Juan José Téllez: “La mayor parte de los seres humanos aman donde pueden, cuando pueden y, a veces, con quien pueden”
Juan José Téllez comparte estos días la suerte de varios miles de españoles de haber dado positivo en una prueba de Covid-19; por fortuna sin síntomas, pero convencido en todo caso de que “un positivo de estos es muy negativo”. Al teléfono, su voz suena clara y optimista cuando afirma benedittianamente seguir “defendiendo la alegría” a pesar de las circunstancias, y más con nuevo libro de poemas tras una década de silencio en este género.
“Me produce cierta desazón darme cuenta de que me he pasado media vida hablando de temas sociales, políticos, etc., con una elocuencia que no tengo a la hora de hablar de mis emociones y sentimientos”, se justifica de entrada. “Aún así, creo que toda la poesía es amorosa. Cuando escribimos un poema sobre una realidad que no nos gusta, en el fondo es un poema de amor a la utopía y de transformación de esa realidad sórdida. Y cuando escribimos un poema sobre la muerte, en el fondo es un poema de amor a la vida”.
Los amores sucios (Aguilar) es el provocador título de este volumen, que no alude ni a lo insalubre de algunos espacios hospitalarios para el amor, ni a esa suciedad que decreta la moral más estricta. Él mismo lo explica: “Quería jugar con la idea de que el amor ensucia. Y no hace prisioneros, nadie sale ileso del amor. Siempre guarda daños colaterales en los armarios, y eso nos va tiznando”, afirma. “La inocencia la perdimos con el primer amor, y bien perdida está, porque el amor es una carrera de fondo. Pero benditas sean las manchas que trae sobre la memoria y las costumbres, porque nos hace creer en esas emociones que suelen ser agradablemente sucias, sucias de realidad, de instintos, de seres humanos”.
Una vida difícil
Pero también se guiña a aquel Inventario de lugares propicios para el amor de Ángel González, “lugares que no suelen asociarse a un palacio exótico o a un jardín perfecto: la mayor parte de los seres humanos aman donde pueden, cuando pueden y, a veces, con quien pueden. Y ahí no caben las estampas idílicas, sino las realidades de carne y hueso. Entonces el amor nos ensucia como el trabajo o la vida cotidiana, dejándonos una mancha indeleble en la piel y en el destino”, agrega Téllez, para añadir a renglón seguido: “Si me pongo muy solemne me das un cosqui, ¿vale?”.
Amor es la palabra que me diste/ y el dolor no resume ese destino..., se lee al comienzo de uno de los poemas de Los amores sucios, en los que el lector puede llevarse por momentos la sensación de que el amor es una partida –o incluso una guerra– perdida de antemano, pero que libramos como si no lo fuera. “¿Quién dijo que el valor está ya perdido?”, bromea Téllez, y recita la canción de Silvio que hablaba de los amores cobardes de los que nadie escribe. “Los amores son difíciles a veces, pero hay otros que fluyen y son tan orgánicos como la vida misma, como respirar. Si los difíciles nos parecen frecuentes es porque las personas lo somos, y los amores son solo un reflejo de ello. No vivimos en una sociedad fácil, ni en cuestiones amorosas, ni laborales, ni de salud mental… Hoy por hoy, no es fácil entusiasmarse con el porvenir, ni creer que éste esté asegurado. Y si la vida no es fácil, amar tampoco tiene que serlo…. Aunque amar facilite mucho la vida”.
Claro que la poesía siempre aspira a transformar la realidad. ¿Qué querrían cambiar del amor los poemas de Juan José Téllez? “Creo que el amor es siempre a la carta, cada uno lo entiende como lo experimenta. No es algo racional, es orgánico. Sale de las tripas, no del corazón. Es una emoción tan irracional como el odio, ante la cual no cabe establecer hojas de ruta. Con el amor uno tiene que orientarse con la brújula de su propia memoria sentimental, intentar evitar los errores del pasado o, al menos, tratar de que sea menos dañino para uno mismo y para quienes ha amado”, asevera.
Por otro lado, el algecireño sabe que “alguien puede enamorarse con la misma pasión irracional con 60 años y con 15. Ante el amor, por lo común, somos un mixtolobo entre animales y adolescentes. El amor es el país donde vive el Peter Pan que habita dentro de nosotros, incluso para quienes envejecen pronto pero tienen memoria de cuando el mundo era limpio y todos éramos inocentes”.
Pasión futbolera
Las formas de abordar este tema universal son múltiples, y Téllez ensaya algunas muy diversas. Incluso recurrir a la metáfora con un partido de fútbol y dejando que le tire la tierra: Aquella otra mala temporada para el Cádiz/ coincidió con la derrota de tu vuelo entre mis dudas./ No cabía salvación para el equipo/ ni tampoco la victoria jugaba en la liga/ de lo que hasta entonces fueron mis costumbres… “Si hablara de una buena temporada para el Cádiz sería inverosímil”, ríe el autor, “además yo no escribo épica, no estaba en mi intención dedicar un himno alentador a ese equipo. Suelo decir que tengo la suerte de tener en mi vida dos Bahías y un mismo Estrecho. Y yo, que no sé nada de fútbol, soy fan furibundo del Cádiz, mi padre trabajó como albañil en el viejo estadio de El Mirador en Algeciras, y no me importaría nada apoyar al Atlético de Tetuán”.
Al margen del contenido de Los amores sucios, parece un hecho noticiable que la editorial en la que el libro ve la luz le haya pagado un adelanto por el mismo, cosa insólita en un ámbito, el poético, en el que rara vez se abonan las liquidaciones. “Es señal de que la editorial me mima, y no lo digo para que se enfaden las otras en las que publico. Pienso que se está extendiendo la dignidad del contrato a la poesía, ya que hasta ahora daba la sensación de que el poeta vivía en una jaula de cristal donde no necesita pagar facturas a fin de mes. Creo que también es una señal de que el público de la poesía se ha ampliado, hay un nuevo perfil de lector, joven, que está generando un mercado distinto, donde conviven los valores emergentes con otros vetustos, entre los que me contaría yo. Se abren puertas: donde antes entrábamos por las rimas de Bécquer o por los ripios de Campoamor, ahora se hace de la mano de un youtuber en un slam poético. Bienvenido sea”.
Y aunque asegura tener ya listo otro poemario inédito, tratará de espaciar el próximo lanzamiento mientras reúne materiales para un próximo volumen sobre Rafael Alberti, una biografía de María Zambrano que publicó en Cuba y todavía no ha visto la luz en España, y un volumen de relatos, titulado Formación del espíritu nacional, “un libro muy patriótico, en el que hablo de uno de nuestros más firmes valores: la mala baba”, adelanta.
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