De qué se ríe Isabel Rodríguez

La vivienda es el mayor problema que atraviesa España en estos momentos. Sin embargo, la escasa seriedad que le otorga Pedro Sánchez se refleja en que lo haya puesto en manos de la ministra más ornamental que hemos conocido en tiempos recientes. La multipropietaria Isabel Rodríguez no solo está dejando pasar los años como si el hecho de que su ministerio llevara el título de Vivienda fuera un mero accidente, sino que en las últimas semanas se está cachondeando de ello.

Para empezar, la tuvimos que ver en el Congreso anunciando la importantísima medida de lanzar un teléfono gratuito para informar sobre asuntos de vivienda y, de ese modo, atención, “empoderar a la ciudadanía”. Tuvo la humorada de ponerle el número 047, como el artículo de la Constitución que recoge el derecho a la vivienda. Por si alguien no se había enterado de que la cosa iba de reírse todavía más de nosotros, desde el Ministerio también tuvieron la ocurrencia de dejárnoslo claro con un vídeo muy didáctico.

El vídeo arranca con la pregunta “¿Cómo imaginas tu futuro?”, y se encarga de responderla por ti: compartiendo piso como en tus tiempos de estudiante, solo que a los 70 años. Así, en toda la cara. El vídeo recrea la vida de unos cuantos ancianos apretados en un piso oscuro, con un baño para todos, cacharros sin lavar, calzoncillos por el suelo y el sueño de que un día de estos conseguirán emanciparse. Para troncharse. A mí solo se me ocurre una explicación: alguien en el Ministerio está harto de la incapacitada de Rodríguez y, con ánimo vengativo, la convenció de que tirar piedras sobre su propio tejado con semejante vídeo iba, por fin, a despertar alguna simpatía hacia ella.

Los jóvenes deben destinar más de un 92 % de su salario para alquilar una vivienda

A quien no le tuvo que hacer mucha gracia ese vídeo fue, por ejemplo, a Maricarmen, a la que un fondo buitre de Madrid pretende desahuciar a lo largo del día de hoy después de 70 años residiendo en el mismo piso. En buena medida, algo así es posible gracias a las actuaciones que en su día, con Felipe González, impuso el partido de Isabel Rodríguez.

La vivienda es el principal foco de desigualdad en nuestro país, algo que, con sus siete propiedades, tres de ellas viviendas, ejemplifica a la perfección la propia ministra. No en vano, ya desde su misma toma de cargo dejó claro que entre sus prioridades no se encontraba garantizar el artículo 47, sino más bien proteger a los propietarios. 

Los jóvenes deben destinar más de un 92 % de su salario para alquilar una vivienda o trabajar una media de 4,2 años solo para pagar una entrada a una hipoteca. Eso explica por qué la edad de emancipación, a la cola europea, supera los treinta años. Para la Ministra de la Segunda Vivienda, sin embargo, lo mejor no es poner límites a la usura, sino destinar ayudas a menores de treinta y cinco años. Así, con cargo a los presupuestos, pueden pagar alquileres disparados, en lugar de que las administraciones pongan freno a los precios abusivos de esos propietarios que tanto quiere proteger Rodríguez.

En realidad ni siquiera es un problema de jóvenes. La tasa de inquilinos cada vez de mayor edad, como los del graciosísimo vídeo del Ministerio, se ha duplicado en los últimos años. Todos conocemos a parejas rotas que no se separan de facto y conviven resignadas porque no encuentran casa o que vuelven, a sus cuarenta y cincuenta años, con sus padres, o se meten a compartir pisos con estudiantes, o vagan por cuartos de invitados de sus amigos. Seguro que una y otra vez se hacen la pregunta de “¿Cómo imaginas tu futuro?”. Si el vídeo no les da mucha risa, no pasa nada. Siempre pueden llamar al 047 y “empoderarse”.

Para troncharse, sí.