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Ciudadanos se desbarata en Andalucía

El vicepresidente de la Junta y líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín

Javier Domínguez Reguero

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Ciudadanos va a necesitar muchas paradas en la ruta andaluza de su 'Ilusión Naranja' para convencer a un electorado que le da la espalda. En Andalucía los sondeos son agoreros para el partido que conforma el Gobierno junto al PP. Según la última encuesta de Publicaciones del Sur, de principios de junio, Ciudadanos perdería entre 16 y 20 escaños y pasaría de ser la tercera fuerza política en el Parlamento andaluz a la sexta. En proyección de escaños, solo contaría con un único representante en la cámara regional frente a los 21 diputados actuales.

“Es el momento de reilusionar a los que confían en Ciudadanos porque somos el motor del cambio en Andalucía”, expresó el vicepresidente de la Junta y líder de la formación en la comunidad autónoma, Juan Marín, en su paso por el municipio cordobés de Lucena. Sin embargo, después de más de dos años y medio de legislatura el motor está gripado. 

Ciudadanos consiguió 659.631 votos, un respaldo del 18,27%, en los últimos comicios autonómicos. El último sondeo le proporciona solo un 1,8% de los sufragios. ¡Trata de arrancarlo, Juan! Esta misma encuesta da al PP como ganador de unas posibles elecciones; conseguiría entre 46 y 54 escaños, rozando la mayoría absoluta (55 diputados). Es decir, el PP se lleva todos los réditos dentro de lo que ellos denominan el “Gobierno del cambio” mientras que Ciudadanos no saca apenas rentabilidad política a esta situación. 

Esta gira continua de Marín trasluce una preocupación porque se le van los votos entre los dedos y ni el trabajo dentro del Ejecutivo andaluz –cuentan con cinco consejerías– en plena crisis social y económica es suficiente para resaltar su condición de socio “necesario”.

Estampas municipales 

La 'Ilusión Naranja' pretende solventar otro de los retos de Ciudadanos: su aún escasa vertebración territorial. La formación de Marín aspira a expandirse por el territorio andaluz, con casi 800 municipios, para captar votos más allá de las capitales de provincia. En estas plazas la formación naranja transita por un campo de minas. A ciegas y de puntillas. La penúltima explosión –a ver si es la última, pensarán– se ha producido en el Ayuntamiento de Jaén donde tres de sus concejales han decidido esta semana, y de forma unilateral, romper el acuerdo de gobierno con el PSOE. 

Es otro frente abierto que se suma al espectáculo esperpéntico en el Ayuntamiento de Granada, sumido en una crisis institucional que ya dura varias semanas. El alcalde de Ciudadanos, Luis Salvador, se aferra a su posición tras la desbandada de los ediles del PP con los que formaba gobierno y de dos de sus tres concejales. Entre ultimátums, reformulaciones y cábalas pasa el futuro del consistorio nazarí mientras Salvador sigue estando solo y buscando una salida imposible en la única capital andaluza con un gobierno local de color naranja.

Jaén y Granada son dos de los últimos ejemplos de estos cortocircuitos, pero hay más. Esta misma semana Podemos e IU han pedido la dimisión del concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Córdoba, David Dorado, que fue acusado por IU de fraccionar contratos de obras de Infraestructuras. La asesoría jurídica del Consistorio califal ha revisado el caso y ha decidido enviarlo a la Fiscalía, donde de momento tan solo se ha inculpado a un técnico.

No es la primera vez que la polémica salpica a Ciudadanos, que forma equipo de Gobierno con el PP en el Ayuntamiento de Córdoba capital. La concejala Eva Timoteo tuvo que dimitir cuando IU reveló que había estado cobrando su salario íntegro como cargo público a la vez que mantenía abierto su despacho de procuradora, por el que también percibía emolumentos. Su salida trajo cola. La siguiente persona en la lista era la exdirectora del Instituto Municipal de Deportes, María Luisa Gómez Calero, que había tenido un grave enfrentamiento con el presidente y concejal, también de Ciudadanos, Manuel Torrejimeno. Tras un cruce de correos electrónicos, Gómez Calero y Torrejimeno se denunciaron mutuamente. El caso sigue vivo en los tribunales y ambos comparten ahora bancada en el pleno. Eso sí, Gómez Calero, que en su día fue expulsada como militante de Ciudadanos, ha asumido competencias del PP.

