VÍDEOS | En busca de una respuesta al sida

En España se diagnostican casi 3.500 nuevos casos de VIH al año. En 2014, último año del que ofrece datos el Ministerio de Sanidad, fueron 3.366 casos los de nuevo diagnóstico del virus. Una cifra superior a la del año anterior que muestra la tendencia creciente del contagio en nuestro país en los últimos años. Si bien los datos, y gracias a la investigación y a las campañas de concienciación, no marcan las cifras terribles de otras décadas, el VIH y el sida siguen siendo un problema en la sociedad. Según la ONU, más de dos millones de personas fueron diagnosticadas de VIH en el mundo en 2015, situándose el número total de personas infectadas en los 36’7 millones.

Desde que se empezase a tener conocimiento de la existencia del sida en los años 80, la investigación ha permitido avanzar notablemente en el diagnóstico y en el tratamiento de la enfermedad. El número de muertes por enfermedades relacionadas con el sida asciende a 35 millones desde que se identificó la epidemia, según datos de la ONU. Y aunque años atrás el sida era una pandemia causante de un sinfín de muerte que ha ido aminorando con los años, los datos aún son preocupantes. Por ejemplo, casi el 30 % de infectados por el VIH en España no lo saben según indica la Fundación Lucha Contra el Sida. Y esto tiene dos consecuencias. Por un lado, el gran número de casos de diagnóstico tardío, que aminora la efectividad de los tratamientos; y por otro lado, el que una persona desconozca que está infectada implica que el VIH y el sida sigan contagiándose.

La labor de los investigadores es fundamental para seguir recorriendo el camino de lucha contra el sida. En las tres últimas décadas han sido numerosos los logros conseguidos en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad en todo el mundo. Un ejemplo es Carmen Maroto, catedrática de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Granada. Una investigadora que ha dedicado gran parte de su carrera a la búsqueda continua del antídoto contra el sida. Pionera en su campo, fue la primera mujer en ingresar en la Real Academia Nacional de Medicina, y la única hasta 2013. Y lleva más allá el adjetivo de pionera. Junto a su equipo de investigación, fue una de las primeras profesionales en estudiar y alertar de la presencia del sida en los centros penitenciarios. Tal y como ella misma indica, el trabajo de investigadores de todo el mundo ha conseguido convertir el sida en una “enfermedad crónica” si el diagnóstico es precoz frente a la muerte casi inevitable décadas atrás.

También ha dedicado gran parte de su carrera al estudio en este ámbito María Elisa Cordero, una investigadora a la vanguardia del estudio de enfermedades infecciosas. Cuando esta jiennense empezó su labor como investigadora, la infección por el VIH y el sida era muy dura. Pero un reto. Y a ello ha dedicado gran parte de su carrera, aunque actualmente esté más centrada en las enfermedades infecciosas en pacientes trasplantados.

Otra investigadora que contribuye con su trabajo al estudio del VIH es Ana Cámara. Especializada en estructuras de proteínas, trabaja en el desarrollo de herramientas para acabar con enfermedades como el sida y el ébola. A través de su cristalización ofrece una imagen exacta de las proteínas, lo que es de gran utilidad para conocer las anomalías que estas enfermedades producen a nivel molecular y ayudar a encontrar su cura.

La labor diaria de científicos de todo el mundo es un impulso para la mejora de tratamientos para quienes padecen la enfermedad. Sin embargo, aunque la investigación científica lleve años recorriendo un camino en el que parece que el final está cada vez más cerca, es largo el tramo que aún queda por recorrer. La meta es dar una respuesta al sida, una de las enfermedades más extendidas en las últimas décadas.