterminio.
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