En Málaga capital, la descomposición del grupo municipal llegó poco después de las elecciones locales de 2019. Ciudadanos sustituyó a Juan Cassá en las negociaciones para formar Gobierno con el sempiterno alcalde popular, Francisco de la Torre, en favor de la actual concejala de Cultura, Noelia Losada. La venganza se cobraría un año más tarde cuando Cassá renegó del partido en mayo 2020, mantuvo su acta de concejal y logró una mejora de su posición política y económica con un cargo creado ad hoc en la Diputación que controla el PP. A la fecha, Cassá sigue alineado con el PP en las votaciones, igual que su excompañera Noelia Losada, y no hay riesgo aparente de que decante la balanza hacia otro lado.

En la Alcaldía de Sevilla la situación de Ciudadanos era “bastante buena” donde había llegado a firmar un acuerdo de estabilidad presupuestaria con el socialista, Juan Espadas. Sin embargo, el nombramiento del candidato a la Junta de Andalucía por el PSOE–A ha hecho que los naranjas le hayan quitado la alfombra roja al regidor hispalense y el discurso se haya endurecido para hacer valer su rol en la oposición. Otra plaza “tranquila” sería Huelva si no fuese por la intención de la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, de presentarse a las primarias para optar a ser candidata a la presidencia de la Junta. 

Contienda interna

De hecho, Ruiz ha declarado no hace mucho que “no descarta” barajar esta opción cuando se produzca una convocatoria electoral. La consejera es militante en la agrupación onubense de Aljaraque, municipio en el que Ciudadanos sostiene en la alcaldía a David Toscano, del PP. Ruiz es el referente de la provincia, pero cuando el pasado martes el coordinador autonómico llegó con su gira de la 'Ilusión Naranja' a Huelva capital, no acudió. 

Más allá del posible desplante, Ciudadanos en Andalucía está completamente dividido. Marín cuenta con el respaldo de la dirección nacional, pero su gestión se debilita con el paso de los días. La dirección andaluza está apagando fuegos casi cada semana y, a la vez, se prepara para la contienda interna con la alternativa oficiosa del sector crítico que encabeza Ruiz.

El reproche a la “falta de iniciativa” de Marín junto con sus escarceos con el PP hacen que la consejera encabece una opción que intente reconducir un partido sumido en una crisis de identidad que no solo se ve plasmada en el panorama político andaluz sino a nivel nacional. El control por el liderazgo de Ciudadanos en Andalucía es otro paso en su futuro incierto.

Éxodo naranja

Las cuitas internas dejan ver un partido sin cohesión, con anclajes inestables en los distintos puntos de Andalucía y en medio de la vorágine sobrevuela el abrigo del PP. Ya sea por los indultos concedidos a los líderes del proceso soberanista catalán, por los “ninguneos” del Gobierno central o por el incumplimiento de unos acuerdos municipales en la alternancia de poder, sus cargos públicos encuentran motivos suficientes para desafiar a la dirección nacional, a la autonómica y a la regional. 

No hay semana en la que el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Sergio Romero, no tenga que defender la estabilidad del Gobierno andaluz. Entretanto, el PP repite cual mantra que hay un “acuerdo de estabilidad” refrendado el pasado marzo. Los socios firmaron un compromiso para “no favorecer o aceptar ningún trasvase de representantes públicos o electos de ninguno de los dos partidos del Gobierno” en Andalucía. Pero desde Génova la estrategia va por otro lado. La salida del PP del Pacto Antitransfuguismo deja a los populares andaluces en una situación incómoda para con sus socios de Gobierno ya que siembra una disparidad de criterios en torno al transfuguismo. 

El que fuera secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, es un elemento que no ayuda a la estabilización del partido. Hervías era uno de los referentes del partido en Andalucía y fue el valedor de muchos de los ahora díscolos. El plan de fagotización para engrosar listas del PP en futuras citas electorales ya ha comenzado. De hecho, fuentes del PP andaluz hablan de “fusión fría” respecto a Ciudadanos.

Medina Sidonia, Lucena, Huelva... “Que no nos roben la ilusión porque en Ciudadanos estamos cumpliendo con nuestra palabra a los andaluces”, dijo Marín en la última parada de su gira en la localidad granadina de Huétor Vega. Pero la supervivencia en Andalucía del partido no está en la ilusión sino en los votos. 

*Esta información ha sido elaborada gracias a las aportaciones de los distintos colaboradores de eldiario.es Andalucía repartidos por el territorio autonómico (Fermín Cabanillas, Néstor Cenizo, Alfonso Alba, Ana Sola y Álvaro López)

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