Enrique Barón: “No acabo de entender tanto entusiasmo por la abstención”
“¿Por qué se habla tanto de la abstención y tan poco de Europa?”, es la pregunta que se plantea Enrique Barón (Madrid, 1944) el primer español que presidió el Parlamento Europeo. Estuvo en el cargo entre 1989 y 1992, un cargo que le permitió vivir en primera persona la caída el muro de Berlín y el estallido de la guerra en Yugoslavia, pero también conversar con Gorbachov horas antes del últimos congreso del Partido Comunista Ruso o entregar el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia a Nelson Mandela.
Su convicción del potencial de Europa como pueblo le lleva a pensar que “tenemos que hacer un esfuerzo de explicación, muy serio, los que creemos en Europa, del sentido que tiene ir a votar”. Insiste en que después del Tratado de Lisboa, el próximo 25 de mayo será la primera vez que el voto ciudadano podrá “contribuir a elegir al presidente de la comisión. Por eso no acabo de entender tanto entusiasmo en decir que tiene que haber más abstención”. Estas son algunas de las reflexiones que plantea en su libro “Más Europa ¡unida!, Memorias de un socialista europeo”. Una compilación, a modo de cuadros cinematográficos, de su experiencia política en Europa. La ha presentado en Jaén donde ha asegurado que no habrá segunda parte.
Barón entiende las críticas ciudadanas hacia la política, pero señala que es necesario “defenderla y ennoblecerla” porque “el enfado sin más, la irritación y la indignación sin más sólo conducen a la úlcera de estómago”. Por eso apela a la participación. También sostiene en la capacidad de transformación que la UE tiene. España es un ejemplo en ese sentido porque “ha tenido su plan Marshall a través de Europa”.
En ese sentido, el ex ministro socialista señala que es necesario reconocer que “la crisis nos ha golpeado más, no sólo por Europa, también por los errores que hemos cometido y las disfuncionalidades”. Por ello “creo que en España es importante ver que errores hemos cometido, cómo podemos mejorar y Europa es una oportunidad de tener una ayuda necesaria”. Una “solidaridad como la que hemos disfrutado” que debe ahuyentar la visión de la UE como una “carga negativa”. “Al contrario, si estuviéramos fuera de Europa no le digo cómo estaríamos”, enfatiza.
La construcción europea es, para Enrique Barón, un proceso abierto en el que los jóvenes tienen mucho que decir. Entiende que son beneficiarios de la movilidad y tienen una percepción más nítida de la Unión como “un marco sin fronteras y un marco cultural y económicamente común”. Pero ha llegado el momento de que la juventud europea “piense en cómo asumir el relevo”. Para el ex presidente del parlamento europeo “la juventud tiene que merecer lo que ha heredado y lo tiene que mejorar” para conseguir que Europa siga siendo “la primera potencia comercial y económica del mundo”.
Con relación al euroescepticismo respaldado, sobre todo, por corrientes, “insolidarias y populistas” de extrema derecha, Enrique Barón no ve un riesgo de fractura en la construcción de la UE pero sí considera necesario “combatirlas y, sobre todo, explicar que eso no lleva a ninguna parte”.
Putin quiere rehacer el imperio zarista
Otro frente abierto es la crisis ucraniana. Enrique Barón defiende que la UE “ha dado, incluida España, una ayuda importante que incluso va para pagar el gas a Rusia” frente a quienes sostienen que está manteniendo al margen. Además, entiende que la acciones se están centrando en “evitar una situación que pueda conducir a una guerra civil”, frente a los intentos de Putin de “rehacer, más que la Unión Soviética, el imperio Zarista”.
Barón explica que vivió en primera línea la disolución de la Unión Soviética y el cambio que generó en Europa. “Hace tres años”, recuerda, a Gorbachov le preguntaron “qué es lo más importante que ha pasado en Europa, y dijo: que Estonia está en el Euro”. Ese hecho marca que una de las repúblicas soviéticas forma parte de la Unión porque “hemos cambiado toda una parte de Europa, desplazando hacia el este el equilibrio”. Ese es, a su juicio, uno de los pilares del conflicto ucraniano, el otro tiene que ver con “la dimensión y la fuerza y la consolidación de un país”.
Ahora mismo cree que la tarea es evitar la guerra civil y considera que la UE tiene instrumentos suficientes para lograrlo porque “los europeos hemos enseñado que es evitable hacer guerras entre nosotros. Ahora la palabra guerra, entre nosotros, está en los libros de historia”.