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Susana Superstar
Dos cosas parecen haber quedado claras tras la conferencia política celebrada por el PSOE este fin de semana en Madrid. La primera, que “El PSOE ha vuelto”, según palabras, no del todo afortunadas de su secretario general, por lo que supone de haberse ausentado de la sociedad española, algo de lo que Rubalcaba y su dirección tienen bastante culpa; y la segunda, que la Presidenta Andaluza, Susana Díaz, tiene bastante responsabilidad en ese regreso.
A tan solo una semana del congreso regional, en el que el PSOE de Andalucía consagrará a Susana Díaz como primera secretaria general del partido en la federación más poderosa del socialisrmo español, el cónclave recién celebrado en Madrid ha servido para comprobar cómo la Presidenta de la Junta ha superado, con excelente nota, su primer gran examen orgánico a nivel nacional.
Si antes del cónclave todos los ojos del PSOE, y de fuera de él, estaban posados sobre ella, tras la cita madrileña, su figura emerge claramente reforzada y como claro referente para un partido muy necesitado de ellos.
Es cierto que antes de llegar a la conferencia, Susana Díaz ya había dado muestras de que no se iba a conformar con un papel relevante pero secundario en las grandes decisiones del PSOE. Como quedó demostrado en el debate sobre el modelo territorial, cuando la Presidenta Andaluza forzó a Rubalcaba a terminar con sus titubeos sobre la posición socialista respecto a la autodeterminación de Cataluña, Susana Díaz no se iba a limitarse a representar un papel meramente “vistoso” en el presente y el futuro del PSOE.
No hizo falta esperar mucho para comprobarlo. En el discurso inaugural de la cita socialista, la próxima secretaria general del PSOE de Andalucía rompió el fuego con la autocrítica más severa hacia su partido, escuchada en un foro de estas características. Ese discurso en el que llamó a olvidar el ombliguismo y a volver a la calle para recuperar los votos socialistas, uno a uno, sirvió para que Susana Díaz pasase de ser una fuerza emergente, a una de las voces más autorizadas del socialismo español, si no la más fuerte. Y tampoco es que la presidenta de la Junta descubriera la pólvora en su intervención del sábado; sin embargo, sí tuvo el acierto de expresar con toda sencillez, lo que millones de españoles y votantes socialistas pensaban y aún no habían escuchado en la voz de ninguno de sus dirigentes.
Tras esa primera intervención, parece claro que ha nacido una nueva estrella en el socialismo español, tan huérfano de ellas en los últimos tiempos. Quienes pensaban que Susana Díaz era un “producto” de Griñán, comprobaron que la andaluza vuela con alas propias; quienes por su parte, la consideraban como un referente circunscrito al granero socialista del sur, han sido testigos de que el tablero en el que moverá sus piezas es en el conjunto del PSOE; y quienes, por último, pensaban que era una consecuencia más del márketing político, han visualizado que hay más: un discurso propio, sólido y que conecta con las raíces más profundamente socialistas del partido.
Queda mucho por hacer. Le queda al PSOE, que para demostrar que ha vuelto deberá recuperar la credibilidad perdida en los últimos años y demostrar con hechos y no con palabras su máxima de que “no todos somos iguales”. Y también le queda mucho a Susana Díaz, quien deberá plasmar en la acción de gobierno de la Junta de Andalucía las buenas maneras mostradas hasta la fecha, y que también tendrá que apuntar en el congreso que los socialistas andaluces celebrarán en dos semanas, el tipo de partido que quiere liderar: si el que vive en una realidad paralela, cada día más alejada de la sociedad, o ese que reclamaba la propia Presidenta cuando señalaba este fin de semana que “hombres y mujeres con los que compartimos valores, se refugian en mareas ciudadanas y plataformas porque el PSOE no responde al partido que necesitan”.
Así pues, atentos a las próximas jugadas, en las que la futura secretaria general del PSOE-A será referente indudable, con lo que ello supondrá de riesgo en momentos cruciales para el socialismo que no se despejarán hasta que sepamos la respuesta a la reflexión que ayer formulaba Iñaki Gabilondo: “El PSOE ha vuelto ¿Volverán sus votantes?”.
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